EUROPA-AMERICA LATINA: La cumbre buscará equilibrio comercial

La Cumbre de América Latina y el Caribe y la Unión Europea (UE), que se celebrará el año próximo en Río de Janeiro, puede alcanzar más fácilmente sus objetivos políticos que los económicos, pero aún así los latinoamericanos procurarán revertir el desequilibrio comercial actual.

La primera reunión de gobernantes entre las dos regiones intenta, por parte de los dos lados aunque por razones diferentes, establecer un "antídoto" que equilibre el peso de Estados Unidos en América Latina cuando se concrete el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA).

Pero a una y otra ribera del Atlántico se considera que el nuevo diálogo intercontinental no debe limitarse a ser una reacción ante el ALCA, sino que tiene que promover una nueva agenda y una nueva relación, que para los latinoamericanos parte de una menor disparidad en la balanza comercial.

En lo que va de década, las importaciones de América Latina y el Caribe desde la UE han crecido 130 por ciento (de 20.300 a 46.600 millones de dólares en 1996), mientras sus exportaciones aumentaron solo 13 por ciento, hasta 33.400 millones de dólares ese año.

Para América Latina la balanza comercial birregional es negativa en 13.200 millones de dólares -en 1990 era positiva en 9.200 millones-, y mientras la región americana es el mercado más dinámico para las exportaciones europeas, la UE resulta el más lento para este socio trasatlántico.

Más aún, recoge un estudio del Sistema Económico Latinoamericano (SELA), organismo radicado en Caracas, las exportaciones latinoamericanas son sobre todo bienes primarios o industrializados tradicionales, en tanto compra a la UE bienes industrializados de alta elaboración.

Completa el cuadro la concentración: 85 por ciento de los intercambios se efectúan con siete países latinoamericanos (Brasil, México, Argentina, Chile, Colombia, Venezuela y Perú, en ese orden) y siete europeos (Alemania, Italia, Francia, España, Gran Bretaña, Holanda y Bélgica).

De allí que la cumbre de gobernantes sea vista como oportunidad para superar las condiciones que dan sustento al desequilibrio, y desde el SELA se propone un paquete de medidas que puede ampliar, profundizar y diversificar el comercio.

La primera es impulsar un espacio económico birregional, colocando en primer lugar el establecimiento de un área de libre comercio entre las dos regiones, a partir de la ampliación y convergencia progresiva de los acuerdos que ya existen.

La UE ha firmado con el Mercosur, Chile y México acuerdos de la llamada "cuarta generación", que abarcan todas las areas políticas, económicas y de cooperación e involucran a todas las instituciones de las partes y no solo a los gobiernos.

Tambien mantiene convenios de menor alcance con otros países y grupos subregionales.

En segundo lugar, se proponen medidas para que las normas técnicas y el comercio electrónico aumenten el intercambio, para facilitar las inversiones, incrementar la cooperación energética, crear un foro empresarial birregional y apoyar a las pequeñas y medianas empresas.

Para el campo multilateral también se proponen medidas, incluidas consultas para hacer avanzar las normas vigentes y las próximas negociaciones de la Organización Mundial de Comercio, y para contrarrestar obstáculos como la estadounidense Ley Helms- Burton, que restringe el comercio con Cuba.

Aquí, sin embargo, reconoce el SELA la existencia de un obstáculo, representado por la ampliación de la UE hacia el Este (a Polonia, Hungría, Eslovenia, República Checa, Estonia y Chipre), lo que dará más protagonismo a Alemania y a la política agrícola común de la UE.

Al desplazarse hacia el este el "eje" de la UE, crece el papel de guía de Alemania. Lo hará en función de sus prioridades geográficas y políticas, mermando el peso de los lazos entre América Latina y sus tradicionales interlocutores y ex metrópolis del oeste y sur europeo.

Pero además, casi todos los futuros miembros de la UE son economías con un peso de la agricultura mayor que el de los actuales 15 socios. El peso del sector en la opinión pública se hará sentir en las negociaciones de la UE sobre comercio agrícola, incidiendo en sus compromisos trasatlánticos.

Por añadidura, la reciente crisis financiera asiática lleva a la devaluación de las monedas de esa parte del mundo, y ello incrementará su capacidad exportadora, en detrimento de la oferta de productos a Europa desde otras regiones, entre ellas América Latina y el Caribe.

A la insistencia latinoamericana en el comercio corresponderá, también debido a la crisis asiática, la europea por fortalecer el "papel vigilante" del Fondo Monetario Internacional, e impedir las turbulencias financieras con las que el Sur ha estremecido al Norte esta década.

Las otras cuestiones económicas esbozadas por expertos de ambas regiones son el desarrollo sustentable, el apoyo a la OMC, la importancia de la integración, el apoyo a la inversión y a la libre competencia, y el reconocimiento de las asimetrías entre ambas regiones.

En el terreno político se plantearán esquemas de consulta y cooperación en asuntos internacionales y de seguridad, y sobre valores políticos compartidos, como la defensa de los derechos humanos, la democracia, la lucha contra el narcotráfico, la corrupción y el terrorismo.

Entre los aspectos socio-culturales se incluyó en primer lugar la cooperación científico-tecnológica, y, en base a la "histórica cercanía" de ambas regiones, la promoción de la identidad cultural en tanto marcha la globalización y el apoyo a la educación y la formación de recursos humanos.

La reunión debería trazar directrices para promover la investigación y el intercambio sobre modelos para el desarrollo con equidad social, fortalecer la educación, procurar el intercambio de jóvenes líderes de sus regiones e intensificar la cooperación en programas específicos.

Estos serían los dirigidos al combate de la pobreza y la marginalidad, del desempleo, a promover los derechos de la mujer, cautelar los de la infancia y favorecer la identidad y el desarrollo de las comunidades indígenas.

El conjunto de nuevas relaciones posibles fue definido por el Consejo de Europa como "asociación estratégica" UE-América Latina.

La marcha de esa asociación estratégica será automáticamente comparado por los latinoamericanos con el tejido de la "comunidad hemisférica" con Estados Unidos y Canadá.

La segunda cumbre de 34 mandatarios del hemisferio, en abril en Santiago de Chile, integró en un diseño de amplia comunidad política y socio-cultural, además de lanzar el proyecto del ALCA con la intención de que comience a operar en el 2005. (FIN/IPS/jz/mj/if/98

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