Francia y Gran Bretaña se convirtieron en las únicas potencias nucleares que ratificaron el Tratado de Prohibición Total de Pruebas Nucleares.
"El Tratado es la piedra angular de las gestiones internacionales para impedir la proliferación nuclear. La ratificación británica indica nuestro compromiso con el objetivo de un mundo sin armas atómicas", declaró el canciller de Gran Bretaña, Robin Cook.
Gran Bretaña ratificó el tratado el lunes, junto con Francia, en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en Nueva York.
"La acción conjunta expresa la solidaridad de nuestra actitud hacia las cuestiones de la no proliferación nuclear y el desarme", dijo el embajador de Francia ante la ONU, Alain Dejammet.
"Al terminar con el desarrollo de nuevos tipos de armas más sofisticadas, también marcamos el final de la carrera de armas nucleares, que Francia siempre condenó", añadió.
Las tres potencias nucleares restantes, China, Estados Unidos y Rusia, firmaron, pero no ratificaron el tratado.
"No podemos lograr la eliminación total de las armas nucleares por nuestra cuenta. Me complace especialmente la ratificación de Francia y exhorto a los países que aún no hayan firmado o ratificado, a que lo hagan, sin importar si poseen o no", este tipo de armas, dijo Cook.
El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, pidió en marzo al Senado de su país, dominado por el opositor Partido Republicano, que ratifique el tratado, demorado en el órgano legislativo.
Hasta la semana pasada, 149 de los 185 estados miembros de la ONU habían firmado el tratado, que fue ratificado sólo por 13 estados. El instrumento entrará en vigor cuando lo ratifiquen 44 estados que posean energía nuclear y reactores de investigación.
Entre los 44 estados, que también participaron en la negociación del tratado en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarme, de 1995, se encuentran posibles potencias nucleares como Corea del Norte, India, Israel y Pakistán. Los tres últimos no firmaron ni ratificaron el instrumento.
En septiembre de 1996, la Asamblea General de la ONU adoptó la resolución del tratado por votación de 158 estados a favor, tres en contra (Bhután, India y Libia) y cinco abstenciones (Cuba, Líbano, Mauricio, Siria y Tanzania).
La probabilidad de que el tratado entre en vigor se considera remota ya que India, uno de los 44 países cuya ratificación es indispensable, declaró categóricamente que no firmará ni ratificará el instrumento.
La embajadora de India ante la ONU, Arundhati Ghose, arguyó que el artículo que hace que su país y 43 más sean esenciales para la entrada en vigor del acuerdo es contrario al derecho internacional.
"El derecho internacional habitual establece que no se impondrá obligación alguna a un país sin su consentimiento específico. Hemos indicado que retendremos nuestro consentimiento sobre el texto del tratado hasta que se contemplen nuestras inquietudes", declaró.
Malasia, otro país que no firmó ni ratificó, declaró que el tratado tiene "fallas graves". El embajador Razali Ismail dijo que "su alcance es deficitario y no satisface las expectativas de muchos países".
El preámbulo del tratado se expresa con palabras débiles y poco inspiradoras, según la conveniencia de los estados con armas nucleares, sostuvo Razali.
"El compromiso de los estados con la eliminación total de las armas nucleares en un lapso determinado debería ser claro y sin ambigüedades", manifestó.
La mayoría de los países en desarrollo también afirman que el tratado no llegó a ser global, ya que posibilita otro tipo de pruebas por computadora.
India señaló que, aunque el acuerdo prohíbe las pruebas nucleares, simulacros avanzados por computadora (que utilizan datos de pruebas explosivas anteriores) y armas que aplican el láser podrían habilitar el camino a una cuarta generación de armas nucleares, aun sin pruebas de explosivos.
El tratado tendría que haber prohibido no sólo las explosiones de prueba sino también las pruebas nucleares que pueden desarrollar y mejorar las armas existentes, declaró India.
La misión británica ante la ONU declaró el lunes que, ya que algunos de los 44 países mencionados se niegan a adoptar el acuerdo, es improbable que el instrumento entre en vigor en un futuro cercano.
"Pero el tratado ofrece una poderosa norma internacional, moral y política, contra las pruebas nucleares", resaltó.
Si el acuerdo no entra en vigor tres años después de su aniversario, en septiembre de 1999, la mayoría de los estados que lo ratificaron podrían celebrar una conferencia para decidir medidas que aceleren el proceso de ratificación. (FIN/IPS/tra-en/td/aq-ml/ip/98