Irene Sáez, la mujer que ha estado más cerca de alcanzar la presidencia en la historia de Venezuela, ofreció hoy derrotar la pobreza y llevar su país al "primer mundo" si gana las elecciones del próximo diciembre.
Ante unos 20.000 seguidores de su movimiento Irene (acrónimo de Integración, Representación, Nueva Esperanza), llegados de todo el país hasta el principal escenario de la capital, El Poliedro, Sáez lanzó abiertamente su candidatura.
Atrás dejó el tono coloquial, con acento quedo y énfasis en los puntos de vista parroquiales que desde 1993 caracterizaron sus declaraciones como alcaldesa del rico municipio caraqueño de Chacao, cargo al que renunció hace dos días.
"Existen dos Venezuelas: una rica y petrolera y otra pobre, víctima de 40 años de una democracia incompleta. A nuestra cara se arrojan las estadísticas de que 85 por ciento de venezolanos viven en la pobreza. Exigimos un cambio profundo', dijo Sáez.
"Asumo el compromiso de la transformación de nuestro país, sin violencia, con inteligencia, con la fuerza de la juventud", clamó en este acto la aspirante de 36 años, famosa desde que en 1981 ganó el certamen de belleza Miss Universo.
El llamado al cambio pacífico y con "la unión de todos los venezolanos" guió todo su discurso, para marcar diferencias con su mayor rival en las encuestas de opinión, el ex líder golpista Hugo Chávez, presentado en los análisis políticos y de prensa como un "vengador" de los desposeídos.
Sáez reinó solitaria en las encuestas como la aspirante número uno a la presidencia durante más de año y medio, pero hace dos meses fue desplazada por Chávez, según los más conocidos sondeos de opinión.
En el último, conocido este sábado y con el cual la firma CVI abarca las cinco mayores ciudades, Chávez recoge 22,2 por ciento de intenciones de voto, frente a 13,9 de Sáez, que desciende al igual que el socialdemócrata independiente Claudio Fermín (4,2) y mientras sube el empresario Henrique Salas (11,8).
El lanzamiento de Sáez en el colorido y entusiasta acto procuró el doble efecto de frenar su caída en las encuestas y apuntalar su imagen de independiente, pocos días antes de que el segundo de los partidos tradicionales, el socialcristiano Copei, la adopte como candidata, según todos los pronósticos.
Para completar la oferta electoral solo se aguarda que el primer partido, el socialdemócrata Acción Democrática, lance su propia opción, el secretario general Luis Alfaro, en un panorama hasta ahora dominado por candidatos independientes.
En el acto, como hizo hace dos días al dejar la alcaldía, Saez mostró una imagen "al estilo Eva Perón", según el diario El Nacional: su cabellera rubia recogida en un moño, un traje "tailleur" azul marino, una blusa de listas blanco y fucsia, los puños cerrados al criticar a los políticos tradicionales.
"¿Puede ser una democracia verdadera la que ha manejado centenares de miles de millones (de dólares) y tiene medio millón de familias en una nueva pobreza, la pobreza atroz, un millón de desempleados y cuatro millones de personas subsistiendo en la informalidad?", preguntó agresivamente la candidata.
Fue la única oradora del acto, bajo una gran pancarta que rezaba "Soy independiente, Irene presidente", y precedida por la actuación de grupos musicales, como el del "diablo de la salsa" Oscar D'Leon, y un video con imágenes de las revueltas civiles y militares de los ultimos años.
Sobre ese telón de fondo, Sáez ofreció "transformar la democracia de partidos en una ciudadana y participativa. Debemos dar el salto a la modernidad, salir del sótano del tercer mundo y llegar al primero, porque nuestra gente es de primer mundo".
Esbozó luego las líneas de su gobierno, a base de las propuestas sobre el campo social de los economistas y politólogos que la asesoran, firmes partidarios de la economía de mercado. Propuso descentralizar los servicios de salud y educación, y permitir el cobro de impuestos a los estados.
Anunció reformas para reducir a diez los actuales 26 ministerios y que un secretario general de gobierno haga las veces de primer ministro, ocupándose de las cosas cotidianas, "para que la presidenta pueda concentrarse en los grandes temas estratégicos".
Ofreció programas de cuidado para la mujer embarazada y un plan de emergencia alimentaria para los niños, instalando comedores en las escuelas.
A los jubilados "no aceptaré que se los siga humillando", dijo, en alusión a las constantes marchas callejeras de los ancianos reclamando el pago de sus pensiones.
Sin embargo, planteó el trabajo y el esfuerzo de todos, "pues necesitamos acabar con el Papá Estado. Ahora habrá una Mamá Estado", proclamó, y entonces los gritos y ovaciones se llevaron sus palabras.
Se abstuvo de indicar si privatizará al gigante estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), y, en cambio, ofreció apoyo a los planes de apertura a capitales privados de segmentos del negocio petrolero, acelerados durante la actual presidencia de Rafael Caldera.
Recordó que el servicio de la deuda pública consume 40 por ciento del presupuesto, "limitando la capacidad de inversión del Estado en seguridad social e infraestructura", pero aseguró que "Venezuela va a pagar" todos sus compromisos.
Su rival Chávez propone renegociar la deuda externa y reelaborar los planes de expansión de PDVSA para hacerse con recursos con los cuales enfrentar la "deuda social" de la democracia con las mayorías epobrecidas.
Finalmente, Sáez aseguró a sus ex gobernados de Chacao que "nunca" los abandonara y, en sintonía con la tendencia latinoamericana de emergencia de líderes locales, aseguró que los presidentes venezolanos "habrían sido mejores si antes hubieran sido alcaldes".
En el pasado, otras mujeres lanzaron su nombre como aspirantes a la presidencia de Venezuela, pero con partidos de fuerza minúscula y sin impacto en el electorado. Sáez es la primera con posibilidades reales de gobernar a sus 23 millones de compatriotas. (FIN/IPS/jz/mj/ip/98