COREA DEL SUR: Inédita y acelerada inversión extranjera

Compañías y bancos internacionales que no se dejan intimidar por la crisis económica se montaron en una gran ola de inversiones que podría dejar gran parte de la otrora cerrada industria manufacturera de Corea del Sur en manos extranjeras.

Docenas de empresas estadounidenses, europeas y de otros países asiáticas se han involucrado con firmas surcoreanas desde marzo, cuando el flamante gobierno de Kim Dae Jung comenzó a implementar las reestructuras que había prometido al Fondo Monetario Internacional (FMI).

Los inversores extranjeros también respondieron a la exhortación de Kim a sus compatriotas a no temer la participación extranjera en la economía nacional, explicó B. J. Kim, analista de oficina en Washington de la Asociación Coreana de Comercio Exterior.

"El presidente Kim ha tenido completo éxito en cambiar la atmósfera que recibe a la inversión extranjera directa", explicó el experto.

El repentino interés de empresarios extranjeros en Corea del Sur es un cambio abrupto respecto del pasado, cuando el gobierno y sus aliados en el empresariado procuraban minimizar la inversión extranjera directa con un gran aliento al crédito.

Al capital extranjero correspondía menos de uno por ciento del total de las inversiones en Corea del Sur, lo que convertía este país en uno de los menos populares entre los inversores internacionales, sostuvo el FMI en un informe que difundió este mes.

En contraste, la tasa de inversión extranjera ascendía a 25,3 por ciento en Singapur, 18 por ciento en México, 12,9 por ciento en China y 3,5 por ciento en Taiwan.

"Se trata de un país sin mucha experiencia con la inversión extranjera", dijo Pratap Raju, analista de asuntos surcoreanos de la firma de investigación financiera IDEA Inc., radicada en Nueva York.

El inédito interés de USX, Hewlett-Packard, Intel y otras grandes corporaciones en Corea del Sur pondrá a prueba la intención de Seúl de ampliar la presencia extranjera en la economía.

"La clave será que las empresas coreanas se manifiesten listas para recibir grandes inversiones. Pero hasta que no nos enteremos que el control de una firma pasó a manos de extranjeros, seguiremos escépticos", dijo Paul Mathews, director del Korea Fund, de San Francisco, Estados Unidos.

Ese primer pasaje del control de una empresa surcoreana a extranjeros podría suceder en uno entre varios sectores. En la industria pesada, el quebrado Grupo Halla recibió el mes pasado un préstamo de 1.000 millones de dólares del Grupo Rothschild de Nueva York.

Rothschild actuará como asesor de inversiones mientras Halla busca compradores para su nuevo astillero, Ingeniería e Industrias Pesadas Halla, y la mayor firma fabricante de partes de vehículos de Corea del Sur, Maquinarias Mando.

La británica Lucas Verity y Delco Remy Unit, subsidiaria de la automotriz estadounidense General Motors, manifestaron interés por Mando.

Seúl también puso a la venta la quebrada Compañía de Acero Hanbo, por la que se mostró interesada una sociedad que integran USX Corp., de Pittsburgh, Estados Unidos, y la surcoreana Hierro y Acero Pohang. El gobierno abrirá una licitación internacional por otra acería en bancarrota, Acero Sammi.

General Motors y el Grupo Daewoo discuten una sociedad a partes iguales que aprovecharía la tecnología de la automotriz estadounidense combinada con las experiencia comercial del conglomerado surcoreano en los mercados de Europa, Asia y América Latina.

Ford Motors Co., que posee 10 por ciento de la agonizante Kia Motors y negocia con las tres principales compañías automotrices surcoreanas que procuran el control de la firma, también negocia una alianza con Samsung Motors.

La compañía de bebidas alcohólicas estadounidense Seagram y la belga Interbrew invirtieron 500 millones de dólares en el surcoreano Grupo Doosan. Seagram tiene ahora una participación mayoritaria en una sociedad para producir whisky con este grupo, mientras Interbrew compró 50 por ciento de la cervecera OB.

Hewlett-Packard Co. ha invertido 250 millones de dólares en la producción y mercadeo de computadoras. Intel Corp., la principal firma de semiconductores del mundo, anunció en marzo que estaba cerca de un acuerdo para invertir 1.000 millones de dólares en Samsung Electronics.

También hay movimientos con dinero extranjero en el sector banquero, uno de los más débiles de la economía surcoreana.

Bankers Trust firmó una alianza estratégica con el Banco de Seúl que podría llevar a la larga a que la firma financiera neoyorquina se haga cargo del control de la surcoreana, prevén analistas.

Citibank y Goldman Sachs and Co. consideran establecer vínculos similares con Korea First Bank, uno de los principales de este país.

El gobierno de Corea del Sur, mientras tanto, vendió con éxito 4.000 millones de dólares en bonos a largo plazo a inversores estadounidenses para aumentar sus reservas en divisas. Seúl prevé la venta de otros 9.000 millones de dólares en bonos a fines de año.

El director gerente del FMI, Michel Camdessus, manifestó su beneplácito por la mejoría de las perspectivas a largo plazo de la economía de Corea del Sur, la que atribuyó al compromiso de Seúl de implementar las reformas incluidas en el acuerdo con el Fondo.

Pratap Raju comentó que "el retorno del capital privado acelerará la recuperación", pero se manifestó más pesimista que el FMI en sus previsiones.

El Fondo pronosticó el lunes que Corea del Sur tendrá crecimiento negativo en 1998, "seguido por un alza moderada en 1999".

Al mismo tiempo, industrias estadounidenses, en especial del sector del acero y los semiconductores y los astilleros, confían en que las medidas antiproteccionistas adoptadas por Seúl en cumplimiento del pacto con el FMI abatan el ingreso de mercancías de ese origen al mercado de Estados Unidos.

Aunque el capital extranjero fluye hacia Corea del Sur, los trabajadores de este país están inquietos por los despidos masivos efectuados por el Grupo Hyundai y otros grandes conglomerados, según informes difundidos en Washington.

La Confederación Coreana de Sindicatos protestó contra el posible despido de 10.000 de los 46.000 trabajadores de Hyundai Motor Co, anunciado por la propia firma. De concretarse, la medida violaría el compromiso de los grandes conglomerados a no recurrir a despidos a gran escala.

El ministro de Trabajo de Corea del Sur, Lee Ki-Ho, alertó el lunes contra despidos "indiscriminados" y aseguró que el gobierno castigaría a las empresas que cesaran trabajadores de forma ilegal.

"Los despidos que no hayan ocurrido sin esfuerzo suficiente de los empleadores por evitarlos serán considerados violatorios de las leyes laborales", dijo Lee. (FIN/IPS/tra-en/ts/aa/mj/if/98

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