Una controversia de casi 20 años entre Cuba y Estados Unidos quedó finalmente resuelta con el anuncio de ambas partes divulgado hoy de que aeronaves cubanas podrán sobrevolar el territorio estadounidense.
El diario Granma, órgano del gobernante Partido Comunista de Cuba, informó este sábado que el diferendo se dio por terminado el viernes en Canadá durante una sesión del Consejo de la Organización de la Aviación Civil Internacional (OACI)
"Durante dieciocho años se nos impidió utilizar las rutas internacionales publicadas y nuestras aeronaves eran desviadas 200 millas hacia el este de las costas estadounidenses en sus vuelos desde y hacia Cánada", afirmó la nota oficial.
Una delegación cubana estuvo presente en la solución del conflicto que, según informes de prensa desde Estados Unidos, pudo haberse alcanzado como un pacto bilateral o con la mediación directa de la OACI, sin la participación de Cuba.
Cuba presentó su demanda oficial ante la OACI el 11 de julio de 1996 en coincidencia con el proceso sobre el derribo por fuerzas aéreas cubana de dos avionetas civiles pertenecientes a un grupo de exiliados en Estados Unidos.
El incidente del 24 de febrero de ese año precipitó la firma por el presidente Bill Clinton de la ley Helms-Burton, que endurece el bloqueo contra Cuba, y desenterró la disputa sobre el uso de los corredores aéreos.
Marianela Ferreol, entonces vocera alterna de la Cancillería, dijo el 7 de marzo que Cuba podría prohibir la utilización de su corredor aéreo por aviones estadounidenses como respuesta a la aprobación de la Helms-Burton.
Pero las autoridades dieron un giro radical y en lugar de corresponder en las sanciones, presentaron la demanda ante la OACI en aras de lograr una condena a Estados Unidos por violar las normas de la aviación civil o un levantamiento de la sanción.
Cuba y Estados Unidos son signatarios del Convenio sobre la Aviación Civil Internacional y del acuerdo relativo al tránsito de los servicios aéreos internacionales adoptados en Chicago en 1944.
En correspondencia con esos acuerdos, Cuba tiene el derecho de sobrevolar el territorio norteamericano por las rutas más directas y económicamente viables y Estados Unidos está en el deber de autorizar esos vuelos.
La Habana informó que como resultado de la solución del diferendo las líneas aéreas cubanas disminuirán casi una hora el tiempo de un vuelo de ida y vuelta entre Canadá y Cuba y podrán brindar así un mejor servicio.
"Nuestro país siempre ha ofrecido todas las facilidades a las aerolineas extranjeras que sobrevuelan su territorio", afirmó Granma al revelar que del promedio diario de 350 vuelos casi 60 por ciento corresponde a compañias estadounidenses.
Informes divulgados en Estados Unidos aseguran que ese país paga 14 millones de dólares anuales a Cuba por el uso de sus corredores aéreos.
Con la nueva concesión, La Habana tendrá que pagar una tarifa por sobrevolar el territorio estadounidense, pero, al mismo tiempo, tendrá un ahorro considerable en combustible al reducir en una hora el tiempo de vuelo entre la isla y Canadá.
Es de suponer que, según las normas internacionales, en caso de emergencia, las aeronaves cubanas puedan aterrizar en aeropuertos de Estados Unidos, una operación vedada por las leyes del bloqueo.
Expertos estiman que cerrada la disputa sobre el sobrevuelo del territorio estadounidense por naves cubanas quedan pendientes las sanciones impuestas a los vuelos comerciales entre ambos países como parte del bloqueo decretado en 1962.
Washington anunció en marzo que permitirá los vuelos directos a la isla, pero sólo bajo licencia en el caso de que lleven cargas de humanitarias o transporten pasajeros en viajes por motivos familiares.
Los vuelos comerciales normales entre ambos países se mantienen suspendidos, a pesar de la vigencia de un acuerdo bilateral de 1953 que cubre seis rutas entre La Habana y varias ciudades de Estados Unidos.
Un estudio presentado al Congreso estadounidense en 1994 que el efecto de la normalización de las relaciones con Cuba para la aviación civil representaría ingresos por varios miles de millones de dólares para intereses estadounidenses.
Sólo los pasajes se estima crezcan hasta cerca de los cuatro millones por el aumento de los viajes de negocios, las visitas mutuas de residentes cubanos en Estados Unidos y familiares en Cuba y la elección de la isla como destino turístico. (FIN/IPS/da/mj/ip tr/98