Las mujeres que pretenden abrirse paso en la política de India descubren que el camino al poder está plagado de asuntos con poca relación con el género y cuyo conocimiento es custodiado por hombres que controlan los partidos.
Un puñado de grupos femeninos de Nueva Delhi quiso postular una candidata común por el distrito de la capital para las elecciones parlamentarias de los días 16, 20 y 28, pero muchas abandonaron las conversaciones, al parecer por la presión de dirigentes políticos hombres.
"Nos estamos dando cuenta cuán dura es la lucha por la equidad sin el respaldo de los partidos políticos, que aún están dominados por los hombres", dijo Ranjana Kumari, la frustada activista a quien se señalaba como candidata del movimiento femenino.
Kumari está convencida de que su candidatura no prosperó porque las mujeres no pudieron obtener el respaldo de la dirección masculina de los partidos políticos.
"Cuando pueden elegir entre una mujer respaldada por grupos femeninos terminan optando por los intereses de sus partidos políticos", dijo la activista a IPS.
La idea de designar una candidata femenina independiente fue un acto de desesperación nacida de la constatación de que los partidos no estaban preparados para asignar más puestos en sus balotas a mujeres a pesar de los compromisos públicos en materia de acción afirmativa.
"Nos obligaron a impulsar la idea de una candidatura femenina porque los partidos no respondieron nuestro reclamo de reservar 33 por ciento de las listas a mujeres", dijo Mohini Giri, presidenta de la gubernamental Comisión Nacional de Mujeres, que al principio se manifestó contra la propuesta.
"Encontramos solo 14 mujeres adecuadas para los 172 escaños por los que competimos. Ranjana integra nuestro partido, pero no la podemos apoyar si se presenta como candidata independiente", dijo Bapu Kaldate, portavoz del izquierdista partido Janata Dal con el cual Kumari tiene vinculación.
Brinda Karat, secretaria general de la Asociación de Mujeres Democráticas de India (AIDWA), ala femenina del Partido Comunista de India-Marxista (CPI-M), que al comienzo respaldó la candidatura de Ranjana, afirmó ahora que la política es prioritaria ante el género.
"Los grupos femeninos deben compartir una plataforma común en cuanto a la reserva de un tercio de los escaños del parlamento y las asambleas estaduales a mujeres, pero el debate electoral no deben reducirse a la cuestión de las reservas", dijo Karat.
Kumari, Giri y Karat estaban unidas el año pasado en una intensa actividad pública en reclamo de leyes que establecieran cuotas para mujeres en el parlamento central, tras la implementación de normas en ese sentido en asambleas locales.
Los grandes partidos políticos se comprometieron a aprobar la ley sobre cuotas para mujeres en sus plataformas electorales de 1996, pero los legisladores estuvieron omisos en la última legislatura.
Los grupos femeninos saben que del nivel distrital al estadual hay apenas un paso, y otro al nacional. "El genio salió de la botella y no podrá volver a meterse ene ella", dijo Karat.
"No pasará mucho antes de que las mujeres que accedieron a órganos distritales comiencen a competir por escaños en las asambleas estaduales o en el parlamento haya o no cuotas en esos niveles", sostuvo Kumari.
Mientras tanto, las mujeres que se dedican a la política con éxito siguen una ruta familiar a la de muchas en otros países asiáticos. El camino es recoger el legado político de familiares hombres, vivos o muertos.
Mayawati, ex jefa de gobierno del populoso estado de Uttar Pradesh, aún es una de las principales protagonistas de la vida política local.
Pero aunque su popularidad no tiene igual, ella misma se mantiene bajo el mecenazgo de su líder Kanshi Ram, paladín de la causa de los "dalit" (los pertenecientes al nivel más bajo del rígido el régimen de castas hindú).
Jayalalitha, quien perdió la jefatura del gobierno del estado meridional de Tamil Nadu y pretende volver a la liza, debe su fortuna política a su fallecida pareja e ídolo de televisión M. G. Ramachandran.
Pero el ejemplo más espectacular es el de Sonia Gandhi, que rompió los cálculos de todos los analistas cuando emprendió una gira por todo el país e invocó imágenes de su enérgica suegra, la asesinada primera ministra Indira Gandhi.
La viuda del también asesinado primer ministro Rajiv Gandhi no aceptó las candidaturas que le ofrecieron, pero quizá su intención sea mantener el asiento caliente para sus hija Priyanka o su hijo Rahul, quienes le acopañan en sus actos y se convierten así en un atractivo adicional para el público.
Las mujeres rurales del norte de India se muestran de forma abrumadora favorables a que Priyanka recoja el legado de la familia Nehru-Gandhi, según una encuesta del Centro de Investigación Social. (FIN/IPS/tra-en/rdr/an/mj/ip/98