La comisión preparatoria del Tratado de Prohibición Completa de Ensayos Nucleares (TPCE) lanzará la semana próxima una ofensiva para obtener la ratificación del pacto en Argentina, Brasil y Chile, los tres países de América Latina con más instalaciones de vigilancia.
El secretario ejecutivo de la comisión preparatoria de la Organización del TPCE, el alemán Wolgfang Hoffmann, iniciará el lunes en Brasilia una gira por los tres países para sostener entrevistas con gobernantes, diplomáticos y legisladores.
Argentina, Brasil y Chile suscribieron el tratado el 24 de septiembre de 1996, el mismo día en que se abrió a la firma en Nueva York, en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cuyo secretario general es el depositario del pacto.
Pero ninguno de los tres ratificó hasta ahora el TPCE, a pesar de que las respectivas cancillerías comparten los objetivos del tratado que prohibe ensayos de armas nucleares y cualquier otra explosión atómica.
Perú es el único país de América Latina y el Caribe que había ratificado a fines de abril el tratado. De la región aún no han firmado Bahamas, Barbados, Belice, Cuba, Dominica, Guatemala, Guyana, San Cristóbal y Nevis, San Vicente y las Granadinas, Suriname y Trinidad y Tabago.
Sin embargo, para la entrada en vigor del tratado solo cuentan de la región la ratificación de cinco países: Argentina, Brasil, Chile, México y Perú.
El TPCE, fruto de una ardua discusión de más de 20 años en la Comisión de Desarme de Ginebra y en otros foros internacionales, estableció un complicado sistema para su entrada en vigor.
La vigencia del tratado empezará en el momento en que haya ratificado el documento el último de una lista de 44 países confeccionada de acuerdo con datos del Organismo Internacional de Energía Atómica de Viena sobre su disponibilidad de reactores nucleares.
Las cinco potencias nucleares declaradas, Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Gran Bretaña, firmaron el tratado, pero hasta solo franceses y británicos lo han ratificado.
En cambio, de los tres países ubicados en el llamado "umbral nuclear", India, Pakistán e Israel, que poseen armas nucleares pero no lo reconocen en forma pública, únicamente los israelíes subsribieron el TPCE.
India se opuso firmemente a la aprobación del texto sancionado porque entiende que el TPCE solo consigue consolidar un monopolio bélico nuclear en poder de cinco naciones y no avanza hacia el objetivo final del desarme, que es la eliminación total de las armas atómicas.
Las organizaciones pacifistas, que en su gran mayoría apoyaron la firma del TPCE, objetan que el texto excluya la prohibición de otras formas de ensayos nucleares que podrán efectuar las potencias bélicas más desarrolladas..
Jacqueline Cabasso, de Western States Legal Foundation, de Oakland, California, aseguró que Estados Unidos mejorará el diseño de sus armas nucleares mediante ensayos por simulación que se efectúan con computadores de altísima velocidad, evaluadas en centenares de millones de dólares.
Cabasso dijo esta semana en Ginebra, en una reunión del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), que Estados Unidos perfeccionará sus armas también con pruebas subterráneas subcríticas de "rendimiento nulo".
La oposición de India impedirá seguramente que el tratado entre en vigor mediante el requisito de ratificación de 44 países seleccionados, porque el gobierno que asumió en Nueva Delhi en marzo dejó abierta la posibilidad de construir armas nucleares.
Para superar el obstáculo de India a la entrada en vigor, los demás estados parte realizarán consultas, para establecer otros requisitos de vigencia del tratado, cuando se realice la primera conferencia de revisión en 1999, tres años después de la aprobación.
Argentina y Brasil anunciaron en los años 80 que abandonaban las investigaciones nucleares con fines bélicos y adhirieron, como también Chile, al Tratado de Tlatelolco, que declaró a América Latina zona libre de armas nucleares.
Pero el interés de Hoffmann en los tres países se debe a que en conjunto disponen de 23 instalaciones de vigilancia que pueden detectar ondas sísmicas y acústicas causadas por explosiones nucleares que violen el TPCE.
En sus estaciones, radionúclidos pueden obtener muestras del aire, que se analizan posteriormente en los laboratorios de radionúclidos para determinar la presencia de material radiactivo.
El sistema internacional de vigilancia creado para el TPCE utiliza una cadena ya existente de estaciones sismológicas de red primaria y de red auxiliar, estaciones de radionúclidos, laboratorios de radionúclidos, estaciones hidroacústicas y estaciones infrasónicas.
Argentina tiene ocho estaciones y un laboratorio, Brasil, seis estaciones y un laboratorio, y Chile, siete estaciones.
Fuentes de la comisión preparatoria de la Organización del TPCE, que tiene sede en Viena, dijeron que Hoffmann confía en que la ratificación de los tres países sudamericanos impulse a otras naciones en desarrollo a seguir el ejemplo.
Algunos países no firmaron el tratado por simple ignorancia de su significado o por falta de antecedentes técnicos, como ocurrió con Guatemala.
Hasta ahora, el tratado ha sido firmado por 149 países y ratificado por 13. Pero de los 44 estados que deben ratificarlo para que entre en vigor, solo seis lo habían hecho a fines de abril. (FIN/IPS/pc/ff/ip/98