Los helicópteros MI-17 de la Fuerza Aérea nicaragüense dejaron de ser las temibles máquinas de guerra de los años 80 para convertirse en carros blindados aéreos al servicio de la empresa privada.
Los MI-17, fabricados en la ya desaparecida Unión Soviética, son alquilados al precio de 1.500 dólares por hora a una serie de empresas comerciales y entidades financieras, que los utilizan para transportar cargas o a sus ejecutivos sin temor a asaltos o secuestros.
Uno de los clientes de la Fuerza Aérea, de acuerdo con el testimonio de un piloto de combate, es la firma Minera de Occidente, una de las principales productoras de oro del país.
Minera de Occidente "alquila nuestros helicópteros para evitar un asalto", aseguró el piloto, que pidió no ser identificado. Según éste, cada carga de oro aerotransportada equivale al millón de dólares.
Bancos privados y estatales arriendan los helicópteros MI-17 para llevar dinero en efectivo a sucursales del interior del país, y esos aparatos son también empleados para extraer madera de los bosques.
Así mismo, los utilizan funcionarios del Poder Ejecutivo y del Poder Electoral, para giras de trabajo a zonas remotas de Nicaragua.
"Al Presidente (Arnoldo Alemán) no le gustaba viajar en esos aparatos, pero ahora que lo ha hecho, está encantado", dijo a IPS el ministro de Defensa, Jaime Cuadra.
Los MI-17, fabricados por la empresa soviética Aiaexport, llegaron a este país a finales de la década pasada, gracias a un convenio entre los ejércitos de la Unión Soviética y de Nicaragua, explicó el coronel retirado Javier Pichardo, ex jefe de la Fuerza Aérea.
Se les considera "excelentes aparatos", aunque son de alto consumo de combustible. Su velocidad de crucero es de 240-250 kilómetros por hora y disponen de misiles aire-tierra.
"Son unos 'mastodontes' seguros, gracias a su maniobrabilidad y su capacidad de vuelo. Además, son de la última generación" en su clase, destacó Pichardo.
Para romper el monopolio castrense en la materia, la firma privada La Costeña importó meses atrás su propio helicóptero, civil y marca Bell.
Los expertos indican que el Bell aventaja a las aeronaves rusas en ahorro de combustible, y por ende, en el costo del viaje. Pero es pequeño, y no puede competir con los aparatos militares en transporte de cargas.
La Fuerza Aérea ofrece el servicio de sus helicópteros para ingresar recursos extraordinarios al presupuesto de Defensa, que se redujo drásticamente a partie de 1990, cuando un gobierno civil reemplazó al régimen sandinista.
En 1989 el presupuesto de Defensa sumó 187 millones de dólares, y el año pasado sólo llegó a 32 millones.
Los técnicos y pilotos de la Fuerza Aérea aseguran que los helicópteros rusos, a pesar de tener más de 10 años y de haber servido en la guerra, no están sobreexplotados y por tanto no presentan riesgos de vuelo.
Al respecto, afirmaron que la gran mayoría de los MI-17 en su poder no han completado siquiera las primeras 1.000 horas de vuelo.
"Con algunos, apenas estamos en el primer chequeo" (revisión), que se realiza al completarse las 1.000 horas de servicio, dijo una fuente de la Fuerza Aérea.
"En la Fuerza Aérea hay técnicos que tienen el nivel científico y tecnológico para hacer ese trabajo (la revisión de los helicópteros), pero debe realizarse con supervisión de expertos rusos", declaró Pichardo.
Aún permanecen en Nicaragua asesores militares rusos, para asistir a la Fuerza Aérea, aunque el mando de defensa no lo admite en público. Su tarea consiste en colaborar con los pilotos y los ingenieros de aviación.
"Aquí siempre hay asesores rusos de aviación. Permanecen tres años, y luego son reemplazados", explicó el piloto de combate consultado por IPS.
El principal uso militar de los helicópteros de combate consiste actualmente en el transporte de tropas para operativos antidrogas en mar abierto. (FIN/IPS/rf/ff/tr/98