Los influyentes consejos regionales de Francia empiezan a admitir a los primeros activistas de izquierda elegidos como autoridades locales el 15 de marzo, tras una protesta nacional contra el creciente desempleo.
El éxito de miembros de los partidos Lucha Obrera (LO) y Liga Comunista Revolucionaria (LCR) durante las elecciones a los consejos regionales, aunque causó cierto revuelo en los medios, tuvo poco impacto sobre los desempleados.
LO tendrá a 20 de sus miembros en nueve consejos regionales en Francia y tres de la LCR integrarán dos consejos.
Aunque la LCR obtuvo menos votos que Arlette Laguillier, candidata de LO a las elecciones presidenciales de 1995, se situó por encima del 1,2 por ciento logrado en las elecciones regionales de hace seis años.
Henri Rey, analista del Centro para el Estudio de la Vida Política Francesa (CEVIPROF), dijo que el buen resultado de la extrema izquierda no resulta sorprendente, ya que su importancia aumentó durante los últimos dos a tres años, desde que Laguillier logró más de cinco por ciento en 1995.
Aunque no hay estudios sobre la base electoral de la izquierda, los votantes de LO fueron los desencantados con la alianza de grupos de izquierda (Izquierda Plural), o quienes sintieron que el Partido Comunista Francés no obtuvo en esta alianza la importancia que merecía.
Parte de esta votación es un voto de protesta, agregó Rey, y destacó que muchos de quienes votaron por la extrema derecha no tienen necesariamente puntos de vista radicales o están politizados. "Simplemente no tienen una clara percepción de toda la paleta política".
Después de las elecciones regionales, Laguillier dijo a los periodistas que "quienes votaron por LO, trabajadores y desempleados, querían dar una señal a los partidos gobernantes de que las medidas tomadas contra la desocupación son insuficientes".
Con poco más de tres millones de personas sin puesto de trabajo en enero de 1998, el desempleo alcanzó 12 por ciento en Francia, uno de los niveles más altos en Europa.
Miles de desempleados y quienes viven en condiciones miserables salieron a las calles a protestar, en demanda de soluciones al desempleo y por un aumento en los subsidios de la seguridad social.
El movimiento de desempleados mantiene su fuerza y se planifican nuevas acciones de protesta y presión. "Tenemos 140 colectivos en toda Francia", dijo Michel, activista del grupo AC! (Acción Conjunta contra el Desempleo).
Las acciones de protesta de esta semana tuvieron por meta el rechazo del primer ministro Lionel Jospin y el ministro de Trabajo Martine Aubry a elevar los subsidios de la seguridad social según se demanda.
AC! se prepara para rechazar un proyecto de ley diseñado, a pedido de una organización no gubernamental (ONG), para ayudar a los marginados por la pobreza.
El proyecto, presentado a la Asamblea Nacional por Aubry, "no tiene contenido. Los desempleados no han sido consultados", dijo Michel.
La interrogante sobre la participación de LO y la LCR en los consejos regionales es si se alineará con la izquierda tradicional. Según Rey, esto parece poco posible.
"Si un candidato de izquierda nos pide nuestros votos, demandaremos a cambio soluciones radicales al desempleo, como el aumento de impuestos empresariales a los niveles de hace 20 años y la imposición de impuestos a la ganancias del mercado de valores", dijo Laguillier. (FIN/IPS/tra-en/ao/rj/lp/lb ip/98
