El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) criticó al sector industrial de Alemania por su actitud indiferente ante las campañas para combatir el trabajo infantil, evidenciada por un estudio que realizó este año.
"Mas de 10 millones de niños del mundo en desarrollo trabajan para producir bienes que son vendidos en los países industrializados", recordó el presidente del comité alemán para Unicef, Richard Schlagintweit.
Al presentar el jueves los resultados del estudio encargado por Unicef, Schlagintweit destacó que las empresas de los países industrializados pueden hacer una enorme contribución para terminar con la explotación laboral de los niños.
Sin embargo, lamentó, en Alemania "no le dan importancia" a las campañas contra el trabajo infantil.
El estudio, el primero de su tipo en Europa, fue realizado para el Instituto para el Mercado, el Ambiente y la Sociedad. Fueron contactadas 305 empresas, pero pese a la garantía de anonimato, sólo 52 estuvieron de acuerdo con participar.
Quienes se abstuvieron dijeron que no deseaban opinar sobre un tema tan complicado. Algunos cuestionaron las estrategias para apartar a los niños del trabajo remunerado, argumentando que a veces las familias dependen de este ingreso para sobrevivir.
Pero el representante del IMAS, Volkmar Luebke, dijo que el motivo real para no participar fue que no deseaban convertirse en objeto de debate ni en blanco de supervisión pública.
"Este rechazo está relacionado con la experiencia de algunas empresas que aceptaron algún tipo de código de conducta en el marco de una estrategia constructiva para contribuir a solucionar el problema, y que son vigiladas de cerca para comprobar el cumplimiento de ese código", dijo Luebke.
Las 52 empresas que participaron en el estudio representan a diversos sectores de la industria alemana, desde textiles hasta deportes o automóviles. El portavoz de Unicef en Alemania, Rudi Tarneden, dijo que había empresas líderes en su rubro de actividad, pero recordó que "no podemos mencionarlas, ese fue el acuerdo".
Menos de la mitad de estas compañías, un total de 22, dijeron que sí se habían preocupado por averiguar si sus socios en el mundo en desarrollo empleaban niños en la producción de los bienes con los cuales los abastecen.
La mitad de este grupo, 11 empresas, afirmaron que sus asociados no recurren al trabajo infantil, pero no indicaron si habían tenido oportunidad de comprobar este hecho.
Los investigadores comprobaron que de todo el universo estudiado, apenas cinco empresas revelaron que habían brindado atención intensa y sistemática a este tema. Las cinco "empresas modelo" contaban con mecanismos destinados a desincentivar el trabajo infantil.
Schlagintweit advirtió que hay mucho trabajo por delante para concientizar a las empresas sobre la importancia de combatir la explotación de los niños.
Destacó que en este contexto fue positiva la disposición de 19 empresas alemanas de someterse a una investigación independiente, destinada a comprobar si estaban aplicando un código de conducta voluntario cuyo objetivo sería desincentivar el trabajo infantil.
Las tareas de seguimiento estarían a cargo de organizaciones no gubernamentales (ONG) que contribuyen en la campaña contra el flagelo.
La oficina de Unicef en Alemania espera completar la información del estudio, y pretende intensificar la campaña para que las empresas acepten la norma laboral SA 8000, propuesta el año pasado por una ONG de Estados Unidos.
La sigla SA se refiere al término en inglés para "responsabilidad social", y el objeto es que sea equiparada a las normas ISO, utilizadas en la actualidad para certificar la calidad de la producción industrial.
En este momento, 68 por ciento de los alemanes considera que la decisión de compra de un producto debe tener en cuenta la responsabilidad social del fabricante, y Unicef espera que ese respaldo aumente al conocerse los resultados del estudio sobre trabajo infantil. (FIN/IPS/tra-en/raj/rj/lc-ml/pr-hd/98