Argelia permitirá el ingreso de una delegación ministerial de la Unión Europea (UE), que pretende contribuir al cese de un interminable ciclo de violencia que se ha cobrado la vida de unas 75.000 personas desde 1992.
La misión a Argel, que probablemente se efectúe la próxima semana, será encabezada por Derek Fatchett, ministro de Estado de Gran Bretaña, el país que ocupa la Presidencia rotativa de la UE.
Fatchett será acompañado por colegas de Luxemburgo y Austria, y por Manuel Marín, comisario europeo para asuntos del Mediterráneo.
El canciller británico, Robin Cook, superior de Fatchett, explicó que el propósito de la visita es ver cómo la UE "puede ayudar a poner fin al terrorismo" y demostrar la solidaridad de Europa con la población argelina.
El diario argelino Liberté informó este jueves que una bomba oculta en una alfombra utilizada para rezar mató el miércoles en Argel a una persona e hirió a ocho en una mezquita del suburbio de Baraki.
El domingo, atentados contra un cine y una mezquita causaron la muerte a decenas de personas en las localidades de Sidi Hamed y Haouche Sahraoui, al sur de Argel.
La violencia estalló luego de que los militares en el poder anularan las elecciones legislativas de 1991, que en la primera vuelta dieron el triunfo al Frente Islámico de Salvación. Las matanzas, la tortura, las violaciones y los secuestros son ya hechos cotidianos.
Muchas de las víctimas pertenecían a los sectores más vulnerables de la sociedad. Mujeres, hombres, niños y ancianos fueron decapitados, mutilados, quemados vivos en su hogar o muertos con armas de fuego.
"Las masacres del último año ocurrieron en el contexto de la creciente generalización de las violaciones de los derechos humanos por las fuerzas de seguridad y grupos islámicos armados", denunció la organización de derechos humanos Amnistía Internacional.
Varias matanzas fueron perpetradas en zonas cercanas a la capital o en torno de cuarteles del ejército, pero las fuerzas de seguridad no detuvieron el derramamiento de sangre. Algunos de los peores ataques tuvieron de objetivo comunidades conocidas por su apoyo a los fundamentalistas islámicos.
Uno de los atentados de este domingo se dirigió contra personas que salían de una mezquita, un extraño blanco para fundamentalistas islámicos.
Los grupos de derechos humanos consideran que los militares hacen la vista gorda a las masacres o las cometen. El gobierno sigue sosteniendo que la situación está "bajo control" y que la violencia es "residual".
El canciller Ahmed Attaf criticó a los gobiernos de la UE que parecen dudar de la versión de Argel de que los radicales islámicos serían los únicos responsables de las matanzas.
"Nuestros socios europeos mantienen sus reservas y dudas y nos han informado que la UE no está preparada para ofrecer su ayuda en la lucha contra el terrorismo", declaró Attaf.
"Este elemento le quita significado y sustancia a la misión europea y la aleja de lo que habríamos deseado para mantener un diálogo con la UE", continuó.
El canciller británico Cook dijo esta semana que "no existe evidencia" que vincule a las autoridades, apoyadas por los militares, con algunos de los atentados.
Esta declaración provocó la reacción de grupos de derechos humanos. "Discrepamos enérgicamente de la afirmación de Cook de que los militares argelinos no se hallan detrás de las masacres", dijo Faid Essoulami, de la organización Article 19, de Londres.
"Hay evidencia que comprueba su vinculación. El gobierno mantiene el control absoluto del sistema de información en Argelia. No se permite tomar fotografías de las masacres y las víctimas no pueden formular declaraciones públicas", advirtió Essoulani.
En la aldea de Sidi Hamed, hombres, mujeres y niños fueron muertos a hachazos y quemados vivos este domingo. La agencia nacional de noticias argelina APS informó que 103 personas murieron y 70 resultaron heridas, aunque la prensa nacional informó que más de 400 personas habían siso asesinadas.
El gobierno critica a los medios de comunicación argelinos y extranjeros por "magnificar hechos" que ya de por sí son trágicos. "Una persona muerta es una muerte que sobra", comentó Radio Argelia esta semana.
"Esta siempre ha sido la opinión de las autoridades, que ahora se sorprenden ante este tipo de contabilidad morbosa, especialidad de los medios de comunicación extranjeros, que tiene el fin de sembrar la confusión y la duda del público", añadió la radio.
Daniel Cohn-Bendit, miembro francés de una delegación del parlamento europeo cuya visita a Argel está prevista para el 8 de febrero, dijo a IPS, antes de conocerse las declaraciones de Cook, que la UE no demostró la sensibilidad que requería la situación.
"Nos encontramos ante una situación surrealista. Existe falta de comprensión de los hechos. La UE debe aceptar lo que quieran discutir los argelinos. Debemos dar el paso hacia el diálogo", afirmó Cohn-Bendit.
Un portavoz de Marín dijo que la presidencia de la UE acudirá a Argelia para "escuchar al gobierno" y mantener "un amplio diálogo" con las autoridades. El envío de la misión es el primer paso concreto de la UE, que hasta el momento se había limitado a condenar la violencia.
Argelia rechaza toda posible intervención extranjera y, por lo tanto, las opciones de la UE son limitadas. Los estados árabes tienden a sostener la opinión de Argel de que la crisis es un asunto interno.
"La Liga Arabe se opone a toda interferencia extranjera en Argelia", comunicó el subsecretario de esa organización, Ehab Muqbel.
"¿Qué harían las naciones europeas si un país árabe quisiera enviar un equipo para investigar la acogida de terroristas en sus territorios?", se preguntó Muqbel. Varios activistas islámicos obtuvieron asilo en Europa, sobre todo en Alemania y Gran Bretaña.
Essoulami opinó que las inquietudes del mundo exterior deben escucharse en Argel. "Creo que la misión de la UE podría hacer que el gobierno argelino acepte la idea de que el público europeo siente preocupación por las masacres".
La prevista misión "debe intentar derribar el obstáculo colocado por el gobierno de Argelia cuando declara que no admitirá 'interferencia extranjera en sus asuntos internos' ", agregó.
"Si pueden aceptarlo, será un gran paso. La UE no puede arriesgar su relación con Argelia", pero la misión "deberá hacer preguntas y mostrar interés por la situación de los derechos humanos".
"La comunidad internacional dio vuelta la cara durante mucho tiempo al sufrimiento de Argelia, a pesar de las advertencias de las organizaciones de derechos humanos", manifestó Essoulami.
Amnistía Internacional, la Federación Internacional de Derechos Humanos, Human Rights Watch y Reporteros Sin Fronteras han solicitado una sesión especial de la Comisión de las Naciones Unidas de Derechos Humanos sobre el caso de Argelia. (FIN/IPS/tra- en/MB/NS/AW/RJ/aq/hd-ip/98