Las conversaciones oficiales iniciadas hoy en la capital cubana por el primer ministro de Canadá, Jean Chrétien, y el presidente de Cuba, Fidel Castro, parten del reconocimento de las diferencias para llegar al diálogo.
La Habana y Otawa comparten intereses económicos, firmaron el año pasado una declaración conjunta y mantienen una cooperación sin precedentes en materia de derechos humanos.
Pero es precisamente en esta área que persiste uno de los principales desacuerdos entre los dos países que, con sus momentos de altas y hajas, mantienen relaciones diplomáticas ininterrumpidas desde 1945.
"En tiempos buenos y malos, nuestros dos países han escogido siempre el diálogo ante que la confrontación, los contactos antes que el aislamiento, los intercambios antes que la ruptura", dijo Chrétien al llegar a la isla la noche del domingo.
Por su parte, Castro reconoció a Canadá como un país "que no ha sido nunca metrópoli colonial ni potencia imperialista" y que nunca se sumó al bloqueo impuesto por Estados Unidos a Cuba hace 36 años.
Chrétien inició el domingo una visita oficial a Cuba que se extenderá hasta el mediodía de este martes e incluirá conversaciones con Castro, representantes de la Iglesia Católica y de organizaciones no gubernamentales.
Canadá y México fueron los dos únicos países del continente americano que no rompieron relaciones con Cuba tras el ascenso al poder de Castro en 1959, n luego de su expulsión tres años después de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Canadá es uno de los principales socios de Estados Unidos. Sin embargo, Otawa difiere de Washington sobre los métodos que deben emplearse para lograr una democratización de Cuba compatible con el sistema hemisférico.
"La mejor manera de promover nuestros valores es a través del diálogo, no del aislamiento", dijo Chrétien, quien calificó la política canadiense hacia Cuba de "compromiso constructivo".
"Nuestro fin es construir puentes de comprensión y diálogo", añadió Chrétien, primer jefe de gobierno canadiense que viaja a la isla desde la visita, en 1976, del entonces primer ministro Pierre Trudeau.
Como uno de esos puentes fue considerada la inauguración por ambos mandatarios de una nueva terminal del Aeropuerto Internacional "José Martí", proyecto cubano-canadiense de un costo de 93 millones de dólares.
Castro reveló que Cuba aportó 64 millones y que el gobierno de Canadá otorgó un crédito de 29 millones de dólares a pagar en siete años, con dos años de gracia y 10 por ciento de interés anual.
Canadá fue en 1997 el segundo socio comercial de la isla, con un intercambio que superó los 500 millones de dólares.
Cuba exportó al país norteamericano níquel, azúcar crudo, melaza de caña, productos del mar y tabaco, e importó alimentos, estructuras metálicas, maquinarias y accesorios industriales, vehículos, equipos eléctricos, sulfuro y cloruro de potasio.
La empresa canadiense Sherritt International Corp es considerada el mayor inversionista extranjero en la isla, con un capital comprometido superior a los 500 millones de dólares y negocios en el níquel, el petróleo y las comunicaciones.
Alrededor de 163.000 canadienses visitaron Cuba el año pasado y, según un informe del Ministerio de Turismo, en los primeros meses de este año Canadá desplazó a Italia como el primer emisor de turistas a la isla.
Durante la visita de Chrétien a La Habana se prevé la firma de tres memorandos de intercambio en materia de deporte, salud y producción audiovisual, en cumplimiento de la declaración conjunta de 1997.
Esa declaración incluyó el aporte de experiencia canadiense para fortalecer el sistema jurídico legal en Cuba, contribuir a perfeccionar los mecanismos de atención de quejas de la población y propiciar un diálogo continuo en materia de derechos humanos.
En sus primera declaración pública en la isla, Chrétien expresó su deseo de poder discutir "en profundidad" con Castro los 14 puntos que integran la declaración conjunta, incluido el respeto de los derechos humanos.
Canadá votó el día 21 en la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas a favor de una moción estadounidense de condena a Cuba, iniciativa que recibió 16 votos a favor y que fue derrotada por 19 votos en contra y 18 abstenciones.
"Esperamos que Chrétien se centre en su reunión con los dirigentes cubanos en la inadecuada situación de los derechos humanos que existe en Cuba", dijo el jueves 23 el portavoz del Departamento de Estado (cancillería) de Estados Unidos, James Rubin.
No se descarta la posibilidad de que Chrétien interceda ante Castro por un grupo de cuatro presos políticos, integrantes del llamado Grupo de Trabajo de la Disidencia Interna y pendientes de juicio desde su detención el 16 de julio del pasado año.
Canadá recibió a inicios de este mes a un grupo de 12 opositores cubanos excarcelados en respuesta al pedido de clemencia realizado por el papa Juan Pablo II durante su visita a la isla en enero.
Se espera también que además de reunirse con el cardenal cubano Jaime Ortega, Chrétien dedique algún momento de su programa para un contacto con los principales líderes de la ilegal oposición cubana. (FIN/IPS/da/mj/ip hd/98