El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, comenzó hoy en Madrid una campaña en Europa contra la creación de un estado palestino independiente.
Los palestinos pretenden que el proceso de paz favorecido por la Conferencia Internacional de Madrid en 1991 y concretado en Washington en 1993 dé lugar en 1999 a un estado independiente.
Esa posición es sustentada también por pacifistas israelíes, pero el gobierno y un importante sector de la oposición afirman que los palestinos sólo pueden aspirar a una autonomía con administración compartida y con renuncia expresa a una gestión propia en materia de seguridad y defensa.
Netanyahu comenzó este jueves su visita oficial a España, mientras la coalición opositora española Izquierda Unida, basada en el Partido Comunista, pidió al gobierno de José María Aznar que exija el cumplimiento de los acuerdos de paz y el respeto a los derechos del pueblo palestino.
Pero Netanyahu dejó claras sus intenciones antes de llegar a Madrid. "Israel no contempla una independencia ilimitada o plena", pues eso "nos llevaría al caos y a la ruptura del sistema internacional", dijo al matutino madrileño El País en una entrevista publicada este jueves.
Esa posición sólo es comprendida por Estados Unidos porque "los europeos no saben nada" de los asuntos de Medio Oriente, agregó.
Netanyahu sostuvo que la posición de Washington no se debe a la existencia de una gran comunidad judía en ese país, sino a que los estadounidenses "identifican" a Israel "como la nueva tierra prometida, como lo es la propia América" del Norte.
El gobernante israelí pidió apoyo a Aznar y sostuvo que España y Europa pueden contribuir a renovar el plan de paz, estancado desde que los palestinos se retiraron en marzo de 1997 de las conversaciones en protesta por la construcción de un asentamiento judío en la zona árabe de Jerusalén.
Netanyahu insistió en que Jerusalén es "el corazón y el alma" de su pueblo y que la colonización de Judea y Cisjordania continuará. Los llamados acuerdos de Oslo no impiden a los israelíes "establecernos en nuestro país", argumentó.
Netanyahu comparó este jueves la situación en la frontera de su país con Líbano, parte del cual ocupa militarmente, con la de las zonas de España donde opera la organización separatista vasca ETA.
Europa podría mediar ante Líbano "para una eventual retirada" de las fuerzas israelíes de la "franja de seguridad" establecida al sur de ese país y para negociar la disposición del agua, pues la mediación "hasta ahora está en manos de Estados Unidos", sostuvo.
Madrid, que fue el punto de partida en 1991 para los acuerdos de paz entre israelíes y palestinos, se ha convertido otra vez en referencia para el diálogo entre las partes.
El presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yasser Arafat, visitó Madrid en febrero para iniciar también una gira europea en búsqueda de apoyo para su postura respecto del plan de paz.
No es una casualidad. Los países europeos procuran reactivar ese proceso, pero Israel "limita y rechaza permanentemente sus iniciativas", explicó el español Miguel Angel Moratinos, embajador especial de la Unión Europea en Medio Oriente.
Netanyahu expresó que los palestinos ya viven en áreas definidas y que la idea de que están arrebatándole sus tierras "es ridícula", mientras la ANP tiene como objetivo la creación de un estado independiente.
Europa se siente más cerca de Arafat, pero ni siquiera admite la posibilidad de enfrentarse con Washington de forma abierta.
Quizás por eso Netanyahu procure apoyo para reunirse con Arafat en Estados Unidos, en una cita como la que celebraron en 1978 en Camp David representantes de los gobiernos de Egipto e Israel y que condujo a un acuerdo de paz.
Arafat contestó por anticipado en febrero, en Bruselas.
Para reunirse exige el cumplimiento de 34 puntos acordados en 1993, en particular el permiso para la construcción de un aeropuerto y un puerto sobre el mar Mediterráneo en Gaza, la habilitación del corredor entre Cisjordania y Gaza y la apertura de los pasos fronterizos cerrados por Israel. (FIN/IPS/td/mj/ip/98
