Cinco senadores de Estados Unidos debaten desde el miércoles en la isla hondureña de Roatán cuestiones relacionadas con el narcotráfico, el comercio y la migración en América Central.
La delegación estadounidense, encabezada por el jefe de la mayoría republicana en el Senado, Trent Lott, mantuvo contactos con los presidentes saliente y electo de Honduras, Carlos Reina y Carlos Flores, y el de El Salvador, Armando Calderón Sol.
Los legisladores emprendieron una gira por América Central y México con la intención de mejorar las relaciones y auscultar el clima en los países en torno a las nuevas políticas de Estados Unidos en materia de drogas y comercio.
Además de Lott, integran la delegación estadounidense que llegó el miércoles a Roatán, en el caribe hondureño, los senadores Pat Roberts, Mike De Wine, Franck Murkowiski y Jhon Jhon Breaux. Flores, quien asumirá la presidencia de Honduras el día 27, fue invitado de forma especial.
El embajador de Honduras en Estados Unidos, Roberto Flores, dijo este miércoles que los legisladores portan una "agenda abierta", pero admitió que los asuntos centrales de la reunión serán el narcotráfico y el comercio.
Estados Unidos aspira a impulsar una nueva relación con los países centroamericanos de modo de fortalecer el combate al narcotráfico a través de una cooperación más sólida entre los países, dijo el diplomático.
América Central ingresó en una nueva etapa en la materia pues el comercio ilegal de drogas ha vuelto al centro de la discusión política, luego de años enteros durante los cuales la guerra fría concentró la atención.
Los gobiernos ven con preocupación cómo se completa en la región el ciclo del narcotráfico, según el cual en los distintos países operan delincuentes con tareas de puente, producción, consumo, lavado de dinero y soborno a políticos. Hasta ahora, percibían el problema como una mera contabilidad de decomisos.
Los estados de América Central aprobaron en octubre un convenio contra el lavado de dinero, que incluye la suspensión del secreto bancario, aún no ratificado por los parlamentos.
Otro de los asuntos que será discutido con los senadores estadounidenses es la política migratoria de Washington. Un grupo de hondureños realizó hace 10 días una huelga de hambre en Miami para evitar deportaciones masivas.
Tras gestiones de Guatemala, El Salvador y Nicaragua, Estados Unidos dio a los inmigrantes de ese origen un trato preferencial, pero excluyó de estos beneficios a hondureños y haitianos porque no fueron "víctimas del comunismo" en los años 80.
La ley migratoria vigente en Estados Unidos es considerada una de las más severas de su historia. Desde su aprobación en 1996 han retornado más de 3.000 hondureños que residían de forma ilegal. Las deportaciones serán unas 88.000, según estimaciones.
Los presidentes de Honduras y El Salvador procurarán un mejor trato para sus ciudadanos en Estados Unidos.
Los legisladores mantendrán, además, una reunión privada con un grupo de empresarios. (FIN/IPS/tm/mj/ip/98