El FMI debe adoptar un mayor compromiso de ayuda con Indonesia, reclaman economistas locales poco después de la llegada a esta capital del director para Asia-Pacífico de la institución, Hubert Neiss.
Los críticos afirman que este es el momento en que Indonesia necesita más que nunca la ayuda de instituciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI), ya que se encamina al colapso económico total.
En la tarde del martes, Neiss habló sobre las condiciones que deben existir para que el FMI reanude las entregas de fondos del paquete de 43.000 millones de dólares que lidera para Indonesia. "Lo que Indonesia necesita ahora es crear estabilidad política y acelerar la reforma", declaró.
"El gobierno de Habibie debe ser capaz de fortalecer la rupia y restaurar la confianza de los inversores extranjeros", dijo Neiss, sin decir cuándo el Fondo desembolsaría los próximos mil millones de dólares correspondientes al paquete de ayuda.
Mientras, la normalidad parece haber vuelto a las calles de la capital de Indonesia, donde soldados fatigados se retiran y los ciudadanos vuelven a usar el transporte público.
Pero la reanudación de la rutina tras la caída de Alí Suharto de la presidencia la semana pasada no cambió el hecho de que la golpeada economía indonesia se encamina a la bancarrota, en la peor situación desde que la crisis golpeó al sudeste de Asia el año pasado.
Se estima que la inflación alcanzará 80 por ciento este año, las reservas de divisas son muy bajas y los disturbios que aceleraron la caída de Suharto desataron la fuga de capitales, en especial de la minoría étnica china que controlaba alrededor de 70 por ciento de la riqueza de este país asiático.
Prabhakar Narvekar, asesor especial del FMI, dijo el martes en Suiza que la fecha de la nueva entrega de fondos a Indonesia dependerá de la situación política del país.
La percepción de que el FMI comienza a bajar sus pulgares mientras el tejido social de Indonesia se deshace alimenta reclamos de una rápida acción del gobierno del nuevo presidente, Jusuf Habibie, y el FMI.
En algunos círculos, la reacción contra el FMI por tomar una actitud expectante comienza a tomar forma, sobre todo porque las condiciones impuestas por la institución financiera, como la eliminación de subsidios contribuyó a alzamientos y saqueos populares en los últimos meses que causaron más de 500 víctimas.
Algunos observadores ven a Ness más como un "juez" de la situación de Indonesia que como representante de una institución que supuestamente debe ayudar a una nación antes próspera y ahora en la miseria.
Criticando a políticos y figuras reformistas, el economista Faisal Basri dijo que no hay tiempo que perder si se quiere evitar que la escasez de alimentos y los problemas económicos provoquen nuevas protestas.
Con una contracción en la economía estimada en alrededor de 20 por ciento para este año y más de 10 millones de desempleados en un país de 200 millones, no hay tiempo para que los políticos se dediquen a un debate trivial, dijo Basri, ya que "hay muchas cosas en juego".
Para el indonesio promedio, la vida cotidiana se convirtió en una lucha por encontrar y poder pagar bienes básicos como alimentos.
La escasez de alimentos es sólo uno de los efectos de los alzamientos, saqueos y destrucción de principios de este mes. La destrucción fue intensa en áreas de residencia de indonesios de descendencia china, desatando un éxodo de comerciantes chinos temerosos de la violencia.
Los indonesios chinos constituían casi 97 por ciento de los abastecedores de alimentos en Yakarta y otras ciudades. La severa escasez de alimentos también glpeó a Medan, capital de Sumatra del Norte, donde también se produjeron saqueos de los comercios y tiendas de los chinos.
Sin estos comerciantes, el sistema de distribución se cortó en muchas partes de Indonesia y el abastecimiento interrumpido. Si se encuentran alimentos, sus precios se cuatriplicaron y quintuplicaron.
El ministro de Economía e Industria, Ginanjar Kartasamita, dijo que Indonesia necesita importar al menos tres millones de toneladas de arroz, cuatro millones de toneladas de soja, 2,5 toneladas de harina blanca y grna cantidad de medicinas.
Y aunque Indonesia es el mayor productor de aceite comestible, ahora necesita importar una gran cantidad del producto debido al caos en la distribución.
Mientras, Indonesia favorece la ayuda que sus vecinos puedan darle. Japón prometió una donación de 500.000 kilogramos de arroz a comienzos de junio. Taiwan se prepara para negociar con Indonesia sobre el pago de un envío de 200.000 toneladas de arroz. (FIN/IPS/tra-en/ky/js/lp/if ip/98