(Arte y Cultura)

Las compañías discográficas de propietarios negros quizá sean comunes hoy en Estados Unidos, pero los sellos más nuevos, como Bad Boy, Uptown y Death Row, deben su existencia a la fundación hace 40 años de Motown Records, la firma arquetípica de la música soul.

Motown fue creada en 1958 por el ex boxeador Berry Gordy y cambió radicalmente desde su apogeo en los años 60, cuando sus estrellas de soul, como Marvin Gaye, Diana Ross, The Vandellas y The Temptations, aportaron la banda de sonido a la época de la lucha por los derechos civiles.

En los últimos años, la empresa se trasladó a Hollywood al incorporarse a los estudios MCA-Universal, luego de haber sido una firma independiente de propiedad negra basada en Detroit, la llamada "Motor Town" (Ciudad del Motor) o Motown, por su fama como sede de la industria automovilística de Estados Unidos.

La música de Motown pasó del característico ritmo afiebrado de The Supremes y Four Tops al sonido más tranquilo del soul de la década de los 90 por grupos nuevos como Boyz II Men.

Motown, que nunca pierde la ocasión de reflotar a sus viejas estrellas, está dispuesta a recuperar su gloria pasada, cuando Gordy empleó su talento comercial y un equipo de compositores y músicos propios para transformar a sus noveles cantantes en la imagen y voz de la comunidad negra estadounidense.

Este mes, la firma presenta un programa de televisión de cuatro horas en la red ABC y piensa lanzar nuevamente colecciones de éxitos de sus artistas más conocidos, como Gaye, Ross y Michael Jackson.

Por primera vez, personas detrás del éxito de Motown, como el coreógrafo Cholly Atkins, quien hizo que grupos como The Temptations acompañaran su música con pasos de baile, y Maxine Powell, quien enseñó a los cantantes a moverse con gracia, surgen para revelar que la compañía vendía música, pero también imagen.

Motown vendía la imagen de cantantes enérgicos y elocuentes, rebosantes de idealismo juvenil que se adaptaban bien al optimismo de los primeros años de la lucha por los derechos civiles.

Pero Gordy también era un astuto capitalista que ni pensaba en agitar las aguas al incluir mensajes políticos en sus obras. Gaye discutió con él para que lanzara su obra maestra política de 1971, "What's Going On". El empresario podía arruinar las carreras de los artistas que se alejaban de Motown.

De hecho, la historia de Motown está repleta de artistas descartados o resentidos, como las cantantes Mary Wells y la talentosa pero poco fotogénica Florence Ballard, de The Supremes, pero también de superestrellas como Stevie Wonder y Michael Jackson, descubiertos en su infancia.

Motown presta mayor atención a los cantantes que a los músicos de fondo, como el fallecido James Jamerson, de educación jazzística, responsable de parte importante del tradicional sonido de la compañía. Compositores como Lamont Dozier se quedaron de tramiento injusto y se alejaron de Gordy.

Para la década de 1980, Motown había perdido a muchos de sus talentos más singulares, como Gaye, Jackson y los cantantes de The Temptations David Ruffin y Eddie Kendricks, y su música se parecía al sonido genérico y sin fuerza de otras compañías de soul.

A pesar de su decadencia, Motown aún se ufana de contar con estrellas como Stevie Wonder y sigue representando el éxito para los afroestadounidenses en el ámbito del entretenimiento.

Ahora, nuevos y prometedores sellos de rap, como el neoyorquino Bad Boy Records, emplean la receta que la empresa utilizó durante cuatro décadas para asegurar el éxito de sus estrellas.

Sean "Puffy" Combs, el joven productor y rapero director de Bad Boy, habría solicitado consejos a Gordy, y parece haber adoptado varias de las técnicas del fundador de Motown.

Este sello de rap desmiente su dura imagen de música "gangsta" al presentar músicos que bailan, son adiestrados para manejarse en las entrevistas y compromisos públicos y cuentan con el apoyo de un conjunto confiable de compositores y productores.

Pero el éxito de Bad Boy también revela el paso del tiempo desde que Gordy fundó Motown.

La compañía de rap ofrece el sonido de la juventud estadounidense pero sus canciones sobre delincuencia callejera, traición y muerte se diferencian mucho de los éxitos habituales de Motown, como "Baby Love" (Amor Infantil), de The Supremes, o "My Girl" (Mi Chica), de The Temptations.

Al repasar los temas pesimistas de la música moderna, surge a la mente el título de otro éxito de Motown: "Where Did Our Love Go?" (¿A dónde se fue nuestro amor?). (FIN/IPS/tra-en/fah/mk/aq/cr/98

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