La posibilidad de crear a corto plazo una zona de libre comercio entre la Comunidad Andina y el Mercosur es aún incierta por la colisión de intereses entre ambos bloques, pero un acuerdo marco que lleve a esa decisión puede ser inminente.
El proceso de acercamiento que se inició hace casi dos años deberá tener en las próximas semanas un avance que permita a los presidentes de los nueve países formular un anuncio político en la cumbre de jefes de gobierno de América que se reunirán en Chile en abril.
Así quedó establecido en la reunión de viceministros de ambos bloques que se realizó en Lima el día 4.
Ese acuerdo permitió superar las fuertes diferencias sobre cuestiones centrales como las normas de origen y los plazos de desgravación arancelaria, en particular por una fuerte posición del Mercosur.
El director de Integración y Mercosur de la cancillería uruguaya, Agustín Espinosa consideró que el resultado de la negociación fue un "acuerdo intermedio" que lleva a la eliminación total de los aranceles entre ambos bloques, aunque advirtió que eso no podrá ocurrir antes del 2000.
"Fue una solución pragmática y realista porque las diferencias se mantenían", dijo Espinosa.
El Mercosur (Mercado Común del Sur) esta conformado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay y cuenta con Chile y Bolivia asociados a un mercado de libre comercio que se ha constituido en la cuarta potencia comercial del mundo.
La Comunidad Andina (CA) está integrada por Colombia, Ecuador, Perú, Venezuela y Bolivia, que debido a su acuerdo con el Mercosur está a medio camino entre ambos bloques sudamericanos.
El Mercosur, con casi 200 millones de habitantes, tiene un producto bruto interno (PIB) de 900.000 millones de dólares, en tanto que la CA, con 100 millones de habitantes, tiene un PIB de 176.000 millones de dólares.
Para el Mercosur, el acuerdo "es muy difícil", debido en parte a que el flujo comercial entre ambos bloques representa una porción muy pequeña del total, recordó el ex canciller de Uruguay Sergio Abreu.
"Desde ese punto de vista, el proceso no es centro de la estrategia y si a eso le añadimos que el la CA no ha logrado unidad de criterio entre sus socios, le negociación se complica", añadió un vocero de la cancillería uruguaya.
Pero el secretario de Relaciones Económicas Internacionales de Argentina, Jorge Campbell, dijo que el estado actual de la negociación permitía pronosticar la firma en abril de un acuerdo marco.
Este servirá de base para una discusión de los jefes de gobierno en Chile y a partir de ese momento se podría alcanzar un acuerdo de libre comercio en el plazo de un año.
Según voceros de la CA la negociación continuará en dos etapas. Hasta octubre se discutirán las preferencias arancelerias bilaterales establecidas en el patrimonio histórico (acuerdos vigentes entre los distintos países antes de la constitución de los bloques comerciales).
Luego, se comenzará a discutir la lista de preferencias arancelarias vigentes, incluyendo progresivamente productos que están fuera de los convenios comerciales existentes.
A juicio de Abreu, que participó en la gestación de este proceso, un "camino realista" sería concretar primero un acuerdo marco de "cuatro más cinco" con un programa de liberación comercial.
Esa realidad, más allá de las decisiones por consenso, pasa a través de los "motores" de este proceso, que son Argentina y Brasil, para el Mercosur, y Colombia y Venezuela, para la CA.
El fuerte comercio exterior que estas dos naciones de la CA tienen con Estados Unidos le otorga a este país una gran influencia en esos mercados, aumentado por la vigencia del Grupo de los Tres (México, Colombia y Venezuela), comentó Abreu.
El experto argumentó que para observar la negociación no debe olvidarse el aspecto geopolítico.
En el Mercosur, Brasil procura imponer la ampliación de las redes de integración en América Latina con miras a la adopción de una posición común de cara a las negociaciones para el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA).
Por el lado de la CA, en cambio, "algunos países no quieren seguir la estrategia de Brasil", pues toman en cuenta sus relaciones comerciales con Estados Unidos, "en especial Chile, que ya logró un convenio con Canadá", dijo Abreu.
Este acuerto es objeto de cuestionamientos por parte del Mercosur en las tratativas por las compensaciones correspondientes, de acuerdo con el Tratado de Montevideo de 1980.
El Mercosur, con el impulso de Brasil, aspira a que la negociación del ALCA se desarrolle en etapas, mientras el resto de las naciones aspira a negociar en conjunto.
"Esto significa que mientras a Brasil y al Mercosur no les interesa que Estados Unidos reduzca los aranceles, sino que desmantele las restricciones no arancelarias, el norte de la región quiere contrarrestar esta posición negociando con los países con los que tiene un comercio importante", dijo Abreu. (FIN/IPS/rr/mj/if/98