AFRICA: Países francófonos alertas ante llegada del euro

Los países de Africa francófona son escenario de reacciones que van desde el escepticismo hasta el pánico por una eventual devaluación de su unidad monetaria ante la inminente aparición del euro, la moneda única de la Unión Europea.

En las naciones de este continente que comparten como moneda el franco CFC, cuya cotización está atada al franco francés, nadie es indiferente a la aparición del euro, en especial porque aún está fresca la memoria de las secuelas que dejó una devaluación de 100 por ciento en 1994.

El euro entra en vigencia el 1 de enero de 1999 en 11 naciones de la Unión Europea, y se espera que para el 2002 haya reemplazado por completo el uso de las monedas nacionales. Una de las divisas condenada a desaparecer es precisamente el franco francés.

A comienzos de abril, el ex primer ministro francés Pierre Mesmer recomendó a los países africanos usuarios del franco CFC prepararse para una devaluación como resultado de los efectos del euro.

Esta declaración fue contrarrestada por el ministro de Asuntos Económicos de Francia, Dominique Strauss Khan, quien aseguró a sus colegas del Africa francófona que el franco CFC no sufriría ninguna devaluación como consecuencia de la desaparición del franco francés.

Algunos economistas africanos coincidieron con el ministro francés, argumentando que las economías de los países donde se usa el franco CFC se han fortalecido en los últimos años, y por lo tanto no se justificaría una devaluación.

Pero en esta zona aún se recuerda lo ocurrido en 1994, cuando empresas e individuos vieron disminuir abruptamente sus capitales tras una devaluación del franco CFC, que pasó de 50 a 100 unidades por cada franco francés.

En Brazzaville, capital de Congo, los bancos comerciales comenzaron a registrar un aumento en el retiro de depósitos.

"El impacto del euro sobre el franco CFA ya nos está preocupando. Los clientes retiran sus ahorros e invierten en divisas más fuertes", comentó a IPS el jefe de relaciones públicas del Banco de Agricultura, Industria y Comercio, Jacques Ngakosso.

El Comité de Auditoría de la Unión de Bancos Congoleses dijo que, a diferencia de 1994, ahora las personas tienen tiempo para prepararse ante la eventualidad de una devaluación, pero advirtieron que los retiros podrían agotar la capacidad de financiamiento de la banca local.

Los bancos que acaban de reanudar operaciones tras la guerra civil que terminó en octubre no logran abastecer la demanda de divisas, lo cual generó una intensa actividad de cambistas callejeros. Sin embargo, también ellos se están quedando sin reservas en moneda extranjera.

"Nunca tuvimos tantos clientes", advirtió el cambista Mathias Kodia.

Sus clientes son gente como la vendedora de pescado salado al por mayor Hortense Mviri, que perdió la mitad de sus ahorros en 1994. "Ahora tomo precauciones, porque Francia nunca mantiene sus promesas", comentó.

En Burkina Faso, el periodista del diario "L'Observateur Paalga" Paul Dedoui consideró que sin ninguna duda el franco CFC dejará de estar vinculado al franco francés y por lo tanto la devaluación es una posibilidad muy concreta.

"Pero no será una devaluación formal como en 1994; esta vez será una devaluación de hecho", dijo Dedoui.

En la capital de Burkina, Ouagadougou, los potenciales efectos del euro son un tema favorito de conversación. El comerciante de túnicas Tahirou Kabore sugiere que la actividad económica está más lenta porque "los ricos ya se llevaron su dinero a los bancos de Europa".

Pero el ministro de Asuntos Económicos de Burkina, Tertius Zongo, dijo que está dispuesto a apostar a que no habrá devaluación del franco CFC. "Podría apostar mi vida", expresó el representante gubernamental.

Explicó que la cotización del franco CFC no está garantizada por el banco central francés sino por la oficina del tesoro de ese país, y recalcó que la divisa africana "está respaldada en 100 por ciento por nuestras reservas en oro, depositadas en el tesoro francés".

"No existe la posibilidad de una devaluación", insistió Zongo.

En Togo, entre tanto, se han detectado movimientos de capitales hacia el extranjero, y el Banco Central de los Estados de Africa Occidental (BCEAO) tomó algunas medidas de control.

"Las transferencias de nuestros clientes hacia el extranjero son estrictamente controladas para evitar la fuga de capitales disfrazados como pagos", comentó el economista del Banco Internacional de Africa en Togo, Raymond Bamiab, al referirse a las medidas indicadas por el BCEAO.

En Costa de Marfil, el economista Mamadou Koulibaly consideró que el futuro del franco CFA y de su eventual devaluación "dependerá de los acuerdos entre Francia y sus socios europeos… debemos mantenernos alerta".

"Es necesario ser cuidadosos", coincidió el economista Theophile Pale, de la Universidad Marien Ngouabi en Brazzaville, quien sostiene que debería comenzar a reducirse la dependencia de París.

"La historia nos exige evolucionar", dijo Pale al citar un comentario del diario francés "Le Monde", según el cual a los países africanos les convendría cortar su relación financiera con Francia, aún si hay una relativa pérdida de estabilidad.

Por su parte otro economista congolés, Jean Marie Ekassa-Kanga, dudó que la Unión Europea siga sosteniendo el franco CFA. Su propuesta para enfrentar el futuro incierto va más allá: "tal vez llegó la hora de pensar en una unidad monetaria africana". (FIN/IPS/tra-en/lpo/yn/tyb/ag/esl/nrn/kb/mn/lc-ml/if/98

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe