La Unión Europea (UE) promueve que la Comunidad Andina (CA) utilice más y mejor el sistema generalizado de preferencias (SGP) para la zona, un instrumento que le otorga amplias ventajas en el acceso al mayor mercado del mundo.
Las representaciones de la UE en los países del bloque andino, conformado por Bolivía, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela, decidieron realizar una serie de encuentros con empresarios en diferentes ciudades para explicar los mecanismos del SGP, a fin de dar un impulso a las exportaciones hacia Europa.
El embajador de la UE en Caracas, Robert Kremer, explicó a corresponsales extranjeros que gracias al SGP andino unos 9.000 productos industriales y 1.200 rubros agrícolas y pesqueros pueden acceder a la UE sin arancel.
El SGP andino de la UE permitió incrementar las ventas andinas al bloque europeo en 36 por ciento, entre 1990 y 1995, según cifras comunitarias. Para la UE este monto es alentador, pero muy inferior al verdadero potencial de las preferencias especiales.
La concesión de carácter unilateral fue promovida en 1990 como una forma de apoyar la lucha contra la producción y procesamiento de drogas ilícitas en la región.
Inicialmente el SGP andino abarcó a Bolivia y Perú, los dos mayores productores mundiales de coca, y a Colombia, el mayor procesador, y poco después se sumó a Ecuador, con el argumento de no dejarlo desfavorecido dentro del bloque de integración, dado su menor desarrollo relativo.
Desde 1995, Venezuela fue sumada a la iniciativa en cuanto a los productos industriales y un año después para el sector agrícola.
Kremer dijo que la UE está satisfecha de los esfuerzos que se realizan en la subregión de 104 millones de personas para enfrentar el problema de la producción y tráfico de drogas, y precisó que a diferencia de Estados Unidos el bloque europeo parte del principio de responsabilidad compartida ante el delito.
Laura Rojas, asesora de la UE en Venezuela para el SGP y ex viceministra de Comercio, explicó que en aquellos rubros que por su sensibilidad no están desgravados, existe una preferencia que restringe entre 24 y dos por ciento el arancel establecido.
Para que las exportaciones andinas, y en especial venezolanas, a la UE se beneficien del SGP especial, deben cumplir normas como contar con un certificado de origen, que muestre que 50 por ciento del producto fue elaborado con insumos de la subregión o europeos, o que tuvo un alto procesamiento en el país.
Pero Rojas indicó que son muchos los exportadores que no cumplen con éstas normas, por lo que pierden los beneficios del SGP. En otros casos, los productores desconocen las normas técnicas que se exigen a los productos dentro de la UE.
El SGP andino durará al menos hasta el año 2004, según aprobó el Consejo de Ministros de la UE en 1994, pero en el caso del sector industrial el programa deberá ser renovado a fines de este año y en el del agropecuario 12 meses más tarde.
Los representantes europeos aseguraron que la renovación puede darse por hecho, si bien en el caso agrícola la lista de productos incluidos pudiera ser revisada, como ya pasó en 1996, cuando se extendió la lista de rubros beneficiados, pese al proteccionista Programa Agrícola Común de la UE.
La CA tiene además con la UE un acuerdo de cooperación de los llamados de tercera generación, que en la práctica suministra ventajas a los andinos frente a los ambiciosos proyectos para establecer un acuerdo de liberalización que negocian con el bloque europeo, México y el Mercado Común del Sur (Mercosur).
Ese convenio otorga concesiones a los países andinos, sin exigir reciprocidad alguna, en sectores como comercio, energía, tecnología, transporte, cooperación industrial y medio ambiente.
El acuerdo, precisó Kremer, también incluye la llamada "clausula democrática", una iniciativa para los convenios con la región que introdujo Argentina, que suspende su vigencia en cuanto se produce una interrupción de la legalidad institucional.
Además "tiene un carácter evolutivo, específico, concreto y amplio", acotó Rojas.
El Mercosur y México han rubricado respectivos acuerdos marco para avanzar en el establecimiento de zonas de libre comercio con la UE.
Pero Enrique Casal, funcionario de la UE, precisó que hasta ahora se trata de un proyecto y que la negociación incluye una apertura mutua, de la que está exenta la CA en su acuerdo de tercera generación y en el SGP andino.
Datos suministrados por la Secretaria General de la CA, con sede en Lima, indican que en 1997 las exportaciones andinas a la UE sumaron 8.100 millones de dólares, dentro de un total de 47.200 millones.
Ese monto representa una caída respecto de 1996, cuando las ventas superaron los 10.000 millones de dólares. La razón aparente de esta baja, en medio de un incremento general de las exportaciones andinas, fue el fortalecimiento de Estados Unidos como destino extrasubregional para los productos del bloque.
Kremer y Rojas precisaron que el SGP andino también facilita que los productos de los cinco países puedan acceder sin cupos máximos, uno de los mecanismos con los que la UE protege su producción comunitaria en el sector agropecuario e industrial.
Los productos que tienen trato particular dentro del SGP andino son cereales, lácteos, uvas y la carne y sus derivados.
En el caso venezolano, dijo Rojas, el SGP andino cubre 95 por ciento de la oferta exportable del país, pero hasta ahora las ventas se concentran en los productos metálicos, ferrosos, químicos y metalmecánicos.
Kremer indicó que la UE promueve un nuevo tipo de acercamiento hacia América Latina, porque considera que es una de las grandes regiones emergentes del mundo, con una perspectiva estable en lo económico y político.
Sin embargo, América Latina sólo representa 5,2 por ciento de las importaciones y 5,68 las exportaciones del bloque que se ha convertido en el mayor mercado mundial, con 370 millones de personas de alto poder de compra. (FIN/IPS/eg/ag/if/98