Los administradores del teatro Barbican de Londres fueron presa del pánico cuando la afamada Royal Shakespeare Company canceló parte de sus funciones, pero la emergencia duró poco y fue superada con una decisión estratégica: abrir el escenario a grupos extranjeros.
"Quisimos presentar ideas vanguardistas que desafíen a los espectadores y generen debate", explicó el director artístico del Barbican, Graham Sheffield. "Después de todo, Londres está considerada como la capital del teatro mundial", comentó a IPS.
Pero el prestigio teatral de Londres no garantizaba la presentación de un repertorio a cargo de compañías internacionales. "Era más fácil ver sus obras en Escocia o en otras ciudades europeas, así que decidimos hacer lo posible para cambiar esta situación", añadió Sheffield.
El Barbican está ubicado en pleno centro de Londres y acaba de ser sometido a una restauración de tres millones de dólares.
El prestigioso escenario quedó con vacantes para parte del año cuando la Royal Shakespeare Company, quizás el grupo de teatro inglés más prestigioso, decidió cancelar parte de su tradicional temporada en el Barbican.
"Lo que parecía un problema fue transformado en una ventaja", aseguró Sheffield, quien tuvo a su cargo la confección de un programa en el cual se incluyen algunos de los nombres más selectos de la escena mundial para el Evento de Teatro Internacional del Barbican, llamado BITE 98.
El programa incluye al Steppenwolf Theatre de Chicago, a la compañía Ninagawa de Japón con una versión de "Hamlet", o a la prestigiosa agrupación rusa Maly Drama Theatre Company con una representación de "Los Poseídos" de Dostoyevsky.
El BITE 98, que concluye en octubre, se inició en junio con la presentación de "Monster and Grace", que reunió al compositor Philip Glass y al director Robert Wilson.
Los espectadores recibieron anteojos especiales para ver en tercera dimensión y apreciar los efectos estereoscópicos en una representación destinada a explorar "las posibilidades ilimitadas de la luz, el sonido y los objetos".
El espectáculo visual es respaldado por el poder hipnótico de la música de Glass, inspirada en cantos tibetanos.
La mezcla logró seducir a los asistentes a la obra, aunque los críticos fueron menos condescendientes. El diario "The Guardian" criticó el exceso de producción y de fondos comprometidos en la obra, a la que acusó de falta de profundidad.
"Creo que los críticos británicos son muy provincianos. Lo importante es aportar nuevas ideas, y esta producción marca la diferencia", dijo Sheffield.
Precisó que "está bien si la gente sale del teatro en desacuerdo sobre lo que acaba de ver, eso no importa, lo importante es que se ha intentado hacer algo nuevo".
Uno de los países con mayor representatividad en BITE 98 será Estados Unidos. El Barbican acogerá a 11 grupos de ese país que en la práctica tendrán una temporada propia dentro del evento internacional, llamada "Inventing America".
La lista de invitados también incluye al Teatro Nacional de Craiova, de Rumania, con una versión de La Orestíada de Esquilo, y afamadas compañías de danza. (FIN/IPS/tra-en/ba/mom/rj/lc-ml/cr/98