Los conductores que manejan sus automóviles en el distrito de Soweto, donde viven tres millones de personas en esta ciudad de Sudáfrica, deben encender sus luces para ver a través de la gruesa neblina que contamina el lugar.
"Vivir aquí es el infierno. Nunca abrimos las ventanas, porque el polvo se pega en los muebles y utensilios, aun en la comida", dijo Susan Mswane, residente de Meadowlands, un área de Soweto.
"Mis niños siempre están en la clínica con los ojos irritados por el polvo de las minas. Ahí nos dijeron que aquí vivimos con riesgo de enfermedades pulmonares", agregó Mswane.
El máximo de polvo admitido por las normas en áreas residenciales es de 650 miligramos por metro cuadrado al día, pero el proyecto Control de Aire de Soweto (SAM) estima que allí alcanza 2.000 miligramos en algunas zonas del barrio.
En los últimos 10 años, los habitantes de Meadowlands respiraron el polvo que emanaba de la cercana mina de oro Roodepoort Durban. Esas partículas causan bronquitis y otras enfermedades respiratorias.
El Grupo de Control Ambiental (GEM) detectó emisiones de radón, un gas radiactivo para la cual no hay un nivel de exposición seguro en lo que a cáncer se refiere.
"En la estación ventosa, el polvo es tan malo que los exámenes escolares deben ser postergados" y las clases suspendidas, informó el GEM.
Los operadores de la mina tomaron conciencia del problema en 1995. En una reunión comunitaria en noviembre de 1997, el gerente prometió tomar medidas para frenar el polvo, entre ellas la construcción de barreras y el uso de sustancias químicas.
El ministro de Ambiente de Sudáfrica, Kader Asmal, admitió que las leyes inadecuadas y la mala administración permitieron a las minas dañar el ambiente durante años, y advirtió que el gobierno procura establecer mecanismos para frenar la contaminación.
La mayor preocupación son los vertidos de ácido sulfúrico que se desechan de las minas de carbón y contaminan las napas de agua subterráneas, informó Asmal.
A pocos kilómetros de la mina Durban Deep, en Soweto, una estación térmica de generación de electricidad también emite sustancias tóxicas.
Setenta y dos por ciento de la electricidad que se consume en Sudáfrica se genera a partir de carbón con alto contenido sulfúrico. Como consecuencia, a este país de 33 millones de habitantes corresponde 1,6 por ciento del dióxido de carbono liberado en la atmósfera y 40 por ciento del total de Africa.
El dióxido de carbono es el principal de los "gases invernadero" a los que se atribuye el recalentamiento planetario. Sudáfrica cuenta con reservas de carbón para 400 años, por lo que el uso de este combustible continuará.
Muchos habitantes de Soweto utilizan carbón para cocinar y abrigar la casa, y setenta por ciento de los hogares negros del país no cuentan con electricidad.
"La falta de acceso a fuentes de energía adecuadas y sustentables llevaron a comunidades pobres a depender de fuentes caras y no sustentables como el carbón, la leña, la parafina, las velas y el gas", según el proyecto SAM.
Los desechos mineros, los caminos sin pavimentar, el relleno de tierras y la actividad industrial contribuyen a la degradación ambiental de Soweto.
Soweto parece no tener cabida para una persona más, mientras los planificadores urbanos se muestran incapaces de hacer frente a la superpoblación y los resultantes problemas ambientales urbanos.
Algunas viviendas alojan hasta 32 personas en un área diseñada para muchas menos, y las autoridades del distrito no pueden administrar adecuadamente los servicios.
Los residentes dependen de los espacios abiertos para desechar su basura, debido a la deficiencia del servicio de recolección. Una y otra vez las montañas de desechos se queman, liberando elementos desconocidos en el aire.
"La contaminación del aire no es una prioridad del gobierno local", dijo Jabulani Sithole, presidente de la rama en Soweto de la Asociación Nacional por el Aire Limpio. "El Consejo tiene otras prioridades como la vivienda, la electricidad y otras cuestiones sociales".
Sithole, quien también tiene un empleo de horario completo como funcionario ambiental del gobierno local, lidera el proyecto de investigación de SAM.
"Hemos demostrado que cuánto más pobre se es, más contaminación se genera (…) por ejemplo, se quema cualquier cosa para generar energía, incluso neumáticos", dijo Sithole. (FIN/IPS/tra-en/gm/pm/mj-lp/en dv/98