VENEZUELA: Ley contra la violencia, el gran objetivo de la mujer

Tiene 59 años y un hijo de 32 la golpeó con saña y la echó de la casa donde lo crió y que era su único haber. No quiere denunciarle, siente vergüenza y sólo pretende recuperar su hogar y tratar de evitar que el maltrato se repita otra vez.

Angélica era atendida este viernes en una clínica jurídica de la capital de Venezuela, ajena al hecho de que pasó a engrosar una estadística en preocupante alza los dos últimos años: el de las mujeres de la tercera edad agredidas por sus familiares.

Tampoco sabe que las organizaciones de la mujer en Venezuela decidieron convertir la jornada mundial del 8 de marzo en un día de batalla en favor de que un Congreso dominado en 94 por ciento por hombres deje de entrabar la aprobación de una Ley Contra la Violencia Hacia la Mujer y la Familia.

Los parlamentarios no se conmovieron por la publicitada golpiza que el 8 de enero recibió Vivian Stusser en su lugar de trabajo y delante de testigos, por parte de su ex esposo, que le produjo heridas en el rostro que requirieron 40 puntos se sutura, traumatismo de cráneo severo y fractura de nariz.

A diferencia de Angélica, una mujer que crió sola a tres hijas y a su hijo con su sueldo de costurera y los extras de la venta de dulces criollos, Stusser es una joven psicóloga bien situada, que pensaba que había acabado con una relación traumática.

La Justicia de Paz, una nueva institución jurídica en el país que atiende casos del ámbito familiar o vecinal, ha establecido que 97 por ciento de los casos que atiende tiene que ver con violencia doméstica, siempre contra mujeres y niños y niñas.

Ofelia Alvárez, de la Fundación para la Prevención de la Violencia Doméstica hacia la Mujer, explicó que al menos 60 por ciento de las mujeres son maltratadas por sus parejas o ex parejas en Venezuela, como ocurre en la mayoría de los países de la región, según la Organización Panamericana de la Salud,.

Los jueces de paz reciben cada día en Caracas cerca de 10 denuncias por violencia contra mujeres en su hogar, pero se trata del mínimo universo que se atreve a sacar su caso de las paredes domésticas, por temor o vergüenza.

Paula Guarisco, coordinadora jurídica de la Oficina para la Atención a la Mujer de la fracción parlamentaria del Movimiento Al Socialismo (MAS), considera que el proyecto de ley permitirá visibilizar el problema y contar con un instrumento contra la impunidad que brinda el que la violencia doméstica no sea delito.

Venezuela es el único país andino que no tiene una ley contra la violencia contra la mujer y la familia, pese a que el país ratificó la Convención Interamericana para Prevenir, Erradicar y Sancionar la Violencia contra la Mujer. Esto obliga a la ley, e incluso es ya ella misma ley nacional, aunque no se aplica.

Guarisco es una de las impulsoras de un operativo de recolección de firmas a nivel nacional en demanda de la aprobación de la ley, dentro de la jornada de lucha por esa conquista y en homenaje también a la reciente muerte de Argelia Laya, luchadora por la ley y dirigente del MAS.

El proyecto ya fue presentado a la discusión con el apoyo popular de 20.000 firmas, lo que ha ocurrido con pocos de los instrumentos sancionados por la actual legislatura de cinco años, que culmina en agosto, y donde la mujer perdió terreno al contar con sólo seis por ciento frente al 10 por ciento de la anterior.

Pero la consultoría jurídica del Congreso no escatima objeciones para congelar el proyecto elaborado por la Comisión Bicameral para los Derechos de la Mujer, atada a un código penal que data de 1922 y que considera la violencia contra la mujer como un asunto privado.

La designación, dentro de los juegos parlamentarios, de la diputada socialdemócrata Ixora Rojas para presidir la cámara baja el día 2, ha alentado a las 60 organizaciones no gubernamentales de la mujer en el país, porque es una decidida defensora de la ley e incluso participó en su elaboración.

Guarisco contó, en un alto a la atención de mujeres maltratadas que llegaban con su problema a una minúscula oficina de actividad incesante, que el caso de las "madres y abuelas maltratadas" por hijos u otros familiares, es una novedad preocupante y que el despojo del hogar suele ser el objetivo.

Pero también explicó que en muchas ocasiones son los hijos, cuando se hacen grandes, los que fuerzan a la madre a pedir ayuda y dejar a su agresor, tras años de soportar golpes y vejámenes psicológicos y sexuales.

Hay un patrón de mujeres de entre 40 y 50 años que han sufrido 20 o 30 años de abusos y llegan a la oficina traídas por sus hijos de entre 15 y 20 años.

Igual que Angélica, buscan que se solucione su problema, pero no quieren denunciar al agresor, porque su autoestima y su salud está por el suelo y, sobre todo, porque saben que no habrá castigo y sólo aumentarán la ira del hombre con el que tendrán que seguir compartiendo la calle o incluso la casa.

Otro patrón es el de que la violencia en el hogar no tiene clases, sino que está presente en todos los estratos, pero en el nivel social más bajo las lesiones son sobre todo físicas, mientras que en el medio, al maltrato físico se une el psicológico.

En el estrato más alto, la violencia se hace "más sofisticada y peligrosa, hay casos increíbles y hay entornos familiares que son total e íntegramente dañados por la agresión doméstica".

Un tercer elemento muy poco mencionado del que Guarisco aún no deja de asombrarse es que las profesiones donde el hombre es más agresivo contra la mujer son las de abogado, médico y militar, ironicamente todos ellas auxiliares de la justicia.

"La razón es que son profesiones en que se siente especial poder y ese poder se fortalece en la violencia", comentó, al recordar los planteamientos del sociólogo colombiano Julio Restrepo, para quien el maltrato familiar se integra en un proceso interior de sentirse vencedor al tener una vencida.

El periodista Sergio Dahbar resumió la situación en forma contundente.

En el país que esta semana se ufanaba de contar con una mujer presidenta de la Corte Suprema de Justicia, otra presidenta de la Cámara de Diputados y una tercera como la candidata presidencial con mayor opción de triunfo, "mientras no la mate, un hombre puede pegarle a una mujer todas las veces que quiera". (FIN/IPS/eg/ag/hd/98

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe