El gobierno de Estados Unidos incumple su promesa de detener el recalentamiento del planeta al continuar subsidiando la industria del petróleo del país, principal responsable del cambio climático, declaró el grupo ambientalista internacional Greenpeace.
Mientras, los países del mundo continúan las negociaciones iniciadas el año pasado en Japón sobre el tratado internacional para reducir los gases con efecto invernadero, responsables del recalentamiento de la Tierra.
Washington entregó entre 15.700 y 35.200 millones de dólares en subsidios a la industria del petróleo en 1995, indicaron el martes pasado Greenpeace y el grupo consultor Industrial Economics, Inc.
Los subsidios desvían el respaldo público a las tecnologías "limpias" emergentes, y hacen más difícil que los combustibles menos contaminantes compitan en el mercado, dijo Kalee Kreider, directora de la campaña de Greenpeace en Estados Unidos.
Aunque se ha reconocido que los precios del petróleo no reflejan los costos ambientales del consumo de este combustible, el informe sostuvo que los precios ni siquiera reflejan los costos directos de la producción de petróleo.
Doug Koplow y Aaron Martin, investigadores de Industrial Economics, revelaron que las compañías pagan muy por debajo de la tasa media de los impuestos corporativos promedio, con pagos de más de 23 por ciento por debajo de las tasas usuales en 1995.
El gobierno también entregó 2.300 millones de dólares en subsidios a la exploración y producción doméstica de petróleo, y respaldó con 1.600 millones de dólares exportaciones relativas al petróleo y la producción extranjera.
"Los subsidios al petróleo son simplemente demasiado altos para ser ignorados mientras el mundo intenta dar forma a la estrategia mundial de cambio climático y hacer frente a las necesidades de escasos fondos gubernamentales", escribieron los investigadores.
La mayoría de los científicos atribuye el recalentamiento de la Tierra a las emisiones de gases invernadero, incluyendo el dióxido de carbono, causadas por la quema de carbón, gas y petróleo.
El Panel Integubernamental de Cambio Climático de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) predijo en 1995 que las temperaturas planetarias promedio podrían aumentar entre uno y 3,5 grados Celsius en el próximo siglo.
El lunes pasado, Washington anunció que, según científicos del gobierno, la temperatura mundial promedio se situó en un nivel "sin precedentes" durante los primeros cinco meses de 1998. El promedio planetario desde enero a mayo saltó medio grado a partir del mismo período un año antes.
Los científicos también dijeron que 1997 fue el año más cálido que se haya registrado, y que nueve de los últimos 11 años fijaron nuevos niveles de temperaturas cálidas.
Con el tiempo, estos aumentos pueden causar cambios en el clima, incluyendo tormentas, inundaciones, olas de calor y sequías cada vez más frecuentes e intensas.
Para hacer frente a este cambio climático, países industrializados elaboraron el borrador de un tratado de cumplimiento obligatorio en Kyoto, Japón, en 1997, con la meta de reducir las emisiones de seis gases invernadero en un promedio de seis por ciento por debajo de los niveles de 1990.
El acuerdo establece que estas reducciones se completen entre el 2008 y el 2012.
Bajo presiones políticas del Congreso, Estados Unidos aún no ratificó el tratado. No obstante, Clinton diseñó un programa para iniciar el proceso de reducción de las emisiones. Estos planes incluyen destinar dólares de la investigación en energía a fuentes "más limpias" como energía eólica y solar.
A pesar de estos esfuerzos, los ambientalistas alegan que el gobierno federal continúa subsidiando la industria del petróleo y que el gobierno aún se resiste a la energía renovable.
Al final de la década pasada, los subsidios federales al petróleo fueron más de cuatro veces superiores a los de las fuentes renovables de energía y las fuentes eficientes, dijo Kreider. Los subsidios a todos los combustibles fósiles fueron 10 veces más altos, agregó.
Las estimaciones de Koplow y Martin revelaron que Washington brindó subsidios de entre 5.200 y 11.900 millones de dólares al sector petrolero durante 1995. La estimación excluye el costo de la lucha contra el abastecimiento de petróleo del Golfo Pérsico, que cuesta entre 10.500 y 23.300 millones de dólares.
A pesar de las reformas para reducir la eliminación de los impuestos para el petróleo y el gas, la industria continuó beneficiándose de los subsidios, indicó el informe.
Los subsidios redujeron el pago de impuestos entre 1.100 y 2.300 millones de dólares durante 1995. Las compañías petroleras continuaron pagando impuestos a una tasa de más de 20 por ciento por debajo del nivel estatutario.
Según el informe, los créditos del Banco de Exportaciones e Importaciones de Estados Unidos y la Overseas Private Investment Corporation brindan entre 800 y 1.600 millones de dólares anuales en subsidios para exportaciones y producción extranjera. (FIN/IPS/tra-en/dk/mk/lp/en/98