Fuerzas partidarias del Consejo de Fuerzas Armadas Revolucionarias (AFRC) desplazado la semana pasada en Sierra Leona relanzaron su guerra de guerrillas en el interior, aunque la vida volvió a la normalidad en esta capital.
En los últimos días, los rebeldes atacaron pueblos y villas en el distrito de Port Loko, unos 190 kilómetros al noroeste de Freetown.
Las AFRC fueron derrocadas la semana pasada por el Grupo de Supervisión de ECOWAS (ECOMOG), una fuerza de intervención desplegada en Sierra Leona por la Comunidad Económica de Estados de Africa Occidental (ECOWAS).
ECOMOG había dado a la junta de las AFRC plazo hasta el 22 de abril de 1988 para entregar el poder al presidente electo Ahmed Tejan Kabbah, desplazado por un golpe militar en mayo del año pasado. No obstante, ECOMOG avanzó en la capital después que fuerzas de las AFRC atacaran varias veces sus posiciones.
En pocos días las fuerzas de la junta, entre ellas ex rebeles del Frente Revolucionario Unido (RUF), fueron desplazadas de la capital, y poco después Bo y Kenema, segunda y tercera ciudades del país respectivamente, cayeron ante el avance de los "kamajors", fuerzas de defensa civil leales a Tejan Kabbah.
El presidente de Sierra Leona, que vive en la vecina Guinea desde el golpe del año pasado, designó un comité de 10 miembros para gobernar Sierra Leona hasta su regreso, anunciado para la semana próxima.
Las oficinas públicas reanudaron su trabajo esta semana después que el coronel Maxwell Khobe, comandante de la fuerza de ECOMOG en Sierra Leona, hizo un llamado a los funcionarios públicos y jerarcas de instituciones a que volvieran al trabajo.
Esto produjo el fin de una campaña de desobediencia iniciada inmediatamente después del golpe por funcionarios del Estado que prefirieron quedar y sin salario que trabajar para la junta militar.
Los negocios y servicios esenciales también reabrieron en la capital, y algunos vehículos de transporte urbano están de nuevo en la capital, aunque el combustible es escaso y caro como resultado del embargo económico impuesto a la junta por ECOWAS. Los precios de los alimentos también son caros.
Los asesinatos de venganza ocurridos tras el derrocamiento también se detuvieron. Hasta los primeros días de esta semana, militantes jóvenes lincharon a plena luz del día a sospechosos de ser miembros y simpatizantes de la junta, lo cual hizo que Khobe llamara a los policías a retomar sus puestos.
Pero el ala armada de las AFRC se mantiene alerta. El teniente coronel Eldred Collins, ex secretario de Comercio e Industria de las AFRC dijo esta semana a la cadena británica BBC que "podemos haber sido desplazados de Freetown, pero la guerra no terminó".
"Seguiremos luchando en el interior", agregó Collins, ex protavoz del RUF que se unió a los militares después del golpe de 1997.
Además del área de Port Loki, Makeni, la principal ciudad en el norte, también fue atacada por el RUF, que saqueó tiendas e incendió viviendas. "No abandonaremos esta lucha", dijo un comandante del RUF.
Sin embargo, el analista político John Sesay dijo a IPS que los rebeldes podrían interrumpir la guerra "porque sus aliados, el ejército nacional, está desmoralizado, y la población no los apoya".
Así mismo, ECOMOG tiene una visión similar. "Desplegamos tropas en Freetown y pronto avanzaremos al interior. No daremos a las fuerzas de la junta o a los rebeldes espacio para respirar hasta que la paz total haya regresado al país", dijo Khobe. (FIN/IPS/tra-en/lf/kb/lp/98