AFRICA: Clinton intentó cambiar la imagen del continente

Cuando el presidente de Estados Unidos Bill Clinton inició su gora por Africa, hace dos semanas, se argumentaba que uno de los objetivos primordiales era cambiar la imagen que se continente proyecta sobre este país, asociada al estereotipo de "hambre, guerra y genocidio".

"La imagen que la mayoría de los estadounidenses tienen de Africa es de violencia e inanición, por eso uno de los objetivos del viaje es ayudar a que esto cambie", admitió en ese momento el asesor de seguridad nacional de Clinton, Sandy Berger.

La misión del cambio de imagen era considerada una de las más importantes del viaje de Clinton por los especialistas en Africa, entre otras cosas porque había muy poco que ofrecer a los africanos en materia de ayuda o nuevas iniciativas.

"La teoría es que si logramos que los estadounidenses, y en especial los empresarios, tengan una imagen más positiva de Africa, podremos avanzar hacia un proceso de mayores vínculos", comentó un especialista.

Pero no es fácil cambiar esa imagen, que en Estados Unidos data de los tiempos de la esclavitud.

Las cadenas de televisión de Estados Unidos sólo realizaron una importante cobertura de asuntos africanos en esta década cuando Washington envió tropas a Somalia, en 1992.

Ese episodio comenzó como una historia de infantes de marina estadounidenses salvando africanos del hambre y la guerra, y terminó como otra, de ingratitud africana hacia el esfuerzo de Estados Unidos.

En la primera gira de un presidente estadounidense a ese continente, Clinton hizo escala en Ghana, Uganda, Ruanda, Sudáfrica, Botswana y Senegal, para regresar el jueves a la Casa Blanca.

En cada una de sus escalas se refirió al "nuevo renacimiento africano" y repitió que Washington busca una relación más equitativa con Africa.

"En el pasado, cuando los estrategas de mi país pensaban en Africa, solían preguntarse '¿Qué podemos hacer por Africa?'. Pero era una pregunta equivocada. En este momento lo correcto es demandar ¿Qué podemos hacer CON Africa?", dijo Clinton ante el parlamento de Sudáfrica.

"Creo que no hay dudas sobre el cambio de actitud", reconoció el representante Donald Payne, quien encabeza en el Congreso un grupo sobre temas afroamericanos y que acompañó a Clinton.

"Muchos (estadounidenses) se sorprendieron al ver edificios modernos, calles pavimentadas y niños inteligentes", añadió.

Pero también hubo quienes se mostraron desilusionados porque los medios de comunicación de Estados Unidos no presentaron nuevas perspectivas de Africa en su cobertura de la gira.

"No creo que la televisión haya aprovechado la oportunidad", señaló Andrew Tyndall, editor de una carta informativa sobre las tres principales cadenas.

Tyndall comentó que la televisión se concentró en lo mismo de siempre, "lo que han hecho durante los últimos cinco años. No cambió el contenido, sino que en esas dos semanas hubo apenas un poco más".

Entre otros temas, la televisión estadounidense se refirió al síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida) en Uganda, a las consecuencias del genocidio en Ruanda, a la conservación ambiental en Botswana, a las políticas post apartheid en Sudáfrica, y al entrenamiento militar que Estados Unidos proporciona a fuerzas de paz de Senegal.

"Fue el mismo prisma distorsionado de siempre", comentó Mike Williams, un empleado del Congreso que el mes pasado logró apoyo de la Cámara de Representantes a un proyecto de ley para el crecimiento y las oportunidades en Africa, destinada a aumentar el comercio y las inversiones en esa región.

Williams observó que varias cadenas de televisión recordaron la profanación del cuerpo de un soldado estadounidense en Somalia, o pasaban imágenes de genocidio cuando Clinton llegaba a Ruanda, y que cuando tocó turno a Ghana, se concentraron en la exasperación del Presidente ante una multitud que lo rodeaba.

Incluso el volumen de noticias fue decepcionante. Unos 250 periodistas se acreditaron en la Casa Blanca para viajar con Clinton y cada uno pagó 22.000 dólares por su pasaje aéreo. "¿Por qué no hubo más cobertura?", se preguntó Mary Swan del Consejo Corporativo Africano de Washington.

La respuesta tiene que ver, por supuesto, con las prioridades de los medios. Clinton había pasado sólo un día en Africa cuando en Estados Unidos, dos niños dispararon contra 15 personas matando a tres estudiantes y una maestra, una noticia que acaparó los titulares, sacando a Clinton de las primeras páginas.

Cuando la noticia de la masacre se debilitaba, se produjo el rechazo judicial de la larga demanda por acoso sexual que Paula Jones mantenía contra Clinton, base de un escándalo sexual que tenía conmocionado a Washington.

Esa noticia dejó al margen el peregrinaje de Clinton a la isla senegalesa de Goree, escala de los barcos que en el siglo XVIII y en la primera mitad del XIX llevaron a Estados Unidos a millones de africanos para venderlos como esclavos.

La gira generó escasa controversia en Estados Unidos, con excepción de algunas críticas derechistas a la actitud de Clinton, que deploró la esclavitud, la falta de acción internacional para evitar el genocidio, el apoyo de Washington dio a los dictadores en el pasado y la "negligencia e ignorancia" frente a Africa.

"Nunca me había sentido tan avergonzado por mi país como cuando vi a Clinton arrastrarse frente a esa gente en Africa", comentó el derechista republicano Pat Buchanan en un programa de televisión. Buchanan también culpó a los africanos del tráfico de esclavos.

Ese tipo de ataques, sin embargo, generaron una fuerte reacción de editorialistas y columnistas, en especial de activistas negros, quienes consideraron la actitud de Clinton como una deuda que había que saldar.

"Debemos darle crédito por haber hecho esto", comentó a IPS el director de la organización Transafrica, Randall Robinson. Pero también se preguntó cuales serán los resultados concretos de la gira, en materia de políticas hacia Africa.

Esa pregunta aún no ha sido respondida, pero la mayoría de los analistas consideran que en cualquier caso, el viaje valió la pena.

"Aunque no hayan mostrado otras cosas, los periodistas se enteraron de que algo está pasando en Africa. Clinton los llevó a lugares donde nunca habían estado, escucharon cosas que nunca antes habían oído. Fue el primer paso de un largo viaje", comentó Mike Williams.

Swan coincidió: "No puedes esperar que las actitudes cambien de un día para el otro. Fue muy importante que el presidente de Estados Unidos dedicara tanto tiempo al viaje. Es un paso en la dirección correcta". (FIN/IPS/tra-en/jl/mk/lc-ff/ip/98

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