Corea del Sur está dispuesta a mantener un diálogo directo con Corea del Norte, sin contraponerlo con las conversaciones cuatripartitas con Estados Unidos y China que proseguirán este sábado, pero en medio de la euforia hay también llamados a la prudencia.
Funcionarios de Seúl y Pyongyang se reunirán este sábado en Ginebra junto con delegados de Estados Unidos y China, para preparar la segunda ronda de conversaciones cuatripartitas que comenzaron en diciembre.
Las deliberaciones, cuya fase formal continuará este lunes, tienen el objetivo de alcanzar un acuerdo formal de paz que sustituya el frágil armisticio que puso fin a la guerra de Corea (1950-1953).
La reunión, la primera celebrada desde la asunción del presidente surcoreano Kim Dae Jung el 25 de febrero, será oportuna para que las dos Coreas consideren la posibilidad de realizar conversaciones directas.
"El diálogo intercoreano directo y las reuniones cuatripartitas no son excluyentes sino complementarias", dijo el canciller surcoreano Park Jong-Soo.
Seúl pretende abrir conversaciones directas con Pyongyang en un "canal separado" de las reuniones cuatripartitas, con la intención de facilitar la reunión de las familias divididas y el intercambio de enviados, explicaron funcionarios surcoreanos.
La iniciativa corrió por cuenta del presidente Kim Dae Jung, conocido por sus postulados de reconciliación y cooperación con Corea del Norte, que sufre una de las peores hambrunas de la historia mundial.
"Espero que esta vez el gobierno sea serio acerca del diálogo intercoreano, lo que convertiría nuestros sueños en realidad", dijo Jang Seung-Hak, de 70 años, líder de un grupo de surcoreanos que tienen familiares en Corea del Norte.
"El problema de la reunión de las familias divididas siempre fue explotado con fines políticos", agregó.
Mientras tanto, el gobierno de Corea del Norte declaró el jueves el estado de guerra y prohibió el ingreso de viajeros, al tiempo que restringió a la capital el tránsito de extranjeros que no estén dedicados a la cooperación alimentaria.
Fuentes diplomáticas atribuyeron el decreto al auge de la delincuencia generado por la hambruna. Las raciones diarias de alimento por persona se redujeron este mes de 300 a 100 gramos.
Alcanzar un acuerdo con Corea del Norte es una de las prioridades del presidente Kim Dae Jung y lo que más lo diferencia de sus predecesores. El mandatario llegó a proponer una cumbre con el presidente norcoreano, Kim Jong Il.
La primera ronda de conversaciones cuatripartitas en Ginebra en diciembre, cuando Kim Young Sam era aún presidente surcoreano, no logró mejorar las frías relaciones entre las dos Coreas.
"Quiero que el diálogo cuatripartito sea algo sustancial para el establecimiento de la paz en la península de Corea", dijo Yong Young Shik, el funcionario que representó a Seúl en las negociaciones.
Pero algunos observadores alertan contra apresuramientos para asumir un diálogo directo, pues entienden que el gobierno debe dar prioridad a la crisis económica nacional.
"Precipitar a Corea del Norte a las conversaciones tiene poco sentido. La crisis económica debe ser una prioridad. Debemos aprender de experiencias pasadas, pues apresurar al Norte nunca funcionó", sostuvo el diario Chosun Ilbo, el principal de Corea del Sur, en un editorial.
Para Seúl, la negociación de asuntos políticos o comerciales con Pyongyang nunca fue fácil.
Las dos Coreas firmaron en 1991 un acuerdo de reconciliación, no agresión, intercambio y cooperación que solo funcionó en el papel.
Ambos países sufren problemas internos.
La población de Corea del Norte sufre hoy una severa hambruna a causa de sequías e inundaciones que desarticularon su producción de alimentos.
Corea del Sur, que hasta el año pasado ocupaba el lugar 11 entre las economías más poderosas del mundo, procura reconstruirse tras en colapso que ocasionó la quiebra de instituciones financieras que cayeron por el peso de deudas incobrables.
Cientos de miles de trabajadores surcoreanos fueron despedidos mientras las compañías luchan por mantenerse a flote.
Un grupo privado surcoreano envió el lunes 8.000 toneladas de fertilizantes al puerto norcoreano de Nampo. Seúl también se comprometió a enviar 50.000 toneladas de cereales al norte a través del Programa Mundial de Alimentación de la Organización de las Naciones Unidas.
"A pesar de nuestras dificultades económicas, creemos que debemos ayudar al pueblo norcoreano", dijo Hong Heung-Joo, portavoz del Ministerio de Unificación Nacional. (FIN/IPS/tra- en/amy/ral/ip/98