El año del tigre que comienza el 28 de enero debería ser bueno según la astrología china, pero la crisis financiera de Asia hace que sus llamadas "economías tigres" lo inicien con un quejido.
El año nuevo lunar llega en el de Asia a mercados agitados que devaluaron sus monedas entre 30 y 80 por ciento, separando a obreros de sus empleos y amenazando con disturbios generales.
En la tradición china, el tigre, más que el león, es el rey de las bestias. Su cuello dorado y marrón se asocia a la riqueza, y el dios de la riqueza chino Hsuan Tan suele ser presentado cabalgando el tigre.
Pero en el ciclo astrológico chino de 12 años, el año del tigre también es un año de adversidades en que no se puede confiar en la buena suerte.
No resulta sorprendente entonces que los astrólogos en Hong Kong adviertan a la gente contra transacciones especulativas y riesgos financieros en el nuevo año lunar, mientras recuerdan a sus clientes que las dos guerras mundiales estallaron en años del tigre.
A lo largo del este de Asia, la gente casi no necesita que se le recuerde que debe ser cautelosa tras las dramáticas caídas del mercado de las recientes semanas.
El dinamismo que caracterizaba a las economías tigre en la última década dio paso a la precaución. En todas partes en la región, las predicciones del crecimiento económico han sido corregidas disminuyendo las cifras.
Incluso los menos afectados por la reciente turbulencia, como Hong Kong, revisaron sus pronósticos en un punto porcentual, de 5,5 a 4,5 por ciento. Singapur prevé un crecimiento de entre tres y cuatro por ciento este año, tras registrar 7,6 por ciento en 1997.
Malasia e Indonesia son aún más pesimistas. Pocos se atreven a hacer predicciones cuando la tormenta aún no se ha retirado, y mientras los incendios forestales del año pasado en Indonesia dañaron seriamente los ingresos del turismo.
Los índices de crecimiento de entre 4 y cinco por ciento ahora pronosticados para la región, aunque aún relativamente saludables, no se parecen en nada al crecimiento entre siete y nueve por ciento al que estaban habituados los tigres asiáticos en la década de 1990.
Un crecimiento menor también implica que deben hacer frente al espectro de la inflación y el desempleo.
Aunque las economías asiáticas comienzan a tragar su orgullo y volcarse a Occidente pidiendo ayuda, muchos bancos e instituciones admiten no conocer la respuesta. Y como incluso el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha descubierto, no es fácil curar a un tigre enfermo.
El Fondo, que creyó que su paquete de rescate para Indonesia estabilizaría rápidamente la moneda del país, se mantuvo a un lado mientras la rupia caía otro 15 por ciento en relación al dólar, perdiendo 80 por ciento de su valor en relación al año pasado.
Durante el fin de semana, autoridades del FMI reconocieron que el paquete de reformas firmado por Indonesia con la institución financiera hace menos de dos semanas atrás no está dando los resultados esperados.
Incluso en partes relativamente a salvo de la crisis, la falta de confianza y la ansiedad por el futuro produjeron un salto muy poco enérgico hacia el año del tigre.
En Hong Kong, los residentes deben hacer ajustes mientras el plato tradicional de año nuevo, el pollo, está fuera del menú debido a un virulento virus de gripe que puede pasar a los humanos.
El virus de la "gripe de las aves" causó cuatro muertes en las últimas semanas y llevó en diciembre a una matanza de más de 1,4 millones de pollos, patos y otras aves de corral.
En una reciente encuesta en Hong Kong, casi 90 por ciento de los encuestados dijeron estar ansiosos por el futuro, y 54 por ciento preocupados por el desempleo.
La ansiedad está presente en niveles mucho más altos en otras partes de la región.
En Bangkok, serios disturbios se produjeron la semana pasada con manifestaciones violentas por reducciones salariales en una fábrica de repuestos de automóviles. La policía detuvo a 50 personas, y muchos de los trabajadores fueron salvajemente golpeados.
El gobierno tailandés está elaborando planes para despedir a 300.000 trabajadores extranjeros, la mayoría birmanos, durante los próximos seis meses.
Malasia anunció planes para despedir hasta un millón de obreros de otros países, pero los dejó en suspenso tras conversaciones con el presidente de Indonesia, Ali Suharto.
El índice de desempleo de Indonesia es ahora 10 por ciento, y otros dos millones de personas perderán sus empleos durante este año del tigre. El retorno de trabajadores migrantes de países vecinos desestabilizaría aún más la sociedad.
El viernes se produjeron en Indonesia ataques de bandas a almacenes de alimentos, tras un aunucio de aumento de los precios.
En Hong Kong, al menos una docena de muertes, en su mayoría suicidos, fueron atribuidos a la crisis financiera, en general a causa de préstamos que ahora resultan impagables.
Nuevas quiebras financieras y despidos se predicen en la región, aunque astrólogos y adivinos parecen hacer buenos negocios mientras la gente temorosa por el futuro busca sus consejos.
Muchos de sus temores son confirmados. El quiromante de Hong Kong Lee Ying-choi djo que "el año del tigre presenta desafíos, en particular en la primera mitad del año".
"El miedo por la pérdida de empleos continúa, los empleados deben estar preparados para tiempos duros. La especulación no es nada recomendable", dijo Lee.
Aunque podría haber mejores noticias económicas en la segunda mitad del año, la pérdida de confianza podría dejar una huella duradera.
Mientras, la población del este de Asia podría contentarse con tenderse en la hierba, en lugar de salir a buscar felinamente la buena vida, como hizo en el pasado. (FIN/IPS/tra-en/ys/js/lp/cr if/98