ARGENTINA: Internet avanza con tropiezos en las escuelas

La Internet no está extendida en la enseñanza de Argentina, aunque en todo el mundo las escuelas se conectan a la supercarretera de la información y se multiplican las bibliotecas virtuales, las enciclopedias en CD-roms y el trabajo en red de niños a miles de kilómetros de distancia.

Mientras el gobierno declaró el acceso a la Internet como "asunto de interés nacional" y tiene la intención de fomentar su uso en la enseñanza, la cultura y la salud, la red no existe en las zonas rurales.

En las escuelas públicas, los maestros están demasiado ocupados negociando mejores salarios como para preocuparse por navegar en la red mundial. Es una historia conocida en la mayoría de los países en desarrollo con poco dinero.

El uso de Internet en estos países está relacionado más con los recursos, cuánto dinero puede ganar la gente y cuánto se inyecta al sistema de enseñanza pública, que con la facilidad de conexión a la red.

Pero en Argentina la falta de recursos no impidió que niños, maestros y escuelas experimenten con la Internet en el sistema educativo, aunque no siempre con éxito.

La escuela pública Ricardo Rojas, de Buenos Aires, creó una página en la red, en julio de 1996, a un costo de instalación de 1.000 dólares, recaudados por un progenitor. Al principio, las cosas parecían prometedoras.

"Tenemos que aprovechar la fascinación que los niños sienten por la tecnología. Muchas cosas parecen imposibles de explicar en el aula, pero con la magia de las computadoras, los niños se interesan mucho y no quieren irse", dijo Paula Rapado, la maestra de tecnología de la información.

No es de sorprender que Rapado se haya convertido en una maestra muy popular. Pero no tardaron en surgir problemas imprevistos.

Cuando un grupo de niños que estudiaban los océanos decidieron buscar monstruos marinos en la Internet, no encontraron nada en español. Así que tuvieron que trabajar con la maestra de inglés.

Los padres se quejaron cuando sus hijos dejaron de estudiar para buscar cosas "irrelevantes y peligrosas", según afirmaron.

La gota que colmó el vaso fue que los niños trataron de poner dos artículos de su autoría en la página de la red, uno sobre drogas y otro sobre brutalidad policíaca. Las autoridades de la escuela intervinieron, detuvieron la publicación y clausuraron el proyecto.

"La Internet crea este problema. Antes, las opiniones de los niños no trascendían las paredes de la escuela. Los adultos deben ejercer el control", sentenció la directora Dora de San Celedonio.

"Niños de 10, 11 y 12 años de edad no pueden ser completamente libres porque no tienen los conocimientos suficientes. Y sus opiniones circularán con el nombre de la escuela", señaló.

Pero otros proyectos tuvieron mejor suerte. Unas 210 escuelas de Buenos Aires participan en un diario "multimedios" denominado La Nave, Tripulantes del Caos.

Los alumnos colocaron sus propias páginas en la Internet con el apoyo de las autoridades municipales y escolares y de una compañía servidora de Internet.

Las páginas están repletas de poemas de los niños, sus dibujos y artículos sobre las materias que están estudiando, sus escuelas y actividades extracurriculares, así como información sobre Argentina.

"Queríamos información en nuestro idioma, porque la lengua que predomina en Internet es el inglés", señaló Silvio Gruber, fundador de La Nave.

A unos 25 kilómetros de Buenos Aires, alumnos de una escuela primaria del pueblo de Monte Grande se comunican con el resto del planeta por correo electrónico. En la provincia de Mendoza, 93 escuelas primarias y secundarias están conectadas a la red.

Otro importante sitio educativo en español, llamado Nueva Alejandría, se dirige desde Buenos Aires y es mantenido por maestros independientes, con 159 escuelas escuelas afiliadas de toda América Latina. De Argentina hay 36 y en segundo lugar está Brasil con 29.

Los maestros también se interesaron en Internet, como lo revela una lista de correo electrónico creada por el Centro de Comunicaciones Científicas de la Universidad de Buenos Aires y utilizada por más de 200 educadores e instituciones.

El Ministerio de Cultura y Educación creó una página para los maestros que les brinda información actualizada y la biblioteca nacional magisterial se encuentra disponible en la red.

La lista sigue creciendo. Muchas escuelas argentinas se quieren adherir a la Internet para ver, navegar y hablar por la red.

Pero la estructura abierta y no jerárquica de la Internet representa un desafío para el régimen piramidal que es tradicional en el sistema escolar.

Algunas organizaciones religiosas se irritaron el año pasado cuando una fundación contra el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) colocó una página en la red que promovió el uso de condones.

Los padres temen que las opiniones de sus hijos, que circulan con libertad por el mundo, los exponga a "peligros y represión". Y los psicólogos se preocupan por las posibles consecuencias para los niños de la pornografía y la violencia existente en la red.

Estos son problemas comunes a todo el mundo y no sólo atañen a los países pobres. A la vez, pocos niegan que la educación en la mayor parte del Sur en desarrollo carece de recursos para la información, incluso papel.

Aún no se sabe si la Internet es el instrumento mágico que algunos aseguran, pero muchos maestros en el mundo en desarrollo creen que puede ayudar a llenar la brecha de los recursos. —— (*) IPS pone a disposición de sus suscriptores este material por un acuerdo de distribución con la institución internacional de comunicación Panos Features, de Londres. (FIN/PANOS/tra-en/dds/aq-ml/ed/98

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