/DERECHOS HUMANOS/ RUSIA: El fantasma de los refugiados recorre la federación

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) advirtió que millones de personas se están trasladando a Rusia después de haber pasado años, incluso generaciones, en los rincones más recónditos de la hoy disuelta Unión Soviética.

Entre tres y cuatro millones de rusos étnicos residentes en las antiguas repúblicas soviéticas se mudaron a la Federación Rusa entre 1990 y 1996, informó Christopher Carpenter, representante regional del ACNUR.

A muchos se les retiró la ciudadanía en países que ellos consideraban propios y que se fijaron un derrotero opuesto al de sus antiguos amos en Moscú. Al desintegrarse la Unión Soviética, unos 287 millones de personas perdieron la ciudadanía, pero no todos ellos obtuvieron una nueva, dijo Carpenter.

Alrededor de 1,6 millones de rusos étnicos viven en los estados bálticos (Estonia, Letonia y Lituania), pero casi dos tercios de ellos no lograron la ciudadanía del país en que viven.

El ACNUR estimó que unos 25 millones de rusos étnicos viven hoy fuera de las fronteras de la Federación Rusa. Muchos de ellos están regresando a Rusia, la mayoría de los estados de Asia central, pero otros se han visto arrastrados por los conflictos étnicos en el Cáucaso.

Los países de la antigua Unión Soviética que hoy integran la Comunidad de Estados Independientes (CEI) deben lidiar con un gran flujo de refugiados y alrededor de 1,1 millones de desplazados internos, según la Organización Internacional de Migración de las Naciones Unidas.

La agencia brindó ayuda de emergencia a unos 200.000 desplazados por la guerra en Chechenia y aún asiste a quienes no pudieron regresar a sus hogares, dijo Nicholas Coussidis, vicerrepresentante regional del ACNUR.

Las agencias internacionales tambiéna ctuaron en el caso de las repúblicas de Asia central, en especial en Tajikistán, asolada por la guerra, dijo Boris Sergeev, presidente del fondo ruso Ayuda a los Refugiados.

El ACNUR recibió en diciembre 40 millones de dólares de asistencia internacional para ayudar a reubicar a los refugiados y a los "colonos" de la era soviética, rusos obligados a trasladarse a zonas alejadas de Moscú en los días de José Stalin.

Mientras tanto, la capital rusa se está convirtiendo en el nudo del problema. Unos 50.000 refugiados y 200.000 inmigrantes ilegales viven en la ciudad, según el jefe local de migraciones, Sergei Smidovich.

Las autoridades de Moscú reconocen cada año carácter de refugiado a entre 600 y 800 de los 12.000 solicitantes que se presentan. El Servicio Federal de Migraciones de Rusia (SFM) pretende abatir ese flujo.

"Hay unos 700.000 inmigrantes ilegales en Rusia. Su presencia genera un aumento del crimen, y eso se sabe muy bien en el extranjero", dijo Tatyana Regent, directora del SFM.

Las autoridades tienen, por cierto, muchos problemas para cubrir las necesidades de sus muchas y variadas comunidades de refugiados.

Unos 3.000 refugiados registrados que llegaron a Moscú para escapar a los conflictos étnicos en Azerbaiyan y Armenia en 1989 y 1990 aún residen en pobres hosterías.

Unos 100.000 rusos y armenios escaparon de Azerbaiyan entonces. La mayoría pudo reubicarse con ayuda del gobierno. Pero los últimos 3.000 recibieron en octubre su orden de deportación. La mayor parte no tienen dónde ir.

"El SFM no está protegiendo a los refugiados, sino protegiendo al gobierno de los refugiados. Y a nadie le preocupará si terminan en la calle", dijo Svetlana Ganushkina, del no gubernamental Comité Cívico Ruso de Asistencia, dedicado a la ayuda a los refugiados.

Otros 31.800 refugiados registrados en Moscú proceden de fuera de la CEI. La mayoría de los solicitantes de asilo son de Afganistán y algunos de ellos están en la ciudad hace más de un decenio. También hay 1.400 angoleños y zaireños registrados en Moscú desde 1991.

El ACNUR registra a los solicitantes de asilo y los asesora en materia de procedimientos. Para la agencia, la burocracia rusa y la actitud poco amable de los funcionarios les impide lograr su objetivo.

Muchos rusos exigen la deportación de los refugiados, quienes, afirman, están en la federación para "vender drogas".

Muchos solicitantes de asilo de Angola y el antiguo Zaire (actual República Democrática del Congo) son objeto de maltrato y hostigamiento en Moscú, pero evitan denunciar estos hechos para evitar que sus trámites continúen trancados.

Unos 50 angoleños y zaireños destrozaron en octubre un centro de recepción de refugiados para protestar contra el maltrato, luego de que se les negó con malos modos dinero para enterrar a un zaireño asesinado por dos rusos en las afueras de Moscú.

Las autoridades en Moscú no han procesado un solo caso de solicitud de asilo desde 1993, lo que impide a los solicitantes obtener la residencia temporaria y los documentos de identidad.

Además de refugiados y desplazados que residen en Moscú de forma legal, más de 200.000 inmigrantes ilegales de fuera de la CEI viven allí. Más de la mitad son afganos, pero también hay africanos, chinos y vietnamitas, dijo Carpenter a IPS.

Son más de un millón en toda la CEI y 700.000 solo en Rusia, pero el ACNUR "aún no pudo registrar a ninguno de ellos como solicitantes de asilo", agregó. (FIN/IPS/tra-en/sb/mom/mj/pr hd/98

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