La autorización del gobierno de Sudán a aumentar el número de aviones para el transporte de ayuda despejará la amenaza de una catástrofe humanitaria en el sur de ese país, asolado por la guerra y la sequía, señaló hoy el Programa Mundial de Alimentos (PMA).
Christiane Berthiaume, portavoz del PMA en Ginebra, anunció que una nueva flotilla comenzará este jueves a lanzar alimentos con paracaídas en zonas del sur de Sudán, donde unas 800.000 personas atraviesan una situación alimentaria crítica.
El PMA, una agencia del sistema de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), había exhortado hace dos semanas al gobierno sudanés a permitir la incorporación de nuevas aeronaves al programa de asistencia de la ONU.
David Fletcher, jefe de la operación del PMA en el sector sur de Sudán, advirtió en ese momento que "el peligro de que miles de personas mueran por hambre o por enfermedades se convierte en realidad mientras esperamos autorización para utilizar más aviones".
La Operación Supervivencia a Sudán, que encabezan el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), el PMA y 35 organizaciones no gubernamentales, recibió el pasado fin de semana autorización para usar tres aviones C-130 y un avión Buffalo en el abastecimiento a la provincia de Bahr el-Ghazal.
Con los nuevos aparatos, la flotilla del programa de asistencia se compone de cinco Hércules C-130 y dos Buffalo, para efectuar el puente aéreo de víveres entre Lokichokio, Kenia, y Bahr el-Gazhal.
Berthiaume estimó que, con esa flotilla, la Operación Supervivencia a Sudán podrá alcanzar su objetivo de enviar a las zonas afectadas un promedio entre 6.500 y 7.000 toneladas de víveres por mes.
Con unas 6.000 toneladas que podremos enviar con esos aviones, conseguiremos evitar la catástrofe, dijo la portavoz del PMA.
La región de Bahr el-Ghazel y también otras áreas de Sudán como el Alto Nilo y Equatoria Oriental afrontan una grave escasez de alimentos debido a una combinación de sequía e inseguridad, dijo el PMA.
En febrero hubo en esa región choques armados entre guerrillas rebeldes y tropas del gobierno. Sólo en esa zona, el PMA identificó a unas 350.000 personas necesitadas de asistencia humanitaria urgente.
Entre la ayuda a la región, Unicef y el PMA incluyen semillas y utensilios agrícolas para ser empleados en la temporada de siembra que se avecina.
Los envíos destinados a las organizaciones no gubernamentales contienen también alimentos terapéuticos y suplementarios para niños desnutridos y vacunas contra el sarampión y otros elementos para contener brotes de esa enfermedad.
Unicef provee asimismo sales de rehidratación oral contra la diarrea y medicinas esenciales.
En su función de agencia líder de la Operación Supervivencia a Sudán, Unicef coordina las actividades del equipo de respuesta de urgencia, que opera desde Lockichokio.
En el equipo de urgencia participan, además de Unicef y el PMA, las organizaciones independientes Save the Children, World Vision International, MEDAIR, Médicos sin fronteras, Comité Internacional de Reescate, SUPRAID y Oxfam, de Gran Bretaña.
La operación de ayuda a los 800.000 sudaneses amenazados por el hambre requiere recursos financieros por 65,8 millones de dólares.
En un llamado a los gobiernos y organizaciones donantes, el PMA indicó que con urgencia necesita 20 millones de dólares, que le permitirían cubrir las necesidades alimenticias durante los próximos cuatro meses.
Berthiaume lamentó el elevado costo de las operaciones de lanzamiento de víveres desde aviones en las regiones afectadas. Por cada tonelada enviada, el PMA debe sufragar 800 dólares, dijo. (FIN/IPS/pc/ff/dv/98