El Vaticano se propone objetivos a largo plazo con la próxima visita del Papa a Cuba, del 21 al 25 de este mes, y le preocupa las expectativas creadas por el más importante viaje en los 20 años de pontificado de Juan Pablo II.
La diplomacia vaticana restó importancia a los dramáticos segundos durante los cuales pareció que el Papa había perdido la conciencia este domingo en la Capilla Sixtina y, si bien no hubo pronunciamientos oficiales, en forma oficiosa se descartó la postergación de la visita a Cuba por razones de salud.
El Vaticano parece dispuesto a que se hable lo menos posible sobre el viaje de Juan Pablo II a Cuba. Por ejemplo, se negó a comentar el descubrimiento de unos micrófonos en una de las salas donde estaría el Papa en el país caribeño, como lo denunció la semana pasada el diario madrileño "El País".
Fuentes vaticanas descartaron un derrumbe a corto plazo del régimen cubano y aseguraron que el Papa no quiere que se repita en la isla lo ocurrido tras el derrumbe del socialismo en la ex Unión Soviética y los países de Europa oriental, donde se impuso un capitalismo salvaje.
Juan Pablo II pretende formar una clase dirigente católica en Cuba, que no existe porque la Iglesia sufrió la represión al haber asumido una posición abiertamente opositora al régimen del presidente Fidel Castro. Enfrentó la expulsión de sacerdotes y perdió prácticamente todo poder en la sociedad.
La Iglesia Católica quiere ahora recuperar posiciones en Cuba, y el hecho de que se permitiera la celebración de la Navidad este año y la publicación, el 20 de diciembre, del primer mensaje navideño de un papa al pueblo cubano desde el inicio de la revolución en 1959, indicaría que lo está logrando.
Fuentes del Vaticano aseguraron que la imagen del presidente cubano se verá reforzada internacionalmente si la visita del Papa a la isla es un éxito.
Los obispos latinoamericanos que participaron en diciembre en el Vaticano en el Sínodo de América expresaron en general opiniones positivas sobre la visita del Papa a Cuba. No obstante, también se negaron a comentar los posibles cambios políticos y religiosos que se podrían producir en el país caribeño.
Representantes de la Iglesia Católica de Estados Unidos también se pronunciaron en forma positiva sobre el viaje.
"Tenemos la esperanza que la visita pastoral del Pontífice a Cuba influya positivamente en todas las realidades de ese país", señaló el obispo de Brownsville, Raymundo Joseph Peña, y Ricardo Ramírez, obispo de Las Cruces, Nuevo México, dijo que el Papa "va a enviar mensajes muy importantes para el pueblo cubano".
A ocho días del histórico viaje, el Vaticano se muestra confiado de que se pondrán resolver algunos problemas aún pendientes, sobre todo relacionados con los medios de comunicación.
El Vaticano pretende que la televisión cubana permita a los ciudadanos de la isla ver al Papa en directo. Hasta ahora, las autoridades cubanas afirman que las transmisiones se iniciarán a partir de las 18:00 horas, aunque durante los funerales de Ernesto Che Guevara transmitió durante tres días seguidos.
El portavoz del Vaticano, el español Joaquín Navarro Valls, expresó "gran esperanza" de que se resuelva el problema de la televisión cubana, porque "el primer destinatario del viaje del Papa es el pueblo cubano".
Por otra parte, Navarro Valls excluyó la posibilidad de que el gobierno cubano organice algún tipo de contestación al Papa y reiteró la oposición del Vaticano al bloqueo de Estados Unidos.
"Un embargo indiscriminado de bienes a un país termina por dañar tremendamente a los más débiles: ancianos, pobres, mujeres, niños y enfermos. Por lo tanto, la base ética de esta medida, si tiene un fundamento ético, es muy débil", afirmó el portavoz del Vaticano.
Una posición similar ha manifestado en los casos de Haití, Iraq y Libia, recordó.
Desde Estados Unidos, el cardenal de Boston, Bernard Francis Law, declaró que el viaje del Papa a Cuba será maravilloso, en una entrevista publicada en el último número del mensuario italiano Trenta Giorni, que dirige el ex primer ministro Giulio Andreotti.
Se trata de un país que tiene aspectos admirables, como la asistencia sanitaria y la educación gratuita garantizada para todos. Pero debe eliminar la "negación" de las libertades personales y de la Iglesia Católica, concluyó Law. (FIN/IPS/jp/ag/ip-cr/98