Una ola anticipada de exportaciones a Estados Unidos desde las naciones en crisis del este de Asia podrían costar a la economía de ese país unos 1,1 millones de empleos, aseguró hoy el Instituto de Política Económica, centro de investigación cercano al movimiento sindical norteamericano.
En un informe llamado "Empleos Americanos y Crisis Asiática", el EIP sostuvo que, aunque la Reserva Federal de Estados Unidos mantiene bajas las tasas de interés para evitar el aumento del desempleo, la fuerza de trabajo de Estados Unidos sufrirá un gran desajuste.
Los obreros hombres, un sector clave a la hora de las elecciones para ambos partidos políticos, seguramente serán los más golpeados, según el informe, presentado este viernes en esta capital.
Mientras la mayoría de los economistas sostuvieron que la actual crisis financiera en Asia no reducirá el crecimiento económico de Estados Unidos en más de 0.5 por ciento en 1998, sectores políticos están preocupados por el impacto en la balanza comercial de Estados Unidos.
A medida que las monedas asiáticas pierden su valor, sus exportaciones se vuelven más baratas y atractivas para el mercado de Estados Unidos, el mayor del mundo.
A la vez, los bienes estadounidenses se vuelven más caros para los consumidores asiáticos. La contracción en las economías de Asia ya resultó en la cancelación de algunas importantes exportaciones de Estados Unidos como aviones, centrales energéticas y tecnología de telecomunicaciones.
Un profundo aumento en el déficit comercial de Estados Unidos con Asia alimentará presiones proteccionistas precisamente en el momento en que el gobierno del presidente Bill Cinton esperaba inyectar un nuevo impulso a su política de libre comercio.
Las devaluaciones monetarias en Asia podrían aumentar el déficit estadounidense de 100.000 millones a 200.000 millones de dólares en los próximos 12 a 24 meses, según recientes estimaciones, mientras el déficit comercial proyectado para 1997 fue unos 111.000 millones de dólares.
Un aumento de 100.000 millones de dólares en el déficit comercial destruiría 1,1 millones de puestos de trabajo en Estados Unidos, según el informe de EPI, el cual está basado en un modelo de ingresos y egresos de 183 industrias que cubren el total de la economía.
Alrededor de 70 por ciento de las pérdidas se concentrarán en el sector manufacturero en áreas en que los países asiáticos podrían disfrutar de una sustancial ventaja comparativa como resultado de drásticas caídas en el valor de sus monedas: maquinaria industrial, equipos electrónicos, vestimenta y textiles y equipos de transporte como automóviles, según EPI.
Los trabajadores en peligro en estas industrias podrían pasar al sector de servicios de menores salarios, según el informe, el cual advierte que los ingresos promedio en la fuerza de trabajo de Estados Unidos serán reducidos al menos 0,5 por ciento a medida que crece el déficit comercial.
Estas estimaciones representan el escenario optimista, sin un empeoramiento de la crisis financiera, con la restauraciónn de la confianza en los mercados asiáticos y un esfuerzo de la Reserva Federal de Estados Unidos para mantener bajas las tasas de interés con la idea de mantener constante el desempleo, ahora alrededor de cinco por ciento.
La mayoría de los analistas creen que una política monetaria más dura de la Reserva Federal es poco posible, y descuentan la posibilidad de una devaluación en China. La semana pasada Washington envió a Beijing al subsecretario del Tesoro, Lawrence Summers, quien recibió confirmaciones en ese sentido.
Washington también cuenta con que Japón estimule su dormida economía y la abra a mayores exportaciones de otros países del este de Asia, reduciendo el papel de Estados Unidos como blanco de las exportaciones.
Aunque Tokio dio algunos pasos en esa dirección, autoridades de Estados Unidos afirman que mucho más debe hacerse. Mientras, sin embargo, la presión política para evitar una inundación de exportaciones asiáticas crece considerablemente.
La semana pasada Carl Levin, demócrata influyente, advirtió que las crecientes importaciones de Asia podrían desatar "una severa reacción negativa en Estados Unidos.
El viernes, el presidente de la mayor federación sindical del país, la AFL-CIO, John Sweeney, dijo estar preocupado por un plan internacional para rescatar a las economías asiáticas organizado por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
"El plan del FMI impone austeridad económica en el este de Aisa, forzándolo a 'exportar o morir' y reducir incluso más de las compras de bienes estadounidenses", dijo Sweeney en delcaraciones que hicieron sonar la alarma en la Casa Blanca y el Tesoro de Estados Unidos.
Se espera que Clinton, quien pidió al Congreso que con urgencia apruebe 3.500 millones de dólares para la contribución de Washington a un nuevo fondo de rescate del FMI, pida otros 14.000 millones de dólares como parte de un aumento de la cuota de los miembros del FMI.
Pero la oposición entre demócratas de izquierda y republicanos de derecha va en aumento.
Hasta las declaraciones de Sweeney, la AFL-CIO, que jugó un papel esencial en la derrota del plan de Clinton para lograr la vía rápida para aprobación de acuerdos de libre comercio, no había tomado posición.
Sin embargo, las preocupaciones por el efecto de la crisis Asiática en el empleo en Estados Unidos, parecen mover a los sindicalistas a una oposición que podría ser la mayor batalla legislativa que Clinton enfrentará en los próximos meses. (FIN/IPS/tra-en/jl/mk/lp/if lb/98