La secretaria de Estado (canciller) de Estados Unidos, Madeleine Albright, anunció la certificación "por razones de interés nacional" de la lucha contra las drogas de Colombia, que había sido criticada por Washington en los dos últimos años.
Albright argumentó la medida de la Casa Blanca, adoptada en el marco del proceso de "certificaciones" de 30 países, en base a los avances en el combate a la producción de droga y a su distribución nacional e internacional.
Colombia, que fue "descertificada" por Estados Unidos en 1996 y 1997, obtuvo ahora una "certificación por razones de interés nacional", al igual que Camboya, Pakistán y Paraguay.
Esa decisión se traducirá en un respaldo más fuerte al esfuerzo del ejército y la policía de Colombia contra el tráfico de narcóticos.
El Departamento de Estado otorgó "certificación plena" a 22 de los 30 países considerados principales productores de drogas o lugares de paso del narcotráfico.
Esa calificación significa que el presidente Bill Clinton informará al Congreso que esas naciones cooperan de forma estrecha con Washington en el combate contra el tráfico de estupefacientes.
México, por cuyo territorio pasa la mayor parte de la droga que ingresa en Estados Unidos, recibió otra vez la certificación plena.
En cambio, ocho países fueron excluidos de esa calificación, aunque el grupo de cuatro naciones encabezado por Colombia no será objeto de sanciones económicas, debido a la importancia que reviste para la seguridad de Estados Unidos u otros intereses vitales.
Estados Unidos negó su certificación a Afganistán, Birmania, Irán y Nigeria, lo cual priva a esos países de cualquier tipo de ayuda estadounidense y del voto de los representantes de Washington en las instituciones multilaterales de crédito, como el Banco Mundial.
De los cuatro, Irán demostró "vigor" en su combate contra las drogas, dijo Albright. Estados Unidos parece haberse embarcado en un proceso de acercamiento diplomático a Teherán.
Washington busca más información "y responderá de modo apropiado a las mejoras reales" en el desempeño de Irán en materia antidrogas, agregó la secretaria de Estado.
La decisión de no imponer sanciones a Colombia, el caso más más polémico en el anuncio de este jueves, coincide con un creciente debate en Washington acerca de la utilidad del proceso de certificación.
Los países latinoamericanos comprendidos en la investigación sostienen que Washington no puede arrogarse la facultad de juzgar y sancionar de modo unilateral a naciones cuya producción ilegal de drogas responde precisamente a la demanda de los consumidores estadounidenses.
Mientras, en Estados Unidos, las críticas parten de la evidencia de que factores políticos influyen en las decisiones de certificación.
Al respecto, se menciona la decisión tomada el año pasado de avalar a México, pese a haberse comprobado que los traficantes se habían infiltrado en los servicios de combate a las drogas de ese país.
"La complejidad de las relaciones entre Estados Unidos y México hace casi imposible para Washington 'descertificar' a México, dado el impacto político que tendría esa decisión", advirtió Eric Olson, de la no gubernamental Oficina de Washington para América Latinaa.
Funcionarios del gobierno parecen haber llegado a la conclusión de que el sistema de certificación es contraproducente, y se cree que Clinton propondrá una nueva relación multilateral contra las drogas en la Cumbre de América, que se realizará en abril en Santiago.
"Mi deseo es crear una entidad de cooperación multilateral y, una vez hecho eso, enterrar el sistema de certificación, que se ha demostrado irrelevante", declaró esta semana al diario The Wall Street Journal el jefe de la oficina antidrogas de la Casa Blanca, Barry McCaffrey.
Colombia fue "descertificada" en 1996 debido a la denuncia de que el presidente Ernesto Samper recibió seis millones de dólares del narcotraficante cartel de Cali para su campaña electoral de 1994.
Washington impuso un embargo diplomático a Samper y a su gobierno hasta octubre último, cuando McCaffrey se entrevistó con el mandatario colombiano desconociendo las objeciones de funcionarios del Departamento de Estado y del Consejo de Seguridad Nacional.
La ayuda antinarcóticos de Estados Unidos al ejército y la policía de Colombia cayó como consecuencia de la "desertificación" de 96 millones de dólares en 1994 a 51 millones en 1995, pero este año aumentó a 130 millones. (FIN/IPS/tra-en/jl/mj-ff/ip/98