/BOLETIN-AMBIENTE/ MEXICO: Contrabando a EE.UU. de productos que atacan el ozono

Las autoridades de México llevan la delantera en América Latina en medir la radiación solar y advertir sus peligros, pero su territorio estaría siendo usado para el contrabando de químicos que destruyen la capa de ozono.

México, reconocido por la Organización Mundial de la Salud como importante centro de investigación de los rayos ultravioletas, alberga una fábrica cuya producción de cloroflurocarbonos (CFC) – aerosoles químicos que afectan la capa de ozono- se exporta en forma irregular.

La denuncia contra la empresa Quimobásicos, con sede en la ciudad de Monterrey y que tiene como accionistas a la firma mexicana Cydsa y a la transnacional estadounidense Allied Signal, fue formulada por Ozono Action, una grupo internacional de investigación ambiental.

"De vez en cuando escuchamos o leemos esas denuncias de contrabando y lo lamentamos", pues México hace esfuerzos para proteger la capa de ozono y advertir a la población sobre los peligros del sol, dijo a IPS Luis Acosta, director de Radiación Solar del Sistema Integral de Información Ambiental.

El gerente comercial de Quimobásicos, José Angel Anidón, rechazó las acusaciones de Ozono Action, quien dijo a IPS que la empresa exporta legalmente CFC a países de América Latina y entrega el producto en México a decenas de distribuidores, pues no existe impedimiento legal para hacerlo.

Andión reconoció, sin embargo, que parte de la producción de CFC de Quimobásicos ha ingresado como contrabando a Estados Unidos, pero sostuvo que los responsables son distribuidores o personas sobre las que no tiene ningún control.

Según Ozono Action, un tanque de CFC en México se puede comprar a 42 dólares, mientras en Estados Unidos cuesta 550. En el primer país la producción y venta de CFC será legal hasta el 2010 mientras que en el segundo su comercialización está ya seriamente limitada.

Para contrarrestar la destrucción de la capa de ozono, en 1987 se firmó en Montreal, Canadá, un protocolo internacional dirigido a detener la producción de los CFC, sustancias usadas especialmente como refrigerantes y disolventes.

Los países industrializados se comprometieron a eliminar los CFC en enero de 1996 en su mayoría de aplicaciones, mientras los países en desarrollo deberán hacerlo antes del 2010.

Aunque México está en la segunda categoría, ha dado pasos firmes en el compromiso. Actualmente, 99,9 por ciento de los aerosoles locales no contienen CFC y el uso de esos productos es cada vez menor en los sistemas de refrigeración y aire acondicionado, según documentos oficiales.

Pero Quimobásicos parece actuar en otra línea. La empresa ha introducido en forma ilegal a Estados Unidos "cantidades alarmantes" de CFC, asegura Ozono Action.

Pero Andión replicó que la empresa está disminuyendo la producción de CFC, según el compromiso del gobierno mexicano, y no tiene responsabilidad por el producto ingresa en Estados Unidos.

Por su posición geográfica, México está sometido al doble de radiación solar que algunos países europeos, advirtió Acosta.

Si la capa de ozono que cubre al país se adelgaza en los próximos años, como vaticinan algunos científicos que alertan sobre el persistente uso de CFC en el mundo, los rayos ultravioletas se incrementarían hasta índices alarmantes.

En países como Alemania o Finlandia el nivel de rayos ultravioletas llega en verano a siete en una tabla de 15, mientras que en México en la misma época llega a 13 y 14 puntos, como sucedió en las últimas semanas.

La radiación ultravioleta proyectada en grandes cantidades sobre la piel daña las moléculas que contienen el código genético de las personas, lo que en casos extremos puede producir cáncer, advierten estudios de la Organización Mundial de la Salud.

Desde febrero, el Sistema de Informacióm Ambiental difunde cada hora en la capital de México informes públicos sobre la intensidad de los rayos ultravioletas y señala un tiempo máximo de exposición al sol para cada tipo de piel.

"Somos pioneros en medir los rayos ultravioletas en América Latina, por eso la Organización Mundial de la Salud nombró a México como un centro de difusión interancional sobre el tema", dijo el director del Radiación Solar del Sistema Integral de Información Ambiental.

Gracias a la difusión puntual de las mediciones, la población empieza a comprender el peligro de la exposición a los rayos ultravioletas y se protege en mayor medida del sol, afirmó.

La medición de la intensidad de los rayos ultravioletas permite a las autoridades de la capital mexicana, además de alertar a la población, relacionar su con gases contaminantes.

Rayos solares y gases de combustión crean una reacción fotoquímica que reproduce el ozono, pero a nivel de superficie, lo que irrita las vías respiratorias y podría producir enfermedades crónicas de tipo respiratorio. (FIN/IPS/dc/ag/en/98

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