La cultura futbolística del presidente de Brasil y sociólogo Fernando Henrique Cardoso no figura precisamente entre sus innumerables dotes intelectuales.
Sin embargo, el mandatario, que antes pronosticó el triunfo de la descalificada selección de Uruguay en la actual Copa Mundial, deberá anhelar más que nadie que su país triunfe en Francia, como ya lo ha hecho en 1958, 1962, 1970 y 1994.
La evaluación es de sus asesores electorales, los publicitarios que se ocupan de asegurar su reelección a la presidencia en las elecciones de octubre y que, según trascendió, le habrían aconsejado mantener un bajo perfil en relación al fútbol.
Tales consejos habrían motivado, por ejemplo, que Cardoso no asistiese en Francia a la inauguración del campeonato mundial y que no permitiese ser filmado asistiendo a los partidos de Brasil, que defiende el título de actual campeón en Francia.
Como sugerencia de uno de sus nietos, de cinco años, una banderita de Brasil en el automóvil presidencial sería el único símbolo vinculado con el mundial enarbolado por el presidente.
Tales cuidados se originan en las últimas encuestas, que revelan un descenso en la popularidad de Cardoso respecto del candidato opositor del Partido de los Trabjadores (PT), Luis Inacio Lula da Silva, que encabeza una alianza de izquierda.
Las encuestas llegaron en un mal momento, en el inicio de la copa del mundo, precedido por un débil desempeño de la selección brasileña y una derrota frente a Argentina en el templo del fútbol brasileño, el estadio Maracaná.
"Los 'marketineros' saben que fútbol y política mueven emociones y movilizan pasiones, alcanzando de formas diferentes el imaginario popular", escribió Helena Chagas, columnista política del diario O Globo.
"Nadie va a ganar las elecciones porque Brasil gane el mundial. Pero si la selección sufre un vejamen, el clima de desilusión puede contaminar una campaña que no vive sus mejores dias", agregó la periodista citando las preocupaciones de los publicitarios del presidente.
Maurico Murad, un sociólogo que a diferencia de Cardoso concentró sus conocimientos en el estudio del fenómeno del fútbol en Brasil, tiene una explicación cultural para los desvelos de los asesores de campaña del presidente.
"Estoy seguro de que el fútbol no es enajenación, pero sí puede usarse como medio de enajenación, como forma de escape para el pueblo", consideró el autor de "De los pies a la cabeza: elementos básicos de sociología del fútbol".
Murad reconoce que no será por el mayor o menor número de goles brasileños en el arco enemigo que Cardoso perderá o ganará las elecciones.
Pero en un país donde el fútbol es "una pasión radical, la pérdida de la copa puede hacer aflorar todos los problemas que están ahora más o menos escondidos. Cardoso necesita que nuestro equipo gane la copa", sostuvo el sociólogo.
Tales problemas ocultos fueron revelados por las mismas encuestas que apuntaron el declinio de popularidad del presidente.
El aumento del desempleo, el ajuste fiscal adoptado en noviembre para enfrentar la crisis financiera mundial y las dificultades para solucionar problemas sociales, como el hambre provocado por una grave sequía en el nordeste del país, fueron mencionados como algunos de los factores desfavorables.
En ese sentido, el publicista político Paulo Serra dijo a IPS que la copa mundial de fútbol podría "romper el ciclo de acontecimientos negativos" que rodean la campaña del presidente.
Las personas vuelcan sus frustraciones en los juegos y si el resultado es positivo "se generará un nuevo ciclo de confianza en lo cotidiano de la población", explicó.
"La copa, sin duda, es un elemento de aproximación entre la política y la población. Yo recomendaría al presidente que se aproximase al máximo a la población, pues hoy tiene muchos problemas ubicándose como un espectador e hincha, pero no vinculándose directamente a la copa", sostuvo.
"Eso puede ser realmente peligroso porque es un arma de doble filo: una victoria provocará una satisfacción muy grande y afectará positivamente su campaña, o si fuera negativa, puede ser peor", agregó.
Alejado el presidente de la Copa, el tema podra ser "explotado" por la oposición, según Murad. "A Lula le gusta mucho el fútbol. Casi fue futbolista profesional y yo creo que es más posible que él optimice el fútbol que Cardoso, un intelectual y lamentablemente distante de la cultura popular", opinó.
Una evaluación que, al parecer,,los asesores electorales del candidato izquierdista tomaron al pie de la letra.
La nueva campaña electoral del PT en televisión presenta a Lula parado en una cancha de fútbol, frente a una multitud que lo aclama, y exhibe un partido de la selección de Brasil contra otra identificada con casaca grises, en permanente alusión a los problemas que le quitan votos a Cardoso.
"La selección de Brasil está muy preocupada por marcar al jugador inflación, pero se está olvidando de los otros. Ah, se acercan con una jugada peligrosa los jugadores desempleo y violencia… atención, gol, gol, goooool contra la selección de Brasil' ', relata la voz del aviso. (FIN/IPS/ff/mj/ip cr/98