El teatro de títeres en el agua es un arte ancestral único de Vietnam que nació en zonas rurales del norte del país y encontró un nuevo nicho para eludir su extinción en las grandes ciudades, donde las representaciones asombran a los turistas.
"Nuestro país es el único que tiene este arte", destacó el director de la compañía de títeres acuáticos Thang Long, Le Van Ngo. "Trabajamos por la preservación y el desarrollo de la cultura vietnamita y el gobierno nos paga un salario por hacerlo".
Las funciones de títeres formaron parte alguna vez de los rituales de la siembra en el campo, pero los habitantes de zonas rurales ahora sólo hacen presentaciones para el año nuevo u otras festividades de esa misma magnitud.
Mientras, en Hanoi, el gobierno fundó en 1993 un teatro para la compañía Thang Long. Ubicado en las riberas del lago Hoan Kiem, presenta todas las noches una función de 90 minutos y casi siempre se llena.
Entre los espectadores del teatro hay numerosos turistas, que comenzaron a llegar en grandes oleadas tras la apertura vietnamita y son fundamentales en la generación de recursos para mantener vivo este arte autóctono, una tarea difícil para un país sacudido por una sucesión de guerras.
Los orígenes de los títeres acuáticos son confusos. No se sabe cómo se originó este tipo de arte, aunque está claro que se practica desde hace siglos en el delta del río Rojo, en el norte de Vietnam.
En esa región se descubrieron las únicas ruinas de antiguos teatros de títeres acuáticos. Una de ellas, del siglo XVI, apareció junto a la pagoda Thay, mientras que la otra pertenece al templo Dong, construido en 1775.
Inscripciones antiguas descubiertas recientemente indican que los títeres ya existían en el siglo XI.
En general se cree que este arte comenzó como una ceremonia con el fin de pedir agua suficiente para la cosecha de arroz. El escenario siempre estaba ubicado en una laguna cercana a una pagoda o templo, rodeado por un prado verde.
"El delta del río Rojo es caliente y húmedo, la tierra está llena de ríos y en cada aldea hay una laguna o un lago que puede ser utilizado como escenario", dijo Huu Ngoc, presidente del consejo editorial de la revista en inglés Vietnam Cultural Window.
Los espectadores se sientan en tres de las orillas de la laguna, y en la cuarta se establece el escenario sobre el agua y el cuarto de manipulación donde se ocultan los titiriteros.
La base de los títeres queda sumergida y es allí donde se ubica el mecanismo que permite manipularlos mediante palancas, poleas y cuerdas, para lograr complejas escenas de movimientos y danzas.
Los titiriteros quedan cubiertos de agua hasta la cintura, ocultos detrás de una gruesa cortina que esconde el cuarto de manipulación y que los hace "invisibles" a los espectadores.
Los títeres se construyen con madera de higuera, se pintan de colores y se barnizan para protegerlos del agua. Los personajes incluyen animales relacionados con la vida en el campo, como vacas o peces.
"Este arte era desconocido en las ciudades en los tiempos de la colonia francesa. Proviene de zonas rurales y por esa razón se incluyen numerosas referencias al mundo del campo", explicó Huu Ngoc.
Las representaciones son acompañadas por música en vivo ejecutada con instrumentos tradicionales. Los instrumentos de percusión acompañan los gestos y los movimientos de los títeres. Para lograr efectos especiales se utilizan fuegos artificiales.
El teatro de Thang Long en Hanoi es propiedad del Estado, y emplea a 50 titiriteros y músicos a tiempo completo. En esta ciudad también se abrió una escuela con la finalidad de enseñar la técnica de los títeres acuáticos a los jóvenes que perpetuarán este arte.
La compañía Thang Long existe desde 1969, y hasta la construcción del teatro hace cinco años solía actuar al aire libre. Pero ahora actúa a sala llena, especialmente en temporada turística, y tiene dos divisiones: una encargada de representaciones en Vietnam, y otra que hace giras por el mundo.
Le Van contó que la compañía ya recorrió Asia, América del Sur y del Norte y Europa. La última gira los llevó a Francia y Bélgica.
Los títeres acuáticos formaban parte de un rito y nunca fueron considerados como actividad remunerada. Cuando el arte se practicaba en zonas rurales, no existía el concepto de titiritero profesional.
Si uno desea ver a los títeres en su verdadero ambiente, "debe ir al lugar donde se originaron, en escenarios al aire libre del delta", advirtió Huu Ngoc.
Pero es difícil ir hasta allá y encontrarse con una presentación de títeres acuáticos. Ni siquiera las compañías de turismo se ofrecen para conseguirlo, y prefieren limitarse a las obras de Thang Long en Hanoi.
Le Van admitió que se trata de un arte en vías de comercialización, pero lo considera una manera de conservar la cultura tradicional de Vietnam. "El gobierno nos paga para eso", insistió. (FIN/IPS/tra-en/ks/cb/lc-ml/cr/98