Los ex presidentes Jimmy Carter, de Estados Unidos, y Mijail Gorbachov, de la disuelta Unión Soviética, encabezan una lista de más de cien ex mandatarios que reclaman pasos inmediatos para acabar con las armas nucleares.
La declaración fue firmada también por los ex primeros ministros Michel Rocard, de Francia, y James Callaghan, de Gran Bretaña, dos países que también cuentan con armas atómicas.
La declaración exige que se las declare a todas esas armas fuera del estado de alerta, se las retire de los vehículos donde están instaladas y se las almacene.
Los firmantes, entre los cuales no figuran ex altos gobernantes de China, quinta potencia nuclear declarada, pidieron también el fin de la producción de materiales físiles para uso bélico y el fin de las pruebas, pendiente de la entrada en vigor del Tratado de Prohibición Total de Armas Nucleares de 1996.
Tampoco se cuentan entre los firmantes altos dirigentes políticos de India, Israel y Pakistán, tres países considerados por los expertos potencias nucleares no declaradas o con posibilidades de serlo en breve.
Otros líderes que rubricaron la declaración son Egor Gaidar, ex primer ministro de Rusia bajo la presidencia de Boris Yeltsin, y el presidente de Georgia, Eduard Shevardnadze, ex canciller de Gorbachov antes de la disolución de la Unión Soviética.
También figuraron entre los firmantes líderes de varios países que no poseen armas nucleares pero cuentan con la "protección" de misiles estadounidenses.
Estos son, entre otros, el ex jefe de gobierno de la República Federal Alemana Helmut Schmidt, el ex canciller de Corea del Sur Shin Hyon-Hwak, los ex primeros ministros Pierre Trudeau, de Canadá, Ruud Lubbers y Andries van Agt, de Holanda, María de Lourdes Pintasilgo, de Portugal, y cinco de Japón.
Otros firmantes son los ex presidentes Raúl Alfonsín, de Argentina, José Sarney, de Brasil, Oscar Arias, de Costa Rica, Miguel de la Madrid, de México, Sam Nujoma, de Namibia, Corazón Aquino, de Filipinas, Frederik De Klerk, de Sudáfrica, y Kalevi Sorsa, de Finlandia.
Además, figuran el actual primer ministro de Suecia, Goran Persson, y su antecesor, Ingvar Carlsson.
Si bien no hubo ex altos líderes de los gobiernos de China entre los firmantes, Qian Jiadong, ex embajador de Beijing ante la Organización de las Naciones Unidas, rubricó el documento.
También lo hicieron la legisladora israelí Yael Dayan, el ex alto comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, el paquistaní Sadruddin Aga Khan, y el ex ministor de finanzas de Pakistán Mahbud ul Haq.
La declaración reclama negociaciones con la participación de todas las potencias nucleares, declaradas y no declaradas, para la reducción de sus arsenales sobre una base proporcional.
Este documento, equivalente civil de una similar firmada en 1996 por 60 generales y almirantes de todo el mundo, concluyó que "la total destructividad de las armas nucleares llama a un imperativo moral para su eliminación".
Al difundirse la exhortación este lunes, el general retirado estadounidense George Lee Butler, quien encabezó el Comando Aéreo Estratégico de su país entre 1992 y 1994, declaró que "la amenaza de uso de armas nucleares es indefendible".
Butler, uno de los autores de la declaración de 1996, dedicó sus 27 años de carrera militar a la creación de la estrategia nuclear estadounidense.
La última declaración fue conocida en medio de crecientes reclamos de activistas antinucleares de todo el mundo, preocupados porque se perdió la oportunidad de la eliminación de esas armas que supuso el fin de la guerra fría.
La falta de avances contrasta con los avances de los activistas contra las minas personales, que en diciembre lograron la firma de más de cien países de un tratado contra la producción o uso de esas armas.
"El gran público no está prestando mucha atención a la cuestión nuclear, durante la cual la abolición de estas armas, aunque muy deseada, era considerada imposible", observó Jonathan Schell, experto estadounidense en asuntos militares.
Shell y otros ex altos estrategas nucleares de su país, entre los cuales figuran Butler y el ex secretario (ministro) de Defensa Robert McNamara, argumentó que es tiempo de que los especialistas en seguridad nacional convenzan a la ciudadanía de que estas armas deben ser eliminadas.
Casi 80 por ciento de los estadounidenses creen que el mundo sería más seguro sin armas nucleares. (FIN/IPS/tra- en/jl/mk/mj/ip/98