Analistas politicos, empresarios, inversores y la opinión pública de Argentina descreen de la renuncia del presidente Carlos Menem a su candidatura para los comicios de 1999, una postulación que la Constitución le prohibe por haber obtenido ya dos mandatos consecutivos.
Más de 60 por ciento de las personas encuestadas por el Centro de Estudios de Opinión Pública creen que Menem "no se resignará" a abandonar la presidencia en diciembre de 1999, como prometio el martes, después de llevar al gobernante Partido Justicialista al borde de la fractura. La encuesta fue divulgada este miércoles.
El banco de inversiones Goldman Sachs también manifestó desconfianza, al igual que empresarios argentinos y extranjeros, "El anuncio de Menem no puede verse como algo definitivo, más bien debe interpretarse como un repliegue táctico", dijo Jorge Mariscal, de Goldman Sachs América Latina.
Por su parte, Menem admitió este miércoles sentir "cansancio moral", debido a la "traición y deslealtad de ex colaboradores", entre los que mencionó sin identificar a dirigentes políticos y economistas de proyección internacional. Menem habló de ingratitud, aunque aseguró sentirse "aliviado" por su decision.
Los matutinos también recibieron la noticia con cierta incredulidad. El diario conservador La Nación advirtió que quizás la renuncia del presidente a buscar una segunda reelección "no sea la última palabra de Menem".
Del mismo modo se expresó un columnista de Pagina 12, que tituló su editorial "La penúltima palabra".
Muchos creen que en el tiempo que resta a su segunda gestión, Menem intentará recuperar su imagen a través de un fuerte plan asistencialista, para volver a la carga con su segunda reelección dentro de algunos meses.
Más drástico, el diario Clarin, el de mayor circulación, sostuvo que Menem sufrió en realidad "una derrota política", la primera desde que ganó la presidencia en 1989, y quizás la primera de su carrera.
El diputado opositor Carlos Alvarez coincidió con la opinión de Clarín: "La de Menem fue una gran derrota politica", dijo.
Menem anunció este martes su decisión de frenar la ofensiva por su candidatura a un tercer periodo de gobierno, que exigía una nueva reforma constitucional o un fallo favorable de la Corte Suprema de Justicia.
Para conseguir avales organizó el último viernes un congreso justicialista, cuya representatividad fue cuestionada por disidentes.
Su principal rival dentro del partido, el gobernador de la provincia de Buenos Aires Eduardo Duhalde, manifesto un gran alivio al conocer la decisión de Menem.
Duhalde puntualizó que su lealtad es con la Constitución y las instituciones y no con sus compañeros de partido. De ese modo respondió a las criticas de Menem a los "desleales".
Algunas encuestas realizadas tras la renuncia de Menem indican que Duhalde y el ex cantante Ramón "Palito" Ortega llevan ventajas en la competencia por la candidatura justicialista.
Ortega, que en algunos sondeos marcha detrás de Duhalde, es considerado el candidato "leal" a Menem, ya que había aceptado la intención original del presidente de continuar en el cargo.
Mientras, la Alianza de oposición, favorita en las encuestas para las elecciones del año próximo, consideró que el supuesto "renunciamiento" de Menem no es tal, ya que "no se puede renunciar a algo a lo que nunca se tuvo derecho".
De la misma manera se pronunciaron la mayoría de los analistas políticos, que rechazaron la calificación de "gesto épico" otorgada por dirigentes oficialistas a la decisión de Menem.
Casi todos los analisis coinciden en que Memem a abandonó su propósito de luchar por su candidatura a la vista del mensaje desfavorable de las encuestas y de la falta de un respaldo contundente en su partido.
También juzgó inconveniente aparecer extremadamente ambicioso en momentos en que estaba en riesgo la unidad del Partido Justicialista y la estabilidad del sistema.
La Corte Suprema de Justicia, integrada por una mayoría de jueces muy cercanos al oficialismo, ya había advertido de manera informal que no avalaría la nueva candidatura si no había un clima politico muy favorable.
El golpe final fue la decisión de Duhalde de consultar la opinión de los votantes de la provincia de Buenos Aires, la más poblada del país, respecto de la reforma constitucional necesaria para habilitar la candidatura de Menem.
La convocatoria a ese plebiscito, para el 13 de septiembre, habría dado el jaque mate a las intenciones del presidente. Las encuestas que manejaba el gobernador anunciaban que el NO al proyecto de Menem lograría al menos 70 por ciento de los votos.
Duhalde informó que anulará la convocatoria, que perdió sentido tras la renuncia pública de Menem a su candidatura. Pero el domingo, el gobernador había afirmado que ya no creía en la palabra del presidente. (FIN/IPS/mv/ff/ip/98