El Tribunal Penal Internacional, cuya creación se discute en esta capital, deberá demostrar su efectividad procesando a altas autoridades si pretende evitar nuevas atrocidades de guerra, advirtió la representación de Bosnia ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El embajador de Bosnia ante la ONU, Muhamed Sacirbey, dijo a IPS que el Tribunal Penal Internacional (TPI) debe marcar un progreso frente a los tribunales creados para casos como los de Ruanda o la ex Yugoslavia.
En la ex Yugoslavia, el tribunal "no logró someter a la justicia a las autoridades más importantes de la región, que son responsables por el genocidio" ocurrido en Bosnia-Herzegovina.
"No estoy seguro de que el TPI pueda constituirse en una herramienta eficaz si se limita a procesar a los sospechosos de menor importancia, mientras aquellos de la superioridad sólo son enjuiciados cuando están muertos o han abandonado el poder, como sucedió con Pol Pot", dijo Sacirbey.
En el caso de Bosnia, añadió, existen pruebas sobre la participación de importantes líderes de la región en atrocidades cometidas durante la guerra que causó 200.000 víctimas, pero como su participación se consideró importante para futuras negociaciones de paz, no se presentaron pruebas en su contra.
El gobierno de Bosnia acusó al presidente de Yugoslavia, Slobodan Milosevic, de orquestar la guerra de Bosnia-Herzegovina. Pero otros gobiernos, entre ellos el de Estados Unidos, estiman que se trata de una figura importante para contener al extremismo serbio.
Sacirbey también planteó que algunos países recopilan información en forma "selectiva" y eso podría debilitar el accionar del TPI, cuya creación se discute en una conferencia internacional que se inició en Roma el 15 de junio.
Por otra parte, la complejidad del debate internacional detonado por la propuesta para crear la nueva corte quedó evidenciado cuando se propuso incluir la "agresión" entre los crímenes que serán procesados por el Tribunal.
"La definición de agresión es mucho más amplia que la contemplada en este momento por los estatutos" del TPI, dijo el embajador bosnio. "Nosotros no podemos respaldar un concepto limitado, en el cual 'agresión' se aplica solamente a casos extremos como la invasión nazi a Polonia", planteó.
En los tiempos modernos, los dirigentes de algunas naciones tienen la capacidad de fomentar la agresión sin necesidad de recurrir a mecanismos obvios como las invasiones, añadió.
Destacó que la guerra de Bosnia fue un ejemplo de esos mecanismos, con una república atacada por soldados a sueldo de países extranjeros que sin embargo aseguraban formar parte de las fuerzas armadas bosnias, con lo cual el conflicto externo se transformaba en una contienda interna.
"Está claro que en el Consejo de Seguridad de la ONU hay diferencias políticas en torno a conceptos como agresión o genocidio", comentó Sacirbey, y por esa razón Bosnia está en desacuerdo con que ese organismo deba definir el concepto de agresión.
"Podríamos llegar a una situación en la cual la definición de agresión sea tan estrecha que será imposible procesar a un líder en ejercicio", advirtió.
El juez Richard Goldstone, quien participó como fiscal en los tribunales para Ruanda y la ex Yugoslavia, dijo a los delegados que si el TPI y sus fiscales son sometidos al control político del Consejo de Seguridad o de algunos países "no tendrá credibilidad y comprometerá la justicia internacional".
Goldstone consideró que el TPI enfrentará grandes desafíos, dado que los tribunales internacionales hasta ahora no han conseguido procesar a líderes sospechosos pese a estar respaldados por disposiciones de la ONU que consagran la acción contra los crímenes de guerra.
"No sé si un TPI creado por un convenio podrá mejorar ese desempeño", añadió. Recordó que la corte creada para el caso de Bosnia incluso tenía el poder para realizar detenciones con la cooperación de fuerzas militares, pero dudó que el nuevo tribunal tenga una policía especial a cargo de esta tarea. (FIN/IPS/tra- en/fah/mk/lc-ml/hd/98