Una copa de vino fue suficiente para que Fabiola Ríos, peruana de 32 años, fuera a parar a una emergencia con diagnóstico de intoxicación. El caso no se debió al alcohol sino a que la mujer estaba realizando una dieta para perder peso, una obsesión enfermiza para muchas personas.
"No lo podía creer, había tomado sólo una copa y al poco rato todo me daba vueltas, no podía coordinar las palabras ni mis movimientos, me dolía la cabeza y me desmayé", relataría después, ya repuesta.
Fabiola, como muchas mujeres hoy en día, se había sometido a dietas estrictas durante más de un año. Logró su cometido: perdió más de 20 kilos. Lo que no sabía es que también había perdido las grasas esenciales de su organismo y por eso se intoxicó con una pequeña dosis de alcohol.
Lo que para Fabiola no pasó de ser una anécdota, para otras personas se ha convertido en un verdadero drama.
"Cada vez son más frecuentes los casos de descompensación orgánica, shocks y postración nerviosa por causa de dietas severas llevadas a la exageración", afirma Luis Suito, del servicio de emergencias de una clínica privad peruana.
"El problema es mayor mientras más peso tenga el paciente ya que lleva a las personas obesas al fracaso y a odiarse a sí mismas pues en muchos casos después de tomar pastillas descontroladamente, de privarse de comida y líquidos, terminan ganando más peso", añade.
La afirmación del especialista está respaldada por estudios publicados en los últimos años, los cuales indican que la mayoría de la gente que hace dieta con el tiempo vuelve a ganar el peso perdido.
Y es que algunas personas son obesas por naturaleza debido a la presencia en su organismo de una mutación genética o gen de la obesidad, descubierto recientemente por investigadores de la Universidad Rockefeller de Nueva York.
Ese gen puede causar algunos tipos de gordura, al interrumpir el metabolismo del cuerpo y el control del apetito, y quienes lo poseen aunque coman menos no pueden perder peso pero sí pueden ver gravemente afectada su salud por someterse a dietas rigurosas.
Pero eso parece no importar a quienes están decididos a bajar de peso a como dé lugar con el fin de ser aceptados en la sociedad moderna, que margina a los obesos, peor aun si son mujeres.
"No se puede ver televisión, ni oír radio o leer los periódicos sin toparse con anuncios de clínicas de dietas. El mensaje es que no somos normales, para serlo necesitamos perder peso", indica Fabiola.
"Yo me he llegado a sentir discriminada por mi peso, con 20 kilos menos me siento mejor y no hablo de mi salud física sino mental, pero quiero seguir bajando aunque me vuelva a desmayar", agrega.
No hay forma de hacerle entender que su salud está en juego. "Quiero verme bien, ser considerada una persona normal", repite.
En 1993, la Revista de Medicina de Nueva Inglaterra, Estados Unidos, publicó los resultados de un estudio en el que se señala que las mujeres obesas están más propensas a no hacer vida de pareja y que el nivel de pobreza y abandono de sí mismas es mayor entre las gordas que entre las delgadas.
De otro lado, una investigación realizada en Canadá entre 400 personas obesas, descubrió que 40 por ciento de los hombres y el 60 por ciento de las mujeres habían sido rechazados por lo menos una vez al postular a empleos, debido a su peso.
"De hecho existe mayor discriminación con las mujeres subidas de peso que con los hombres. Generalmente ellos son mejor aceptados, salvo que sean muy gordos. Además, una gorda se acepta menos a sí misma que un varon", precisó la sicóloga Adela Carrasco.
"En una sociedad poco tolerante hacia los gordos, se requiere de ayuda especializada para devolverles la autoestima", indica.
Eso es lo que se proponen instituciones que empiezan a proliferar en diversos países. La principal tiene su sede en el estado de California, Estados Unidos, y cuenta con más de 4.500 miembros.
Se llama Asociación Nacional para la Aceptación de las Personas Obesas y está dirigida por Laura Eljakl, quien afirma que a nadie se le puede forzar a ser delgado.
"Es como pedirle a alguien que baje de estatura, eso es imposible", dice. (FIN/IPS/zp/dg/pr/98