La presencia protagónica del negro y la manifestación artística de los problemas que afectan a esa raza comenzó a insinuarse en los últimos años en el teatro de Uruguay, tras varios años de ostracismo.
Las organizaciones que luchan contra la discriminación incidieron en que, "al menos en el arte, nuestra presencia adquiriera mayor relevancia", dijo a IPS Beatriz Santos, presidenta del Centro Cultural por la Paz y la Integración.
En Uruguay, país de 3,1 millones de habitantes, hay unos 190.000 negros, muchos de los cuales se sienten discriminados. Un estudio del Instituto Nacional de Estadística estableció que en general perciben salarios inferiores y soportan mayor índice de desempleo que los blancos.
"En algunas manifestaciones artísticas ya no somos sólo los negros que tocan el tambor y bailan en carnaval, aunque estamos muy orgullosos porque forma parte de las raíces de nuestra raza", dijo Santos.
El camino por recuperar un espacio en el mundo del teatro comenzó en 1994, cuando se representó la obra "El desalojo de la calle de los negros".
La obra, de Jorge Cardozo, recuerda el desalojo durante la dictadura (1973-85) de un antiguo edificio conocido como del "Medio Mundo", en el que vivieron durante décadas familias negras y era el símbolo popular y artístico de esa raza.
Allí ensayaban los principales percusionistas del tambor y los bailarines, estrellas indiscutidas del carnaval uruguayo.
El desalojo del edificio simbolizó "la indiferencia del sistema ante una etnia que ha contribuido a la cultura uruguaya y midió la falta de compromiso de un pueblo que regó esta tierra con sangre en las luchas por la independencia", afirmó Santos.
La obra "deja al espectador con un sentimiento de culpa. No explotamos al negro como tal, pero hemos rechazado toda su vida y su cultura, como a un cuerpo extraño, como si tuvieran una incompatibilidad tisular con el resto de la población", dijo el crítico teatral Jorge Arias.
Contra esa incompatibilidad luchó durante 19 años Andrés Merino, un abogado blanco que en 1963 fundó el Teatro Negro Independiente, integrado básicamente por negros.
Ruben Rada, un músico negro de gran éxito en su país y en Argentina, dijo a IPS que "a la historia de los negros en este país la escriben los blancos".
Rada es el primer negro en la historia de la televisión uruguaya que conduce un programa de entretenimientos en horario estelar. Al mismo tiempo, tiene un papel destacado en la serie de televisión argentina "Gasoleros" y realiza espectáculos musicales en las dos capitales del Río de la Plata.
El camino en televisión había sido iniciado en 1985 por Isabel Oronoz, como integrante del informativo central del canal estatal uruguayo, y hoy tiene un programa periodístico semanal en el mismo canal.
Casi dos décadas antes, Merino había buscado a sus actores en la cárcel y a las zonas marginales en las que mayoritariamente viven los negros. Aspiraba alfabetizar y educar a partir del arte dramático, al que añadió clases de idiomas, culturas africanas y canto coral.
En lugar de los clásicos europeos, apeló a las ricas tradiciones foloclóricas de raíces africanas, no sólo uruguayas, sino también de Haití, Trinidad y Tobago, República Domincana, Cuba y Estados Unidos.
Frente a la actitud de algunos intelectuales uruguayos que rechazaban al folclore negro como genuina expresión nacional, Merino sostuvo que los afrouruguayos integraban el sector más criollo de la población.
Señaló además que el tango -su nombre, música y danza-, descendían de la tradición afromontevideana, partiendo de la palabra "tangó", con la que los negros designaban al tambor.
Su tesis añadía que el ritmo del tango provenía del candombe colonial de 1760, que luego derivó hacia los primeros tangos, compuestos supuestamente a partir de 1875 por grupos de negros.
Merino falleció en 1982 y "los miembros del elenco, desvalidos, sin recursos económicos, liderazgo ni una coletividad unida que los respaldara, se disgregaron", dijo Andrés Castillo, presidente de la Sociedad Uruguaya de Actores (SUA) y autor de varias de las obras que interpretó el grupo.
Castillo destacó que la meta de Merino no se cumplió porque "los afrouruguayos no llegaron a desarrollar los lazos de cohesión que les permitieran funcionar como una colectividad".
"Continúan hasta hoy en una situación incambiada de exclusión social, económica y cultural", precisó.
Santos, más optimista, observa signos de cambio y señaló como ejemplos el impulso en la carrera de Rada, la permanencia de Oronoz y el éxito de la actriz negra Angela Alvez, protagonista de la obra "Estrella Negra" de Adriana Genta.
"Estrella" fue una esclava abandonada en 1811 por sus amos. Sola y con un hijo lactante lucha por sobrevivir y conoce al prócer uruguayo José Artigas, a quien toma como paradigma de la libertad de los pueblos y de la suya propia.
El éxito de la obra en 1996 revalorizó el trabajo de Alvez. que considera que para que existan más oportunidades es necesario que los directores "se jueguen". De lo contrario "es muy difícil, puesto que casi siempre a los negros nos llaman para papeles de sirvientes".
Santos dijo que un grupo aficionado estudia obras para poner en cartel, entre ellas "El medio mundo de Juan", en homenaje a Juan Angel Silva, uno de los más destacados percusionistas negros. (FIN/IPS/rr/ag/cr/98