Los empresarios italianos logran superar las trabas que imponen los embargos económicos a Cuba, Libia e Irán, especialmente las pequeñas y medianas compañías (Pymes).
El caso más significativo es el del país caribeño. La ley Helms- Burton de Estados Unidos obstaculiza sólo la actividad de grandes empresas internacionales que distribuyen sus productos en ese país, afirman directivos de las Pymes.
La norma, que prevé sanciones contra quienes comercian con Cuba es criticada por la Unión Europea, que la considera un intento inaceptable de imponer su legislación más allá de sus fronteras.
Los europeos sostienen, además, que la ley Helms-Burton no ha dado los resultados esperados por Washington, que vio como el papa Juan Pablo II dirigía en enero un llamado desde La Habana a poner fin al bloqueo, hablando junto al presidente cubano Fidel Castro.
Un empresario, que no quiso identificarse dijo al diario económico "Il Sole 24 ore" que las compañías con intereses en Estados Unidos evitan los obstáculos legales facturando sus productos con destino a Cuba a través de un tercer país, como Panamá.
En marzo de 1996, la aprobación de la ley Helms-Burton generó cierta incertidumbre entre los empresarios italianos, que ya se ha superado, observándose actualmente un aumento de las iniciativas comerciales con Cuba.
En la Feria internacional de La Habana de noviembre, Italia fue la segunda presencia extranjera después de España.
"Nuestras empresas no están preocupadas por el bloqueo estadounidense", afirmó Matteo Scarparo, quien representa a la sociedad Interexpo de Milán y está a cargo de la feria de maquinarias y tecnología italianas que se realizará en Cuba entre el 9 y el 15 de marzo.
Otro empresario italino señaló que los efectos del bloqueo son indirectos, "la pobreza que genera reduce la demanda" en el mercado de ese país.
El "bloqueo crea límites por lo que los cubanos se ven obligados a pedir lo esencial siempre a último momento, explicó, por su parte, el responsable administrativo de una empresa de importació y exportación de productos farmacéuticos.
Los pedidos son a menudo muy pequeños, lo que obliga al uso de la vía aérea en lugar de la marítima, con el consiguiente aumento de costos. Esto ocurre también con repuestos industriales y agrícolas.
Las exportaciones italianas a Cuba alcanzaron en 1997 a 68 millones de dólares, un millón de dólares más que en 1996, mientras que las importaciones sumaron 12 millones de dólares en 1997 y 28 millones de dólares el año anterior.
Para concretar las transacciones comerciales con Libia, país sancionado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), los empresarios italianos no utilizan los bancos estadounidenses. Italia es el primer socio comercial de Libia, a la cual suministra desde bombas de agua hasta pasta seca.
Las ventas a ese país sumaron 650 millones de dólares en 1997 y 652 millones de dólares en 1996, mientras que las compras alcanzaron 2.750 millones de dólares en 1997 y 2.570 millones de dólares en 1996.
La relación comercial de las pequeñas y medianas empresas italianas con Irán, entre tanto, corre el riesgo de sufrir sanciones si los contratos con el sector energético superan los 40 millones de dólares, tope impuesto por Estados Unidos.
Las exportaciones a ese país alcanzaron en 1997 a 56 millones de dólares y a 42 millones de dólares el año anterior, mientras las importaciones fueron por 1.051 millones de dólares en 1997 y por 1.157 millones de dólares en 1996.
Sin embargo, el embargo contra Iraq decretado por el Consejo de Seguridad de la ONU después de la invasión de ese país a Kuwait en 1990, se ha cumplido con mayor eficacia.
En 1997 no se registraron exportaciones hacia Iraq y en 1996 éstas llegaron a 1.200 millones de dólares. Las importaciones, en tanto, alcanzaron a 63 millones de dólares en 1997 y a 11 millones en 1996.
La ONU permitió a Iraq vender una parte muy reducida de su petróleo, sólo como intercambio para la compra de alimentos, operaciones comerciales controladas por un comité creado al respecto por la organización mundial.
La Dirección General de Asuntos Económicos de la cancillería italiana informó que desde que se firmó este acuerdo, en diciembre de 1996, hasta el mismo mes de 1997, fueron autorizados 60 contratos, la mayoría de ellos en el sector farmacéutico. (FIN/IPS/jp/dm-ag/ip-if/98