Las cuatro empresas más grandes de América Central aún están en poder del Estado. Algunas, porque aún no se definió su futuro, y otras, porque la oferta mundial duplica el número de compradores y las compañías centroamericanas no son las más atractivas.
Pero tres países del istmo buscan nuevo dueño para sus joyas, desafiando un mercado mundial en el que sólo se cuentan 10 compradores para 25 empresas telefónicas en venta, entre ellas Telebrás, de Brasil, la más codiciada.
El Salvador espera tener éxito en la subasta, el 17 de julio, de su empresa de telefonía celular Intel y para el 24 del mismo mes tiene preparada la venta de CTE/Antel, la compañía de telefonía fija. En conjunto, ambas empresas tienen un precio base de 550 millones de dólares.
Juan José Daboub, presidente de CTE/Antel, dijo que la fecha se escogió de manera que pudieran participar todos los compradores clasificados.
No obstante, cree que sólo se presentarán tres o cuatro empresas, debido a la desigual relación entre oferta y demanda. Daboub temía que la venta de Telebrás retrasara el proceso salvadoreño, por eso la subasta se realizará antes de la venta de la brasileña, prevista para el 25 de julio.
Ocho empresas internacionales están calificadas para la subasta: France Telecom (Francia), Bell South, Southwestern, GTE y Motorola (Estados Unidos), Telia (Suecia), Telmex (México) y Telefónica de España.
Honduras y Guatemala programaron también para este año la venta de sus empresas de telecomunicaciones, Hondutel y Telgua. En el caso de Telgua, de Guatemala, será el segundo intento, porque en el primero, realizado en diciembre, sólo hubo una oferta, inferior al precio base fijado por el gobierno.
En cuanto a Honduras, lo único que ha privatizado son los servicios de aeropuerto y la facturación y lectura de contadores de los servicios de electricidad.
El gerente de Hondutel, Roberto Micheletti, dijo que la venta de esta empresa se realizará a fines de año, y aseguró que ya se tienen contactos con varios consorcios europeos y estadounidenses.
Micheletti dijo que el precio base ronda los 600 millones de dólares y que el Estado sólo pondrá en venta 49 por ciento de las acciones.
Honduras tiene la tasa más baja de teléfonos por habitante de América Central, con 2,5 por cada cien habitantes. El Salvador presenta una situación casi parecida, lo que convierte a esos países en mercado casi inexplotado.
En Nicaragua, el poder legislativo aprobó a fines de junio la privatización de las empresas más rentables del sector público. Se trata de las compañías de telefonía, agua potable y electricidad, y uno de los bancos del Estado.
Esas leyes, aprobadas aún sólo en lo general, son parte de las condiciones impuestas por el Fondo Monetario Internacional en el programa de ajuste estructural que Nicaragua puso en marcha en abril.
Nicaragua venderá más de 40 por ciento de las acciones de la empresa telefónica a una multinacional, así como 51 por ciento de las acciones del Banco Nicaragüense de Industria y Comercio, que hasta marzo reportaba activos por 165 millones de dólares y pasivos por 155 millones.
Con respecto al agua potable, el Estado nicaragüense cederá el monopolio a agentes privados, luego de un proceso de licitación, y lo mismo ahora en el área de la energía eléctrica. Después, sólo quedará pendiente la venta de la empresa Petróleos de Nicaragua.
La mayor ola privatizadora se registró en Nicaragua en el periodo de gobierno de Violeta Chamorro (1990-1996), que cedió más de 300 empresas a empresarios, trabajadores y ex miembros del ejército y de las fuerzas rebeldes en calidad de devolución, venta o transferencia.
La empresa más grande de América Central, según la revista América Economía, es el Instituto Costarricense de Electricidad, que maneja también las telecomunicaciones, y sigue en poder del Estado.
La privatización de las empresas públicas es en Costa Rica resulta un tema extremadamente sensible, aunque será abordado en un proceso de concertación iniciado este mes y en el que participan diversos sectores.
El pais de la región más exitoso ha sido Panamá, que logró colocar siete empresas por un monto cercano a los 850 millones de dólares. El precio más alto se logró por la telefónica, vendida a la británica Cable and Wireless por 652 millones.
Guatemala, El Salvador, Nicaragua y Panamá han vendido casi todas sus empresas púbicas, y no así Honduras, que comienza el proceso, ni tampoco Costa Rica, que aún no tomó decisión al respecto.
En todos los países se utilizan diversas fórmulas para el traslado de bienes al sector privado, como la simple venta de acciones o la concesión.
La primera empresa cedida en concesión por el gobierno guatemalteco fue Ferrocarriles de Guatemala, en abril, cuando el Congreso aprobó el contrato de usufructo en favor de la Compañ]ia Desarrolladora Ferroviaria.
También se firmó un contrato con la canadiense Internacional Post Service, que en un plazo de seis meses se hará cargo de la gestión de Correos y Telégrafos.
La lista de compañías que quedan aún por vender la encabeza Telgua, seguida por la Empresa Eléctrica de Guatemala y el Instituto Nacional de Electrificación.
El gobierno de Alvaro Arzú también pretende entregar a la administración privada los puertos, carreteras, aeropuertos y el registro de licencias para conducir.
Alfredo Guzmán, gerente de Telgua, afirmó que si no se logra este año la venta de la empresa, en 1999 será más difícil, por tratarse de un año electoral.
Guzmán aseguró que entre los interesados en Telgua se cuentan Deutsche Telecom (Alemania), Telefónica de España, GTE y Teléfonos de México. También adquirieron las bases para participar en la subasta las nacionales Telered y Luca.
En diciembre de 1997 fracasó el primer intento de venta de la empresa porque sólo se presentó Teléfonos de México con una oferta de 529 millones de dólares, muy inferior a la esperada por el gobierno guatemalteco. (FIN/IPS/mso/ff/if/98