Las organizaciones no gubernamentales (ONG), que constituyeron la fuerza que estuvo detrás del nacimiento del Fondo Mundial del Medio Ambiente (GEF) del Banco Mundial, reiteraron sus reproches en la primera reunión de la agencia en la capital de India.
"Debemos seguir rezongando sobre pequeños pero repugnantes detalles como los 9.400 millones de dólares que el Banco Mundial gasta en proyectos de combustible fósil", dijo Simone Lovera, de la Unión Mundial para la Conservación (IUCN).
La activista dijo este viernes, en un panel de la reunión de tres días en Nueva Delhi, que las críticas de las ONG fueron lo que provocó todo el énfasis puesto por el GEF en la supervisión y evaluación de proyectos y en su propio aprendizaje.
Lovera atribuyó el desequilibrio en el impacto ambiental que provocan el Sur en desarrollo y el Norte industrializado a la creencia "fundamentalista" de que el déficit comercial solo puede ser resuelto a través de las exportaciones y deja de lado la importación de mercancías de lujo para elites urbanas y armas.
La IUCN desarrolla un mapamundi donde conste el impacto de las actividades de Europa en la ecología mundial. El proyecto tiene origen en el famoso mapa que resultó de la investigación del desproporcionado impacto de un pequeño país como Holanda, en el que reside Lovera, en el sistema ecológico planetario.
"Las corporaciones del Norte que tienen tremenda influencia en las instituciones con sede en Bruselas y Washington están interesados en mantener baratas las exportaciones del Sur y caras las del Norte", sostuvo.
El GEF es un mecanismo multilateral de financiamiento de proyectos relacionados con el ambiente creado en 1991 y que cuenta con fondos del Banco Mundial.
Juanita Castiano, de la filial sudamericana de la IUCN, dijo que tiene poca utilidad acusar al GEF y el Banco Mundial cuando los ministros de ambiente carecen de capacidad negociadora pero sirven como canal para los fondos del GEF. "La respuesta es una mayor participación de las ONG", propuso.
Korinna Horta, del Fondo de Defensa del Ambiente (EDF) con sede en Washington, dijo que las ONG tienen aun menos capacidad de negociación, y dejan actuar a su antojo a los implementadores de proyectos como el Banco Mundial y los programas de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y el Desarrollo (PNUD).
El resultado se percibe incluso en Nueva Delhi, con la contaminación y pobreza que rodeaba la zona céntrica donde se ubicaba la sede de la reunión, el hotel Vigyan Bhavan, dijo Horta.
T. Fariar, del Centro para el Desarrollo Sustentable de Irán , valoró el programa de pequeños aportes (SGP) del GEF, pero dijo no entender por qué opera en un pequeño número de países. Horta sostuvo que el SGP era un ejemplo de discriminación.
El Centro para la Ciencia y Ambiente de India (CSE), que manifestó su oposición a la creación del GEF y la calificó en la Cumbre Mundial de Rio de Janeiro en 1992 de "institución ilegal e inmoral", admite ahora que es el único mecanismo multilateral que suministra respaldo a proyectos ambientales.
"Pero un fondo de este tipo debe construirse ahora sobre los principios nuevos y más dinámicos de cooperación ambiental mundial que demanda el nuevo milenio", dijo el conductor del CSE, Anil Agarwal.
El activista dijo que debe cambiarse el énfasis de la asistencia a la participación en los beneficios del patrimonio planetario común, como la atmósfera o los océanos.
También debe internacionalizarse el costo ambiental del precio de materias primas y la infraestructura con el principio de que "quien contamina paga".
El GEF, que aporta financiamiento a obras que por su naturaleza no son considerados por agencias bilaterales o multilaterales, programó 1.800 millones de dólares para 440 proyectos.
La agencia también asignó 5.000 millones de dólares a acciones tendientes a reducir el riesgo de cambio climático, conservar la biodiversidad, proteger las aguas internacionales y disminuir el uso de sustancias que dañan la capa de ozono. (FIN/IPS/tra- en/rdr/mj/en/98