El sistema bancario de América Latina y el Caribe resistió bien los coletazos de la crisis asiática, en evidencia de fortaleza tras su reforma generalizada, situación que fue expuesta en un encuentro en Madrid.
La tercera Reunión de Alto Nivel sobre las Reformas de los Sistemas Financieros en América Latina y el Caribe contó con la participación de directivos de organismos financieros multilaterales y de la banca de Europa y la región.
Entre los objetivos de la reunión, que se realizó entre el miércoles y el viernes, estuvo demostrar que la crisis asiática dejó incólume el sector financiero, pese a afectar el comercio regional.
Esa reacción positiva se debió a que "las lecciones como las de México fueron bien aprendidas", indicó a IPS la venezolana Manuela Rangel, directora de Relaciones Económicas del Sistema Económico Latinoamericano (SELA), cuya sede está en Caracas.
El SELA, con 28 países miembros, es el organizador de estos encuentros entre Europa y la región, junto con la Agencia Española de Cooperación Internacional.
La funcionaria regional explicó que América Latina pretende que los operadores financieros y los calificadores de riesgo de Europa no caigan en el simplismo de "colocar en el mismo saco a todas las economías emergentes, como sucede cada vez que salta la alarma roja por una crisis".
El sistema financiero regional fue contagiado por el llamado "efecto tequila" cuando en diciembre de 1994 se abrió la crisis de México, en un momento en que varios países se sobreponían al impacto de la reforma general del sector.
Un segundo objetivo fue que los directivos del sistema bancario latinoamericano conozcan las reglas que determina la nueva regulación del sector por parte de la Organización Mundial de Comercio.
"Para una región en desarrollo como la latinoamericana y caribeña resulta positivo que haya normas multilaterales que disciplinen la globalización financiera, pero resulta urgente que los operadores del sistema conozcan sus alcances", detalló Rangel antes de viajar a Madrid.
La globalización implica profundas transformaciones en la tradicional especialización de las instituciones nacionales, debido a la multiplicación de nuevos productos y servicios, que se acompaña con la entrada masiva de la competencia externa.
La apertura al capital internacional ha sido uno de los pilares de la reforma del sistema financiero latinoamericano, tras superar las crisis sistémicas que desde la década pasada y hasta mediados de ésta soportaron la mayoría de los países.
La reunión sirvió también para intercambiar datos sobre los esfuerzos para mejorar la supervisión del sistema bancario, los mercados bursátiles y el área de los seguros que está impulsando cada país, a fin de repararse frente a las turbulencias internas y las derivadas de la globalización.
El encuentro euro-latinomericano contó con el apoyo técnico del Fondo Monetario Internacional y del Intituto Internacional de Banca y Finanzas de la Universidad de Londres y la colaboración del Banco Interamericano de Desarrollo.
Junto con presidentes o directivos de Bancos Centrales y Superintendencias de Bancos participaron representantes de la banca latinoamericana y de la europea, que ha tenido una gran penetración en este lado del Atlántico durante esta década.
La anterior reunión se realizó en Caracas en octubre, cuando aún no se había producido la segunda ola de la crisis asiática, cuyo impacto se extendió a las plazas financieras de Singapur y Hong Kong y a Corea del Sur, con repercusiones que tocaron las riberas latinoamericanas, en especial a Brasil. (FIN/IPS/eg/ff/if/98