JAPON: A la deriva y sin el papel de líder mundial

El papel de líder mundial de Japón se deshace ante la creciente impopularidad de su gobierno, un extendido sentido de bancarrota económica y su fracaso para tomar la iniciativa en la peor crisis que atraviesa Asia en décadas.

En los últimos meses, países como Estados Unidos atacaron a Japón por su incapacidad de estimular su economía y fortalecer a Asia. En voz menos alta, China y naciones del sudeste asiático expresan su frustración y una sensación de traición ante la inadecuada ayuda de Tokio.

"Parálisis", "indecisión", y "mirar hacia adentro" son frases a menudo usadas estos días para describir a la segunda economía mundial después de Estados Unidos y modelo de muchos países en desarrollo.

Mientras Japón va a la deriva, China es vista como una influyente figura regional. Aunque su ayuda a países golpeados por la crisis es una fracción de la asistencia de Tokio, Beijing se anotó puntos políticos presionando con reformas dolorosas y sin devaluar su moneda.

El primer ministro de Taiwán, Vincent Siew, dijo la semana pasada en Taipei que "Japón está empantanado con su propia crisis económica. No podemos contar con Japón para que ejerza el liderazgo en Asia".

Siew llamó a una mayor cooperación con China para tratar con los problemas de Asia, en lugar de esperar que Japón rescate a estos países con fondos o expanda sus importaciones de productos asiáticos.

El ministro de Información de Singapur, George Yeo, dijo que el fracaso de Japón, la segunda economía mundial después de Estados Unidos, para hacer más por la crisis asiática provocará malas noticias para la economía mundial.

Las cifras en Japón no son estimulantes. El desempleo alcanzó una marca sin precedentes de 3,6 por ciento en febrero, y sin estímulo, la economía se contraerá 0,3 por ciento en 1998.

Los paquetes de estímulo, reducciones impositivas y nuevas obras públicas no estimulan a muchos japoneses. Algunos vinculan la actual situación a los días oscuros de Japón después de su derrota en la guerra del Pacífico, hace 50 años.

El pobre rendimiento económico justifica el creciente llamado a la reununcia del primer minsitro, Ryutaro Hashimoto. Según resultados de encuestas revelados el miércoles, la aprobación pública de su gabinete cayó 40 por ciento, hasta alcanzar 31 por ciento, en relación a cinco años atrás.

El presidente de Sony Corp., Norio Ogha, observó que los graves problemas económicos de Japón podrían desatar una recesión mundial.

Los diarios japoneses de estos días están llenos de artículos que censuran al gobierno o apelan a que modernice el sistema político y económico, buscando la liberalización para dar cabida a empresas extranjeras a Japón, reduciendo los ingresos y ampliando la demanda interna.

Estas medidas, afirman, ayudarían a Japón a recuperar el respeto internacional.

Analistas afirman que es tiempo de que Japón, que registró el índice de crecimiento más bajo entre los países industrializados del Grupo de los Siete (G-7) por segundo año consecutivo, confronte errores estructurales.

Entre ellos citan la mala gestión económica protegida por el gobierno, una burocracia poderosa y resistente al cambio, y la corrupción que llegó hasta el Ministerio de Finanzas y el banco central.

Las bancarrotas han sido varias y evidentes en el colapso de la gigante de los seguros Yamaichi, que dejó a 7.000 desempleados en Japón. Investigaciones revelaron que la crisis fue causada por la gerencia, que realizó comercio de alto riesgo con empresas favoritas, a espaldas del Ministerio de Finanzas.

El precio de lo que muchos consideran la negativa de Japón a cambiar viejos estilos de llevar adelante la economía se hace notar.

El Libro Anual de Competitividad Mundial 1998, que ordena la capacidad de competencia de los países, situó a Estados Unidos en primer lugar. Japón perdió nueve lugares al quedar en el puesto 18, muy por debajo del segundo lugar de Singapur y el tercero de Hong Kong.

La semana pasada el primer diario financiero japonés, el Nikkei, advirtió sobre el deterioro de las relaciones entre Japón y Estados Unidos, mientras Washington asume el papel de Japón para absorber las exportaciones asiáticas mientras Tokio se preocupa con problemas económicos.

"El Departamento de Estado (de Estados Unidos) está mostrando un creciente interés en China, mientras sus sentimientos hacia Japón se han enfriado", se indicó en el diario. (FIN/IPS/tra-en/sk/js/lp/if ip/98

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