Los fiscales de "Manos Limpias", la operación judicial contra la corrupción que acabó con los partidos que gobernaron Italia desde el fin de la segunda guerra mundial, denunciaron maniobras para poner fin a su investigación.
El "mundo de la corrupción ha construido una telaraña de chantaje contra Manos Limpias", aseguraron los fiscales Gherardo Colombo, Francesco Saverio Borreli y Piercamilo Davigo en un debate que el diario La Repubblica reprodujo este martes.
Desde 1992 hasta la fecha no fue aprobada ninguna ley en apoyo de la la lucha contra la corrupción, afirmaron los tres investigadores.
Por el contrario, se han adoptado medidas que alargan los procesos, que llevan a su inevitable dilución y tienden a reducir el peso de los jueces en las instituciones y en la sociedad civil, agregaron.
Los fiscales de Milán iniciaron en 1992 la operación Manos Limpias, que marcó el fin de prominentes líderes políticos y la desaparición de la Democracia Cristiana y del Partido Socialista, dos partidos que trazaron el rumbo de Italia durante 45 años.
Entre los protagonistas de la campaña se contó el fiscal Antonio di Pietro, símbolo de Manos Limpias, que hace tres años renunció a la carrera judicial y en la actualidad es senador del Olivo, la coalición de gobierno de centro izquierda.
Los tres denunciantes afirmaron que se está cerrando una ventana abierta hace seis años con sus investigaciones, aunque reconocieron que no sabrían identificar a quienes impulsan el proyecto de acabar con Manos Limpias.
"Si se crean condiciones tan negativas para impedirnos trabajar, podríamos dejar nuestro tarea", dijeron los tres fiscales en el debate promovido por La Repubblica.
Desde 1992 fueron sometidas a proceso 2.970 personas, entre dirigentes políticos y empresarios. Las sentencias definitivas son sólo 670 y los detenidos pertenecen al mundo de los negocios, y no a la actividad política.
El procesado más notorio es Bettino Craxi, ex secretario general del Partido Socialista, que entre 1983 y 1987 encabezó el gobierno más largo de Italia desde la segunda guerra mundial, y que huyó a Túnez al ser acusado.
También fueron sometidos a proceso Flaminio Piccoli, ex secretario de la Democracia Cristiana, y Cesare Romiti, que fue presidente del imperio automovilístico Fiat, la empresa más importante del país.
Los fiscales de Manos Limpias pidieron más asistencia, no sólo del Ministerio de Justicia, sino también de la cancillería, para lograr la colaboración de otros países en la investigación en curso.
La justicia italiana solicitó a 28 naciones autorización para interrogar a 602 personas, pero sólo ha logrado su objetivo en 172 casos. La mayor cantidad de peticiones, 435, fue presentada a Suiza.
"Somos realistas", dijeron los fiscales. Hay cansancio en la opinión pública e irritación en el mundo político "por el trabajo que realizamos".
La "decapitación" de la "familia reinante" fue apoyada por la opinión pública, pero cuando la clase dominante rechazó la investigación al comprobar que esa "revolución hacia la legalidad" afectaba a todos, señalaron.
Los denunciantes exhortaron al gobierno a esforzarse por obtener la extradición de Craxi, para demostrar empeño en la lucha contra la corrupción.
Agregaron que la justicia penal se encuentra paralizada y que los únicos procesos que llegan a su término se refieren a delitos comunes en que aparecen involucrados especialmente inmigrantes procedentes del mundo en desarrollo y de Europa oriental.
"En seis años no ha sido aprobada ninguna medida que hiciera más difícil cometer un delitos de corrupción y más fácil descubrirlos", destacaron Borrelli, Colombo y Davigo. (FIN/IPS/jp/ff/ip/98