MEXICO: García Márquez y Vargas Llosa despiden a Octavio Paz

Escritores e intelectuales latinoamericanos lamentaron en coro la muerte del poeta mexicano Octavio Paz y elogiaron su obra por universal y excelsa, aunque también se escucharon críticas a su incomprensión de la izquierda.

"Cualquier elogio a Paz es superfluo a estas alturas de su gloria", dijo este lunes dijo el laureado novelista colombiano Gabriel García Márquez.

. "Lo que hay que lamentar, tanto como su muerte, es la interrupción irreparable de un torrente de belleza, reflexión y análisis que saturó de extremo a extremo el siglo XX y cuya onda expansiva ha de sobrevivirnos por mucho tiempo", señaló García Márquez.

Otro grande de la literatura latinoamericana, el peruano Mario Vargas Llosa, pidió en Madrid rendir homenaje a Paz leyendo sus libros, pues se trata de "uno de los intelectuales que más lúcidamente se enfrentó a esta profunda revolución de de la vida política y también de la cultura de nuestro tiempo".

En el velatorio de Paz, el presidente mexicano Ernesto Zedillo declaró que México sentirá la ausencia del escritor, muerto el domingo a los 84 años, "por su compromiso con los valores más altos del espíritu".

"Hemos perdido algo muy íntimo, muy propio. Es cierto que nos quedan las ideas, las letras y el ejemplo de Paz, pero en adelante nos faltará su presencia", dijo Zedillo, que a fines de 1997 alentó la creación de la Fundación Octavio Paz para la cultura y las artes.

"Su pensamiento y pasión seguirán guiando la vida y la obra de muchos contemporáneos en México y en cualquier parte de la tierra", añadió el presidente, en el discurso central de una ceremonia realizada en el Palacio de Bellas Artes de la capital.

Para la escritora Elena Garro, ex esposa de Paz, que muchas veces se quejó del abandono a que fue relegada por el poeta, el autor deja "el legado de un siglo para otro siglo".

Elena Paz, hija de aquel matrimonio, que duró alrededor de dos décadas y quien ha seguido la huella literaria de sus progenitores, lamentó la muerte de su padre, pero le reprochó haber dado una vida desgraciada a Garro, al engañarla y negarle apoyo económico.

Elena Paz cuestionó a la segunda esposa del escritor, María José, de quien dijo que intenta apropiarse de los beneficios económicos de la obra de aquel, y exigió los derechos que le corresponderían a ella y a su madre.

Alejado de la polémica doméstica, el novelista y periodista cubano Leonardo Padura opinó que la muerte del premio Nobel Paz constituye "una pérdida de la cultura hispanoamericana".

"Con independencia de sus ideas políticas, ha dejado una impronta cultural importante", opinó el escritor cubano, en cuyo país Paz es casi un desconocido, entre otros motivos, por la censura de su obra.

En más de una ocasión, Paz puso en plano de igualdad al presidente de Cuba, Fidel Castro, con el ex dictador chileno Augusto Pinochet.

"Ojalá el lector cubano pueda tener ahora (luego de su muerte) una valoración más tranquila de la figura de Octavio Paz, lejos del lleva y trae de la política", manifestó por su parte el crítico de cine cubano Arsenio Cisero.

En Venezuela, Elías Pino Iturreta, Presidente del Centro Latinoamericano Rómulo Gallegos, que otorga cada dos años uno de los más importantes galardones literarios latinoamericanos, expresó a IPS que Paz es "el pensador y ensayista más notable del siglo XX" en la región.

"Lo que se siente al saber que ya no podremos contar los latinoamericanos con su pluma y su pensamiento es orfandad", declaró Pino Iturreta.

"Necesitábamos sus pautas para entender el reto de la globalidad y otros tantos desafíos de la vida de los latinoamericanos que ahora nadie nos explicará", agregó.

Historiador y ensayista, el presidente del Centro Rómulo Gallegos alabó toda la obra de Paz, pero destacó especialmente dos títulos que consideró capitales: "El laberinto de la soledad" y "El ogro filantrópico".

Numerosos intelectuales de América ya consideran esaos dos libros clásicos de la literatura mundial.

En Chile, Edmundo Herrera, presidente de la Sociedad de Escritores, manifestó que la muerte de Paz, quien sufría de cáncer, es una "pérdida para el mundo".

Según la escritora mexicana Elena Poniatowska, "el universo perdió a un escritor que semejaba un árbol donde todos encontraban sombra". (FIN/IPS/dc/ff/cr/98

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