SUDAFRICA: Relaciones interraciales se deterioran

La situación política y económica parece estabilizarse en Sudáfrica a medida que se acercan las elecciones generales del año próximo, pero las relaciones interraciales continúan deteriorándose, alertaron expertos.

El color de la piel es hoy más importante incluso que durante la transición a la democracia poco antes de la caída en 1994 del apartheid (régimen de segregación racial institucionalizada en beneficio de la minoría blanca), según un informe del Instituto de Relaciones Raciales de Sudáfrica (SAIRR).

"Algunas cosas mejoraron mucho, entre ellas la política macroeconómica y la restricción del gasto (del estado), pero hubo un deterioro en las relaciones raciales", observó el periodista Paul Pereira, uno de los autores del informe titulado "Fronteras de libertad".

El deterioro "alcanzó su pico a comienzos de los años 90, pero está de nuevo en boga usar la raza como criterio, tanto en la formulación de políticas como en el enjuiciamiento de las personas durante los debates", agregó Pereira.

Los sudafricanos sufrieron el racismo como sistema de gobierno entre 1948 y 1994, cuando el gobierno democrático encabezado por Nelson Mandela abrió una nueva era en el país que comenzó a ser denominado "la nación del arco iris".

Pero los blancos están comenzando a manifestar preocupación por la política de medidas positivas, mientras los negros, que constituyen 76 por ciento de la población y 95 por ciento de los pobres, considerando que los blancos continúan gozando de los frutos del apartheid.

"Si uno es negro, se considera legítimo criticar aspectos de la transformación, pero los blancos no lo pueden hacer. Las relaciones entre razas están peor de lo previsto y en deterioro. La validez o moralidad de una opinión dependen ahora de la raza de quien la formula", afirmó el comentarista Themba Sono.

Como testimonio del conflicto racial en la nueva Sudáfrica, el informe cita el caso de Vryburg, pequeño pueblo en la provincia Noroccidental donde los blancos quieren fuera del cargo al alcalde negro Hoffman Galeng, mientras los negros amenazan con el boicot a los comercios de blancos.

El conflicto afloró cuando una niña blanca denunció haber sido atacada por cuatro estudiantes negros en la escuela media local, cuyo alumnado es en su mayoría blanco. Las autoridades del centro de estudios se negaron a inscribir alumnos negros luego y se registraron choques violentos.

"Las escuelas son el territorio ideal para que se generen conflictos raciales. Las diferencias culturales causan en los grupos un sentimiento de superioridad. Los niños exteriorizan los sentimientos de sus padres. El temperamento de los estudiantes arde con facilidad", sostiene el informe.

La Comisión de Derechos Humanos del país investigó unos 30 casos de racismo en escuelas de mayoría blanca el año pasado. Las autoridades de algunos de esos institutos se negaron a inscribir alumnos negros. También hubo estudiantes hospitalizados.

Otro ejemplo de conflicto racial es la negativa de los clubes de rugby, un deporte cuyos seguidores son en su mayoría blancos, a admitir negros en sus equipos.

El presidente de la Unión Sudafricana de Rugby (SARFU), Louis Luyt, obligó a Mandela a comparecer a una corte a declarar por qué designó una comisión para investigar cómo se administra ese deporte.

Fue la primera vez que un presidente sudafricano fue obligado a defender una decisión de gobierno ante la justicia. Mandela acusó a la SARFU de corrupta y racista.

"Les dimos un país. ¿Por qué no nos dejan quedarnos con nuestro rugby?", es la consigna que corean con frecuencia los blancos sudafricanos. Apenas dos negros jugaron en la selección nacional.

Como muestra de conciliación, Mandela permitió a la SARFU mantener su emblema, la gacela, que también fue un símbolo del apartheid. En los partidos se iza la vieja bandera de Sudáfrica y los seguidores entonan Die Stem, el himno del apartheid.

La Ley de Equidad en el Empleo aprobada en junio también eleva la temperatura, pues es considerado racismo a la inversa por los partidos opositores de mayoría blanca.

La norma obligará a las empresas privadas a emplear al menos a 75 por ciento de negros, 50 por ciento de mujeres y cinco por ciento de discapacitados.

El gobernante Congreso Nacional Africano afirma que la ley procura reflejar la demografía nacional. Los negros constituyen 76 por ciento de los 37,9 millones de sudafricanos. Los blancos son 12 por ciento.

Los empleadores que no hagan suficientes esfuerzos para cumplir la ley afrontarán multas de hasta 100.000 dólares el primer año, suma que aumentará hasta alcanzar 185.000 dólares el quinto año.

El opositor Partido Nacional, que gobernó durante el apartheid, considera que la ley es una interferencia directa en los asuntos de empresas privadas que acelerará la huida de capitales del país, pues "el mérito y la educación se ubican en el asiento trasero". (FIN/IPS/tra-en/gm/kb/mj/hd/98

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