AUSTRALIA-INDONESIA: Caída de Suharto redefine las relaciones

Australia reconsidera el respaldo al control total de parte de Indonesia de sus 17.000 islas y 300 grupos étnicos, tras la renuncia del dictador Alí Suharto bajo presión popular.

La capacidad del gobierno de Suharto para mantener el orden y la cohesión civil mediante un acelerado crecimiento económico logró en el pasado el respaldo de Australia al régimen de Suharto, quien renunció el 20 de este mes dejando la presidencia en manos de su ex vicepresidente, Bacharuddin Jusuf Habibie.

Pero aunque Australia apoyó la capacidad política de Suharto, quien se mantuvo 32 años en el poder, y sus logros económicos, los métodos de gobierno a menudo resultaron vergonzosos para Canberra por violar los derechos humanos.

Sin embargo, influyentes asesores aconsejaron al gobierno de turno en Australia mantenerse en buenos términos con Suharto.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) nunca reconoció la anexión en 1975 de Timor Oriental, en la que murieron unas 200.000 personas, o un tercio de la población de la isla.

Al igual de Timor Oriental, Papúa Occidental, o Irian Jaya, según la llama Yakarta, fue anexada por Indonesia despúes que la población de la isla votó por sumarse a la república bajo la Ley de Libre Opción, bajo los auspicios de la ONU.

Críticos internacionales, sin embargo, calificaron la Ley de "farsa" debido a que el proceso fue controlado por el régimen militar indonesio.

La actual población de Papúa Occidental se estima en unos 900.000, y el número de muertos como resultado de la ocupación indonesia desde 1969, en unos 300.000.

Los analistas opinan que la posición de Australia en relación a Indonesia perdió vigencia, a la luz de la nueva realidad política. Incluso en Estados Unidos comienzan a oírse voces a favor de las reformas políticas, y nuevas iniciativas en el Congreso sobre Timor Oriental y otros territorios problemáticos.

El presidente del subcomité de Derechos Humanos del Congreso, Chris Smith, se reunió con Habibie y presionó por la liberación de todos los prisioneros políticos en Indonesia.

Además, se refirió a la necesidad de abrir un diálogo con el pueblo de Timor Oriental y Papúa Occidental sobre una "solución justa para su estatuto político".

"Australia no tiene motivos para temer la ruptura de Indonesia, al igual que no tuvo que preocuparse por el desmantelamiento de la ex Unión Soviética", escribió el reconocido comentarista político Brian Toohey en la publicación Australian Financial Review.

"Una Indonesia más democrática emergerá una vez que ya no tenga que reprimir a sectores significativos de su población", sostuvo.

Señales de un enfoque más maduro en relación al archipiélago indonesio y el reconocimiento de que los cambios en las fronteras del "imperio javanés" son inevitables parecen emerger en la Inodnesia post-Suharto.

El líder musulmán Amien Rais, quien jugó un papel clave en el movimiento popular contra Suharto, dijo que el derecho a la autodeterminación del pueblo timorense debe ser respetado.

El líder del grupo musulmán Muhammadiyah, con 25 millones de simpatizantes, dijo a los periodistas que es necesario realizar un referendo en el territorio cuando antes, bajo los auspicios de la ONU y la comunidad internacional.

Raís, quien la semana pasada anunció su intención de postularse para la presidencia en las elecciones aún sin fecha anunciadas por Habibie, dijo que el líder de la resistencia timorense Xanana Gusmao "merecer ser liberado porque es respetado por su propio pueblo".

Xanana Gusmao, ex líder de las fuerzas de resistencia, fue sentenciado a prisión perpetua en 1992, aunque la sentencia fue luego reducida a 20 años.

El líder sindical Muchtar Pakpahan, liberado hace una semana, lidera la campaña en Indonesia por la liberación de Xanana. (FIN/IPS/tra-en/si-aa/js/mk/ip hd/98

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